Sheila Ebana, en una gala navideña

Así bailaba la conga la madre de Lamine Yamal en la cena que organizó en Londres a 330 € el cubierto

Sheila Ebana, madre de Lamine Yamal, acude como estrella a una cena en Londres en la que habían pagado hasta 330 euros por comensal

Bailó la conga durante la velada y se fotografió con varios de los asistentes a la gala

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Hugo Carrasco

Londres acogió este viernes un acto de lo más surrealista. Una supuesta cena navideña de lujo con Sheila Ebana, madre de Lamine Yamal, como principal estrella invitada. Cerca de 100 personas asistieron al evento, organizado por la empresa JEN C Weddings & Events, y que se celebró en un hotel de la capital inglesa. La madre se lo pasó en grande, bailando la conga al comienzo y haciéndose fotos con los asistentes tanto al principio como al final, aunque la gente se marchó de allí con hambre, pese a haber pagado hasta 330 euros por entrada.

La cena, anunciada a bombo y platillo por la organizadora, con la imagen de la madre de Lamine como reclamo, iba a ser, en un principio, en el Nobu Hotel London Protman Square, de cinco estrellas, que cuenta con un lujoso restaurante japonés. Sin embargo, se cambió la sede. Pasó a organizarse en el Leonardo Royal Hotel de la City, de cuatro estrellas. Sería en una de sus las salas, mediante un catering. Un cambio bastante significativo que, eso sí, no afectó al precio de las entradas.

La madre de Lamine Yamal fue utilizada como una especie de gallina de los huevos de oro por la organizadora. Su presencia sirvió para inflar los precios de una cena de lo más ligera, en la que el lujo sólo se dejó ver en los atuendos de los asistentes. Por lo demás, un espacio de lo más simple, en el que hacía frío, que estaba poco ambientado y que contó con un menú escueto, dejando con hambre a los asistentes, como pudo comprobar OKDIARIO.

Aunque acudía como estrella de la noche, no tuvo todo el protagonismo. Éste lo acaparó la anfitriona del evento, la organizadora del evento, llamada Jenni. Sin embargo, la madre del futbolista del Barça tuvo varios momentos en los que sí fijó la atención. Especialmente cuando unas bailarinas brasileñas que ofrecieron un espectáculo durante la cena iniciaron una conga. Sheila Ebana se sumó a ella sin dudarlo.

A partir de ahí, se sentó y sólo se levantó para fotografiarse con todo aquel que se lo solicitaba. Estaba escoltada, y esto también llamó bastante la atención, por Benjamín Zarandona, con el que comparte nacionalidad ecuatoguineana. El ex jugador del Betis fue uno de los rostros conocidos que apareció en la gala y dio incluso un discurso acompañado de la madre de Lamine, que se limitó a dar las gracias a todos por su asistencia.

La madre de Lamine en la cena de 330 €

En lo que respecta a la supuesta cena de lujo, estuvo muy lejos de serlo. Ni la comida ni el lugar estaban a la altura de lo abonado por los comensales, que pagaron entre 100 euros y 330 por asistir. Un evento de lo más surrealista que, además, dejó mucho que desear si se tiene en cuenta el precio.

Contó con un cóctel que se alargó más de lo esperado. Comenzó a las 19:30, hora local, aunque la madre de Lamine no apareció hasta media hora después. Tras varios canapés y una copa de vino espumoso, se dio paso a la cena, que constaba de tres platos a elegir de dos menús distintos. Pronto se empezó a ver que la comida no iba a ser lo mejor de la gala. Tampoco lo peor. En una sala fría, con música disco y sin ambientación –ni navideña, ni de ningún tipo–, comenzaba la gala de Navidad en la que Sheila Ebana tenía que ser la gran estrella. Y tampoco lo fue.

Le robó el protagonismo la anfitriona y, más allá de la conga y las fotos, la madre del jugador culé fue una más. Pasó totalmente desapercibida para varios de los comensales que no le ponían ni siquiera cara. El menú fue de lo más simple. Uno de ellos constaba de una ensalada de tomate que se limitaba a apenas unas finas rodajas y un poco de mozzarella por encima. El segundo plato era una pechuga de pollo asada acompañada de patata y zanahoria que, igualmente, se quedaba en nada. Sí que era más contundente el postre, un pudding con salsa de caramelo.

Hasta cerca de las 23:30, hora local, se alargó la cena de la madre de Lamine Yamal. Ya tras la cena fue cuando comenzó a hacerse fotografías con algunos de los asistentes. Algo que, según se ofrecía de primeras, sólo podían hacerlo los VIP, aquellos que habían pagado 330 euros por la entrada. No fue así. Tras ello, abandonó la sala, se bajó a los exteriores del hotel y comenzó a hacerse una sesión de fotos. Mientras tanto, en el interior, se daba por finalizada la velada.

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