El Bernabéu cerró la temporada con goles y espectáculo por la infancia
La temporada oficial terminó la semana pasada para el Real Madrid. Los blancos ponían punto y final al curso en Kiev ganando la Decimotercera ante el Liverpool, aunque antes de echar el cierre definitivo el estadio Santiago Bernabéu se volvería abrir para acoger la novena edición del Corazón Classic Match. Un partido que se ha convertido ya en toda una tradición en el que los seguidores blancos vuelven a disfrutar de los cracks del pasado y ayudan a la Fundación del Real Madrid. En esta ocasión, la recaudación del evento irá destinada a los proyectos de la Fundación dirigidos a los niños más necesitados.
Real Madrid Leyendas y Arsenal Legends se midieron en un coliseo madridista que rozó el lleno. Mayores y pequeños, familias enteras en definitiva, acudieron a ver a mitos del fútbol como Figo, Xabi, Butragueño o Anelka. Una vez más, este partido volvió a ser una fiesta en el que padres y madres recordaban sus tiempos de juventud cuando gozaban con las internadas de Roberto Carlos por la banda izquierda y los goles de Raúl, y los más pequeños conocían en persona a aquellos hombres de los que han escuchado a hablar en un sinfín de ocasiones a sus padres.
Los blancos, entrenados por Amancio Amaro, se mostraron superiores al Arsenal en el inicio. Muchos de los integrantes madridistas siguen manteniendo un físico envidiable, lo que marcó la diferencia. Cada balón disputado era ganado por los blancos. Raúl abriría el marcador pronto con un cabezazo que ha repetido una y otra vez a lo largo de su carrera. Tras la diana madridista, los ingleses se estirarían encontrando la igualada gracias a un gol de Boa Morte. Guti, con toda la clase del mundo, devolvería la ventaja al Madrid.
El juego en el campo estaba interesante, pero la fiesta estaba en la grada. Los seguidores hicieron la ola una y otra vez, cantaron cada gol como si de un partido oficial se tratase y animaron a unos jugadores que han ayudado a engrandecer la leyenda del Real Madrid. Y es que, la gran mayoría de los integrantes blancos han conquistado alguna Champions como madridistas.
Tras el paso por vestuarios, llegaron los cambios y se perdió intensidad. Los goles tampoco terminaron de llegar, pero al respetable le daba igual. La fiesta continuó, la cara de los niños desprendía ilusión y la de los abuelos, que también había unos cuantos, resplandeció cuando Butragueño saltó al terreno de juego. El actual director de relaciones institucionales del club jugó el último cuarto de hora al entrar por Raúl para reavivar los recuerdos de aquellos que disfrutaron con sus genialidades durante los años 80.
El speaker del Bernabéu anunciaba la sustitución con originalidad. «El ‘7’ por el ‘7’», así se presentaba un cambio que ya se vivió en 1994 pero al revés. En esta ocasión, fue Raúl el que abandonó el campo para cederle el puesto y, de paso, la capitanía, al Buitre.
El marcador ya no se movería más, pero eso era lo de menos. El afición blanca pudo disfrutar de un auténtico espectáculo que sirve para poner el broche de oro a una temporada inolvidable. La de la Decimotercera. La próxima vez que se abra el estadio será para jugar el primer partido de Liga. Pero para eso todavía queda y ahora toca ir a la playa.