Llegó el día
Llegó el día. El Wanda Metropolitano abre sus puestas para acoger el primer encuentro oficial de un Atlético de Madrid que inicia un nuevo capítulo de su historia. Atrás queda ya el Vicente Calderón, un templo de medio siglo donde los aficionados se han emocionado, han vibrado, gritado, llorado… Hoy, 16 de septiembre, se inicia una nueva andadura, en el que cuerpo, mente y corazón deben comenzar a hacerse a la idea y adaptarse a la nueva vida lejos del Manzanares.
“Próxima estación, Pirámides”. Hasta los más nostálgicos echarán de menos la voz del Metro de la línea 5. En cambio, ahora podrán escuchar como la locución de la línea 7 nombrará al nuevo estadio del Atlético. Un primer cambio, que por muy pequeño que sea, es el primer signo del cambio y del progreso, porque atrás quedarán las largas colas para salir de la estación, o para entrar tras el partido. Ahora, el hincha colchonero podrá disfrutar de las ventajas de la estación de Metro más grande de la comunidad.
Ir caminando desde cualquier punto, ya sea el Paseo de los Melancólicos, cualquier puente, Pontones – o jugándose la vida cruzando la M30 -, y ver como el Vicente Calderón va emergiendo, imperioso, entre los edificios empieza a ser cosa del pasado. Pasar por el mítico estadio dolerá, sin duda. Causará tristeza. Evocará recuerdos y emociones. Una de las voces más autorizadas del Atlético lo ha reconocido. Se trata de Fernando Torres, un aficionado que tiene la suerte de ser futbolista de la primera plantilla. Pero eso es el Atleti: sentimiento.
Las rutinas no cambiarán, se trasladarán. Porque como pidió también Fernando Torres, este cambio no debe hacer que el colchonero se aburguese. Las cervezas con amigos en los aledaños. El bar de la previa. Las fotos inmortalizando un recuerdo para la historia. Hasta los Barts Simpsons con la camiseta del Atleti también estarán en el Metropolitano esperando un euro por foto.
Las puertas de entrada, los vomitorios, los asientos…todo será nuevo. Posiblemente también habrá una sensación de vacío en cuanto a momentos vividos dentro. Como le pasó a nuestros abuelos y padres cuando cambiaron el Metropolitano por el Vicente Calderón. ¿Pero qué pasó con los años? Que el estadio del Manzanares comenzó a tener su propia historia, como si tuviera vida. Cada aficionado recordará la sensación cuando entró por primera vez, con quién, dónde se sentó, qué partido era… Este capítulo que se inicia en la historia del Atlético, también comienza en la vida de todos los aficionados.
Existe una lucha entre mente y corazón. Entre razón y sentimiento. Pero el equipo sigue siendo el mismo. Los valores continúan prevaleciendo. Es un nuevo capítulo de una historia muy larga, que ni se borra ni desaparece. Con unos recuerdos que están más vivos que nunca. Y con los sentimientos a flor de piel hay que impregnar de ellos cada rincón del nuevo estadio. Porque el espíritu de los primeros colchoneros en El Retiro pasó a O’Donnell. De allí al Metropolitano, para establecerse durante medio siglo en el Vicente Calderón y mudarse, junto al club y a los aficionados, al nuevo Metropolitano.