Los blancos se adelantan ante Panathinaikos (75-72)

Campazzo aparece a tiempo para rescatar al Madrid

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Nacho Atanes
  • Nacho Atanes
  • Redactor de deportes y canterano de OKDIARIO. Desde 2016 cubriendo la información de tenis. También baloncesto, fútbol, ciclismo y otros contenidos.

El Real Madrid empieza sufriendo y ganando la eliminatoria de cuartos de final de Euroliga. El equipo blanco se impuso a Panathinaikos (75-72) en un encuentro dominado hasta el último cuarto, en el que un cortocircuito de los de Pablo Laso otorgó el mando a su rival hasta el último minuto, donde la gestión de Campazzo y la defensa del argentino y Tavares, clave con un tapón monumental en la última jugada, confirmaron el 1-0 a la espera del segundo asalto del viernes.

Ambiente de día grande en el Wizink Center en el día en el que Luka Doncic volvía al que fue su cancha antes de dar el salto a la NBA. El niño prodigio de la cantera madridista demostró una vez más que siente los colores de su equipo, el Real Madrid, que le acompañó de los dos capitanes, Felipe Reyes y Sergio Llull, mientras recibía el homenaje por parte de los presentes en el Palacio.

Dejando de lado el capítulo de regresos, el balón se puso en juego lo verdaderamente importante, la eliminatoria que debe decidir sobre la continuidad del vigente campeón en la máxima competición continental. El inicio del Madrid fue inspirador y resultado de los planes de Pablo Laso para la eliminatoria. Defensa férrea y circulación buscando los triples… de Taylor. El sueco se adapta a la perfección a esta tipología de juego del Real y con 11 puntos, marcó la diferencia en ataque para completar un siempre notable rendimiento defensivo.

Panathinaikos sufría pero no se distanciaba en el marcador. El oficio de los de Pitino les alcanzaba para competir incluso con la peor versión de su estrella, Nick Calathes, sobre el parqué. El griego tomó decisiones erróneas de forma continuada y pasó el peso del juego a secundarios como Thomas o Papapetrou, que guiaban al conjunto heleno en la persecución del Madrid.

La ausencia de Llull mermaba a un Madrid sin guía en ausencia de Campazzo. Laso, que ya vaticinó que debía ser Prepelic el que ejerciera de segundo base en la eliminatoria, no acompañó al esloveno de Causeur o Rudy, posibles generadores secundarios, y optó por el desequilibrio de Carroll como arma de desgaste para Panathinaikos. El resultado fue notable y al regreso de Campazzo, acompañado de un importantísimo Causeur, el Madrid se distanciaba con ocho de distancia al descanso.

El escolta francés, que no tiene asegurada su presencia en el roster de cara a la próxima campaña, se convirtió en el desatascador de un partido que a pesar de la ventaja, el Madrid no terminaba de romper. Panathinaikos comenzaría a atinar en sus decisiones ofensivas y por consiguiente, el nivel del partido debía subir. Fabien, con sus entradas y ayudas en la circulación, lideró la marcha hacia la máxima del partido del Madrid, de 14, que sin embargo poco iba a durar debido al acierto comentado de los helenos, que llegó pronto y por mediación del siempre útil Papapetrou.

El encuentro se había vuelto bronco y a pocos puntos, en claro beneficio de un Panathinaikos que comenzaba a activar también a Calathes, cuyas estadísticas finales –17 puntos, 4 asistencias–, no deben empañar un partido mediocre. El último cuarto iba a dictar sentencia con el dominio del Real como constante y el acecho del Panathinaikos ejerciendo de gran peligro.

Pájara y remontada

Dos triples de Carroll y Prepelic precedieron al comienzo de la catástrofe del Real Madrid, con un parcial de 0-13 favorable a Panathinaikos, esta vez sí, con Calathes liderando junto a Thomas y el Madrid, absolutamente aturdido. Los instantes de silencio sepulcral en el Palacio dieron paso a un nuevo comienzo de ánimos hacia un equipo que se había caído en un segundo. Los que se acordaron de Llull en ese momento probablemente tenían la solución, que en cambio no se encontraba en el roster activo.

Fue entonces cuando las piezas clave del equipo blanco tomaron la responsabilidad y comenzaron a construir desde la defensa. Rudy anuló un triple de Calathes para instaurar acto seguido un muro liderado por un impresionante Campazzo, que junto a Carroll tuvo la oportunidad de ir sumando desde la línea de tiros libres hasta colocar por delante al equipo blanco.

Panathinaikos iba a tener la última, con tres de ventaja para el Real y 14 segundos en el luminoso. La defensa del Madrid estaba en su punto álgido, pero el miedo a la prórroga sobrevolaba el Palacio cuando Tavares apareció para negar a los griegos cualquier opción de remontada final y terminar de atar un triunfo importantísimo del Real Madrid en el primer choque de la serie.

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