La dramática historia de Enes Kantes, la estrella de los Knicks que no puede regresar a su país

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Enes Kanter es la estrella de los Knicks que no puede volver a casa. (Getty)
Francisco Rabadán
  • Francisco Rabadán
  • Redactor jefe de deportes. He tenido la oportunidad de cubrir dos Juegos Olímpicos, varios Mundiales de distintas disciplinas y algún que otro All-Star de la NBA con los Gasol. De Córdoba y sin acento.

Enes Kanter vive en un exilio permanente. El pívot estrella de los New York Knicks no puede pisar Turquía por estar enfrentado al gobierno, y más concretamente al presidente Erdogan, tras considerarle uno de los instigadores del fallido golpe de estado contra su gobierno el 15 de julio de 2016. Entre las diversas medidas que se han aplicado contra el jugador destaca la retirada de pasaporte, la condena de cuatro años de cárcel si pisa su país, la imposibilidad de poder ver un partido de los Knicks en Turquía y por supuesto el veto a jugar con su selección nacional.

Ahora Kanter se encuentra contra la espada y la pared al ver que todo el mundo le está dando la espalda. Se ha quedado sin un agente que le represente y ninguna marca quiere tener relación con su persona por miedo a represalias del gobierno turco, tal y como ha denunciado el propio jugador de los Knicks.

«Fuera de la pista no hago casi dinero por culpa del tema turco, las empresas americanas, como por ejemplo Nike, tienen miedo de ofrecerme un contrato. Tengo que conseguir que un agente me represente y así tal vez consiga algún acuerdo con alguna empresa de zapatillas china o filipina o lo que sea», dijo el jugador, que esta temporada cobra 18,6 millones de dólares con los Knicks, pero cuyo contrato acaba este verano.

A sus 25 años, Kanter se ha labrado una buena carrera en la NBA como demuestran sus promedios de 14 puntos y 11 rebotes por partido. El jugador, sin embargo, se ha quedado sin apoyos ni amigos. Su padre le ha repudiado públicamente por apoyar la corriente de los golpistas de Fethullah Gülen, aunque también es cierto que Erdogan le presionó tras detenerle en junio de 2017 y quizá ser torturado, tal y como denunció el jugador en Twitter, donde comparó al líder turco con Hitler.

Lo cierto es que el nivel de represión y control en Turquía es tan elevado que hasta sus compañeros de selección en la NBA se niegan a saludarle públicamente. Ilyasova, Osman o Asik han evitado fotografiarse con su controvertido compañero que, por otra parte, se río en Twitter de la derrotas de la selección otomana en el Mundial de 2014.

Kanter está sólo y sin familia. Exiliado en la capital del mundo, aunque no deja nunca de lado su lucha. «Por un segundo, por favor piensa e imagina, si algo como esto le está sucediendo a un jugador de la NBA, ¿qué le está pasando a la gente sin voz ni podio para hablar? Podría haber cientos de miles de personas que están detenidas, torturadas o asesinadas de las que no escuchamos nada. La libertad de expresión es un derecho humano básico, y pido al mundo que se una a mí en la búsqueda de la justicia y la igualdad para todos y que rechace los regímenes opresivos y las dictaduras», zanjó.

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