El Barcelona ha perdido 325 millones con los tres fichajes más caros de su historia
El Barcelona ha demostrado que cualquier venta es buena y sirve para su único fin en los últimos tiempos: recaudar fondos. El último ejemplo es el de Ousmane Dembélé, que se ha marchado al Paris Saint-Germain por 50 millones de euros, pero los culés sólo ingresarán la mitad. Por tanto, el francés cierra una trilogía de fracasos en lo deportivo y, sobre todo, en lo económico. Una época de sequía que prolonga el adiós de un futbolista que costó 135 kilos, que se perdió un total de 119 partidos por lesión y que ahora deja en las arcas del Barça un 81% de lo que costó en el verano de 2017.
Y es que el Barça se dejó un total de 390 millones en los fichajes de Dembélé, Philippe Coutinho y Antoine Griezmann. De esa cifra, tan sólo ha recuperado 65 kilos, puesto que los dos últimos dejaron 20 en las arcas cada uno, mientras que por ‘El Mosquito’ han ingresado 25, lo que supone una pérdida de 325 millones en total. Una sangría económica que, para colmo, se ha comprimido en un año y que deja en evidencia una vez más la gestión de Josep María Bartomeu, el artífice de los tres fichajes más caros de la historia de la entidad culé. De hecho, si omitiésemos el de Joao Félix por el Atlético de Madrid (127,2 millones), serían los más caros de la Liga.
Además, son tres futbolistas que, ni mucho menos, han dado el rendimiento que se esperaba y tampoco han dado la razón al club catalán, que depositó unas cantidades totalmente desorbitadas por ellos. Si vamos por partes, el último en bajarse del barco, Dembélé, se marcha tras seis temporadas en las que las lesiones fueron su leitmotiv. Aun así, sus números en el último curso vistiendo la elástica blaugrana no fueron del todo malos, ya que anotó ocho goles y repartió ocho asistencias, arrimando así el hombro en la consecución del título de Liga.
Sin embargo, Coutinho y Griezmann representan a la perfección la pésima gestión de Bartomeu al volante del Barça, siendo ahora Joan Laporta el encargado de aligerar esa pesada carga temporada tras temporada. Por un lado, el brasileño sólo disputó 106 partidos en cuatro campañas, cuajando durante su periplo como cedido en el Bayern mejores números que el resto de registros anotadores como culé.
El caso Griezmann
El caso de Griezmann es aún más grave. Un jugador por el que el Barça no sólo peleó el verano de 2019, cuando le acabó fichando, sino también el anterior. El campeón del mundo francés rechazó la propuesta culé y siguió un año más en el Atlético de Madrid, para después marcharse al curso siguiente, y donde retornó dos años más tarde.
Bien es cierto que sus números durante su segundo curso fueron buenos (19 goles y 12 asistencias), pero el futbolista no estaba a gusto y se marchó cedido al Atlético después de ese año. Es más, acabó volviendo posteriormente por 20 millones de euros, por lo que el Barça no llegó a amortizar deportivamente en absoluto el gran esfuerzo que hizo por él en 2019.
El motivo de la liquidación
Pero, realmente, el principal motivo de estas bajas por un precio prácticamente de liquidación no es otro que sanear las cuentas con la intención de poder inscribir jugadores, como Gündogan o Íñigo Martínez, e incluso traer caras nuevas. El Barça ha visto con buenos ojos los 25 millones que acaba de ingresar por Dembélé, pero cierra así un desastroso curso en lo económico, en el que se despide de tres de los fichajes menos rentables de la historia del fútbol.