El Barcelona se agarra a la Copa de milagro
El Barcelona se impuso 3-5 al Granada en el partido correspondiente a los cuartos de final de la Copa del Rey, por lo que los hombres de Ronald Koeman estarán en las semifinales del torneo
El Barcelona estará en las semifinales de la Copa del Rey después de haberse impuesto por 3-5 al Granada en el Nuevo Los Cármenes. Los nazaríes lograron ponerse 2-0 en el marcador, pero en los últimos cinco minutos los de Ronald Koeman consiguieron empatar para mandar el choque a la prórroga. Si el encuentro fue loco, lo que sucedió en la prórroga se queda corto con ese calificativo.
Y es que la Copa del Rey era la vía más fácil del Barcelona para levantar un título. Nadie dijo que fuera a ser sencilla esta eliminatoria, pero después de quedarse en blanco el curso pasado tras más de una década levantando trofeos y cantando alirones, los de Ronald Koeman siguen vivos a pesar de jugar otra prórroga más en lo que va de año. Con esta victoria sufrida y sudada, los futbolistas podrán descansar y sentarse este jueves en el sofá para disfrutar de la charla que mantendrá Gerard Piqué con Ibai Llanos en el canal de Twitch del streamer.
Para tratar de sacar el billete para las semifinales de la Copa del Rey Ronald Koeman no se reservar nada. Por no guardarse, no se guardó ni a Ter Stegen. El técnico holandés sentó a Neto, portero que era habitual en este torneo. Por delante del guardameta alemán estaban Umtiti y Araújo como centrales y Jordi Alba y Sergi Roberto, volviendo éste al once titular después de recuperarse de su lesión. Frenkie de Jong, Sergio Busquets y Pedri forman el trivote en el centro del campo y el tridente para conquistar tierras nazaríes era para Leo Messi, Francisco Trincao y Antoine Griezmann.
Los futbolistas azulgranas salieron a hacer su trabajo desde el primer minuto. Cada balón pasaba por los pies de Messi, que desde que se filtró su contrato parece haber dado un paso al frente para demostrar que su salario está justificado. El argentino estaba de dulce regateando y encontrando espacios y al combinado de Diego Martínez no le quedaba más remedio que encerrarse atrás a la espera de que el Barcelona bajase el ritmo o a poder aprovechar alguna contra.
Durante los primeros minutos las ocasiones del Barcelona se iban sucediendo una tras otra. La férrea y firme zaga nazarí no dejaba ni un hueco y se interponían siempre entre las ocasiones culés y el gol. Y si no era la defensa, ahí estaba Aaron Escandell. El guardameta del Granada metió un pie providencial para salvar el disparo de un Leo Messi que se había firmado una acción individual de bella factura. Y por si fuera poco, el rechace la llegó a Trincao, que con una volea también obligó a volar al arquero local para negarle el gol al portugués.
El muro nazarí
Pedri también comenzaba a aparecer para ayudar a Messi en la organización y distribución. Entre ellos fabricaban ocasiones que luego los Griezmann, Trincao o, incluso, Araújo -en córners y faltas- desperdiciaban. Germán estaba inconmensurable tapando huecos dentro del área granadino y no era fácil superar esa muralla que plantaron los pupilos de Diego Martínez. Una de las mejores ocasiones llegó con una falta de esas que tanto gustan a Leo Messi, de esas que son casi como un penalti para él, una de esas como la que anotó el otro día frente al Athletic. El problema para el rosarino es que Escandell voló para hacer una palomita y dejar con las ganas de celebrar el gol al ’10’.
Instantes después vería la cartulina amarilla Leo Messi por una dura entrada, con la plancha por delante, sobre Víctor Díaz. Después se la devolvía Eteki obstruyendo la carrera del argentino y también el centrocampista del Granada veía la tarjeta. Y si el delantero culé recibía un golpe, el siguiente sería peor. Posesión para el Barcelona en defensa, los de Diego Martínez presionan hasta provocar la pérdida de Umtiti. Soro recoge el cuero y pone un centro entre el portero y la defensa, donde aparece Kenedy para empujar a placer, gol parecido al que encajaron frente al Rayo en Vallecas hace una semana.
