BARCELONA

Flick impulsa la segunda juventud de Lewandowski

Hansi Flick le ha cambiado la cara por completo a Robert Lewandowski, que vive una segunda juventud esta temporada con el Barcelona

El instinto goleador de Lewandowski se ha maximizado 14 goles en 12 partidos de Liga más cinco en cuatro de Champions

Lewandowski es otro, las razones

Flick Lewandowski
Flick abraza a Lewandowski tras ser sustituido. (EP)

La llegada de Hansi Flick al banquillo del Barcelona ha supuesto una no sólo una revolución futbolística para el club, sino también un segundo despertar para Robert Lewandowski, que vive una auténtica resurrección como goleador de primer nivel, encabezando las primeras posiciones de los máximos artilleros de Europa un año más a sus 36 primaveras. El polaco, quien parecía haber perdido algo de chispa en su última temporada bajo la dirección de Xavi Hernández, ha recuperado su mejor versión y se perfila, nuevamente, como uno de los grandes goleadores del viejo continente de la mano de un Hansi Flick que le ha devuelto su naturaleza.

Este cambio se debe, en gran parte, a la libertad ofensiva y al enfoque específico que Flick ha implementado en el Barcelona, favoreciendo el instinto goleador de Lewandowski y maximizando su efectividad en el área como bien acreditan los 14 goles en 12 partidos de Liga –más dos asistencias– y los cinco goles en cuatro de Champions League.

Desde su llegada al club este verano, Flick dejó claras sus intenciones con Lewandowski. Una de sus primeras decisiones fue comunicarle que su misión principal era clara: quedarse en el área y actuar como el killer que es. Este detalle, aunque simple, contrasta fuertemente con el enfoque que Xavi Hernández tenía con el polaco, al que pedía y señalaba que debía salir más frecuentemente del área para participar en la elaboración del juego, algo que, visto lo visto, no favorecía al polaco.

«Tú sólo quédate en el área», le indicó Flick, un mínimo cambio táctico que ha devuelto a Lewandowski a la posición en la que siempre ha sido más peligroso y donde su instinto goleador se despliega al máximo, como prueban sus 119 goles en 16 encuentros, por encima del gol por partido. Con Flick, el mensaje es claro y meridiano: Lewandowski es una máquina de hacer goles por lo que debe estar lo más cerca posible del área rival.

La evolución del Barça de Flick se ha hecho evidente desde los primeros compases de la temporada, con un estilo basado en el juego directo, vertical y que está siendo letal en los últimos metros. El técnico alemán ha logrado engrasar toda la maquinaria en cuestión de pocos meses, dejando ver un equipo que juega con una precisión técnica y táctica altísima, que ataca cada oportunidad sin dudar, rompiendo el antiguo mantra instaurado con Xavi Hernández, de tocar y tocar, un claro ejemplo de verticalidad en cada goleada que han conseguido esta temporada.

Este enfoque fresco y renovado le ha sentado de maravilla a Lewandowski, quien acumula 14 goles en 12 partidos de Liga, números que no se veían desde los mejores tiempos de Leo Messi y Cristiano Ronaldo en el campeonato doméstico. La confianza de Lewandowski en su rol, reforzada por la cercanía con la portería, ha permitido que se desarrolle como el jugador explosivo dentro del área que siempre ha sido, sin verse limitado a funciones de apoyo en el centro del campo, algo recurrente con Xavi. Su instinto goleador se ha destaponado, y se le ve con una soltura que contrasta con la incomodidad evidente del año pasado, donde el propio delantero admitió que tuvo que salir en varias ocasiones de su posición habitual para adaptarse al sistema de Xavi

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