Ansu Fati es una mina
Ansu Fati, con su espíritu indomable y su enorme talento, contagió a la nueva España de Luis Enrique, que trituró a Ucrania en media hora memorable. Sergio Ramos, con un doblete, siguió agrandando su leyenda para convertirse en el defensa más goleador de la historia en partidos de selección. Pero el jovencísimo atacante del Barcelona demostró que con él España tiene una mina… siempre que Koeman sepa explotarla.
Luis Enrique hizo lo que no se atreve (y debería) Pedro Sánchez: cambiar a más de medio equipo. En medio de esta pretemporada tan extemporánea el seleccionador repartió camisetas de titulares a jugadores que no lo habían sido ante Alemania hace cuatro días. Apenas repetían De Gea, que dio un guantazo al debate de la portería, los dos centrales, Sergio Ramos y Pau Torres, un Jesús Navas, que es el Benjamin Button del fútbol español y encima cambiaba de extremo a lateral, y Thiago, el futbolista más en forma que tenemos. El resto, todos nuevos.
Por no divagar más, que se me echa el tiempo encima, consignaré aquí el once titular de España: De Gea; Navas, Ramos, Pau Torres, Reguilón; Rodri, Thiago, Mikel Merino; Dani Olmo, Ansu Fati y Gerard Moreno. Equipo nuevo, equipo joven y, qué narices, equipo ilusionante.
Y para ilusionante, Ansu Fati, un proyecto de crack si no lo estropea Koeman. Digamos que es como Vinicius pero con pausa y gol. El jovencísimo delantero del Barcelona tardó apenas un minuto en demostrar lo bueno que es y, si le dejan, lo mejor que va a ser. El chaval hizo un túnel, amagos, quiebros y dejó hecha cisco la cintura de su par, un pobre ucraniano que deberá ir a rehabilitación unos meses. Le hizo penalti, porque era la única forma de pararle. El penalti lo marcó Sergio Ramos para variar.
Ansu Fati y Reguilón la lían
España encarrilaba el partido por la vía rápida gracias a uno de estos nuevos chicos que han llamado la atención de Luis Enrique. A Ansu Fati le tomó el relevo un Reguilón que parecía la reencarnación de Roberto Carlos en sus años mozos. Subía y penetraba por la izquierda con un descaro y una precisión que no tiene Mendy, el que le ha quitado el sitio (si me lo permiten, inexplicablemente) en el Real Madrid.
Como Pablo Iglesias en la ducha España se soltó el pelo. Percutía más por la izquierda, pero también se mostraba por el centro Gerard Moreno tirando desmarques mientras Ramos y Pau Torres gobernaban el partido desde atrás. Disfrutaba en el palco Florentino Pérez. Sobre todo con Ansu Fati, uno de esos chicos que ha nacido para jugar en el Real Madrid. Lástima que sea del Barça.
Hasta pudo marcar de chilena en el 25 después de la enésima jugada coral de España. La Roja debía ir goleando pero milagrosamente Ucrania aguantaba el honroso 1-0 en contra. Tres minutos después sí llegaría el segundo de España. Lo marcó, cómo no, Sergio Ramos después de un cabezazo bombeado en el área grande. Definitivamente, no tenemos mejor goleador que el capitán. Vamos, como el Madrid.
Con el partido resuelto España seguía desatada. Y Ansu Fati más. El Niño se marcó pasada la media hora una jugada propia de Cristiano Ronaldo en sus años mozos. Se acomoda desde la izquierda, hace un pequeño regate y se saca un disparo cruzado que se coló tras tocar en el palo izquierdo de Pyatov. Su partido estaba siendo memorable. Pues nada, otro marroncito para Koeman, a ver si se atreve a no ponerle.
España desatada
Entre recital y recital llegamos al descanso. Del que volvimos con España más relajada y sin necesidad de seguir destruyendo a Ucrania. Manejaba la pelota a su antojo Thiago, sobrado de talento y de físico. Dribló, jugó y asistió cómo y cuando quiso. A la hora de partido anularon un gol a Gerard Moreno, que estaba habilitado, por posición dudosa de Ansu Fati. Como no había VAR nos tocó aguantarnos.
Mientras España seguía paseándose en Valdebebas, Djokovic la liaba en Nueva York tras pegarle un pelotazo a una jueza de fondo. Vale que sin querer, pero la cosa era para hacer zapping. Mientras, Óscar, ese chico que es del Madrid pero va a jugar en el Sevilla, se sacó un disparo magistral que llegó a desviar Pyatov para que la pelota se estrellara contra el larguero. Era el 77 y España tenía el partido resuelto.
En el 83 fue Ferran Torres, otro de los jóvenes, el que haría el cuarto con un remate propio de un muchacho con un talento gigantesco. Lo quería el Madrid, pero se lo ha llevado Guardiola. El cuarto gol de España, ya en las postrimerías del partido, cerraba una goleada que casi se quedó corta para el partido en el que Luis Enrique descubrió cómo debe jugar en la próxima Eurocopa: con Ansu Fati y diez más.