Con el 1-0 ambos equipos se fueron a vestuarios y a la vuelta entraron Machís y Foulquier en el combinado andaluz. Los aficionados que veían el partido desde casa volvían de dejar el plato de la cena en el fregadero y se encontraron con el segundo del Granada. Atacaba el Barcelona, perdía el cuero y patadón para arriba. Umtiti, despistado, se la comía y Soldado se plantaba solo delante de Ter Stegen. El delantero valenciano no fallaba en el mano a mano y desataba la locura del cuadro local en el Nuevo Los Cármenes.
Por si fuera poco, en el 55′ Sergi Roberto se tuvo que ir lesionado. Sergiño Dest, que volvía a una convocatoria entró en su lugar. Con el 2-0 el Granada volvió a regalar el balón al Barcelona, que mareaba yendo de un lado a otro pero siempre se acababan sin ideas ante los pocos espacios que había. Algo como lo que le sucede a Trincao, que del centro del campo hasta el área rival es un crack, pero la toma de decisiones en los últimos metros es algo que tiene que seguir practicando, como cuando se sobrepasó la hora de juego que mandó al larguero un derechazo desde dentro del área. Esa sería la última del luso, que abandonó el terreno de juego para dejar su puesto a Dembélé. Junto al francés metía más artillería Koeman: Braithwaite por un señaladísimo Umtiti.
El Granada se lleva un palo
Pasaban los minutos y el Barcelona necesitaba recortar distancias, pero los dos goles hicieron mucho, demasiado, daño en el equipo de Ronald Koeman. Además, el Granada de Diego Martínez, al que hay que valorar lo que está haciendo con este equipo, defendía a la perfección, impidiendo que los culés pudieran disparar a puerta. Lo intentaron como un martillo pilón en el primer acto pero ahora que estaban necesitados eran incapaces de poner en problemas a Aarón Escandell.
Agotó la ventana de cambios Ronald Koeman dando entrada a Riqui Puig y retirando del campo a Sergio Busquets. Se entró en los últimos diez minutos y en el Granada defendía hasta el utillero. Ni futbolistas ratoneros como Riqui, Pedri o Messi encontraban el mínimo espacio para hacer gol. Y cuando podían disparar a puerta, como Griezmann en el 82′ con una chilena perfecta, estaba Escandell en modo héroe para decir «por aquí no pasarás». La madera volvió a evitar un gol a Dembélé con un disparo colocado y potente, y un minuto después Griezmann se topó con el palo de nuevo, pero esta vez sí tuvo la suerte de que el cuero rebotó en la pierna del portero del Granada y se acabó colando dentro de su portería. 2-1 y cuatro minutos de añadido, en los que Messi volvió a estrellar la pelota en el poste para poner en preaviso a los locales.
Jugada parecida parecida a la del gol: Messi cuelga un balón al segundo palo, Griezmann la toca sutilmente y Jordi Alba aparece de la nada para meter la cabeza y poner el 2-2 en el electrónico. Recibía un premio merecido a la insistencia el cuadro azulgrana con el tanto del lateral izquierdo. A la prórroga se fue el partido, pero pudo evitarla Luis Suárez, el del Granada, que el otro está haciendo goles en el Atlético, pero el tiro del colombiano se fue muy cruzado. En el tiempo extra se vio al conjunto local que no podía ni con su alma. Le tocó aguantar y en el 100′ ya no pudieron soportar más el asedio culé. Centro medido de Jordi Alba y Griezmann cabeceaba para adelantar a los suyos, pero un minuto después seguía la locura: penalti de Dest a Neva y Fede Vico que no fallaba desde los once metros.
En la segunda mitad de la prórroga rápidamente volvieron a ponerse por delante los azulgranas. Disparo desde la frontal de Messi, Escandell deja el despeje muerto en el área pequeña donde De Jong sólo tuvo que empujar el cuero al fondo de la red. Sentenció minutos después Jordi Alba, a pase de Griezmann, la eliminatoria Jordi Alba con una volea con la que fusiló al portero del Granada, que no se mereció llevarse una manita a casa. El internacional español puso el 3-5 con el que se llegó al pitido final, con el que se acabó una locura de partido, con el que concluyó un intensísimo y emocionantísimo choque que le valió a los de Ronald Koeman para plantarse en las semifinales de la Copa del Rey.