Liga Santander: Barcelona 4 - Atlético 2

El Barça renace a costa de una defensa de papel

El Atlético empezó ganando pero se llevó cuatro goles en los cuatro únicos disparos azulgrana entre palos

Adama Traoré dejó en evidencia a Hermoso y Oblak no hizo ni una sola parada

El gol de Suárez y la expulsión de Alves le pusieron incertidumbre a la segunda parte

El golaverage entre los dos está igualado tras el 2-0 del Metropolitano

Xavi: "No podemos pegarnos un tiro en el pie con Dembélé"

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Araujo: "Hemos jugado los mejores minutos de la temporada"

atlético de madrid barcelona
Xavi se impuso a Simeone en el Camp Nou.
Tomeu Maura

El Barça se llevó el combate entre las dos grandes decepciones de la temporada y agrandó la crisis defensiva de un Atlético que no levanta cabeza y que en estos momentos tiene perdida hasta su plaza en la Champions. El equipo de Simeone ha sido arrastrado al interior de un agujero negro y ha conseguido convencer a sus rivales de que cada balón que llega al área de Oblak puede acabar convertido en gol. Tal es su debilidad que ni siquiera con los centrales titulares le alcanza para mantener la dignidad. Son ya 30 goles encajados en 22 partidos. Números que delatan una situación de ruina.

Mientras, el Barcelona es la otra cara de la moneda. Sigue lejos de su versión habitual, pero por todos lados se aprecian brotes verdes. Junta arriba a Gavi, a Pedri, a Ferran y a Adama y es cierto que le falta una verdadera estrella, pero la frescura de sus atacantes le vale para ir reconstruyendo su identidad. De momento le ha arrebatado la cuarta posición al Atlético y ha igualado el golaverage que tenía perdido tras el 2-0 de la primera vuelta en el Metropolitano. El problema está justo ahora en el otro lado. Y vaya problema que se le viene encima a Simeone. Es imprescindible hacer una limpieza profunda y comenzar desde cero.

Ferran Torres abrió las hostilidades a los cuatro minutos con un zurdazo desde fuera del área que no cogió portería, pero que sirvió como declaración de intenciones de un Barça dispuesto a marcar territorio, pero que pronto se encontró con una mala noticia. A los ocho minutos Koke movió de primera a la banda derecha, por donde llegó Luis Suárez, que abandonó el área para servir desde el costado un pase maravilloso al punto de penalty, donde resolvió Carrasco con un disparo cruzado a la red.

El Atlético hizo piña para celebrar el gol, pero no tuvo tiempo de disfrutarlo. Dos minutos más tarde Gil Manzano se comió una falta muy clara de Adama a Koke, permitió que siguiera la jugada y en el segundo palo el balón le llegó a Jordi Alba, que remató con la espinilla a la mismísima escuadra para restablecer el equilibrio de un partido que comenzó desquiciado.

El 1-1 no amilanó a los de Simeone, que siguieron mandando arriba la línea de presión y esperando su ocasión para clavar el aguijón. A los 19 minutos Joao se hizo sitio ante Alves y soltó un derechazo que llevaba camino de gol, pero que para desgracia del portugués no cogió portería. Justo lo contrario de lo que sucedió en la jugada siguiente. Adama volvió a dejar en evidencia a Mario Hermoso, llegó hasta la línea de fondo y desde ahí sacó un centro al punto de penalty que cabeceó Gavi ante la pasividad de un Vrsaljko que reaccionó tarde.

El gol le hizo un daño enorme al Atlético y elevó la testosterona del Barça hasta el límite máximo. El tiki-taka volvió al Camp Nou y el equipo se sintió tan seguro con el balón que obligó a su rival a perseguir sombras. Simeone se dio cuenta entonces de que con Hermoso no era suficiente para tapar el agujero de la banda izquierda. Carrasco recuperó sitio en el lateral, pero ya era demasiado tarde porque el partido no estaba en sus manos. A los 43 minutos, tras el saque de una falta, Piqué cabeceó al larguero y el rebote, al que no llegó primero Ferran, cayó a los pies de Araujo, que fusiló a Oblak. En sólo 35 minutos el partido había pasado de 0-1 a 3-1. Un resultado que parecía suficiente.

La segunda parte arrancó como comenzó la primera. A los 49 minutos Gavi entró por la derecha, centró raso al área, la defensa rojiblanca volvió a fallar en cadena y Dani Alves no desaprovechó la oportunidad para cantar otro gol como azulgrana. Cuatro disparos entre los tres palos de Oblak y los cuatro para dentro. Inconcebible para un equipo que oficialmente es todavía el campeón de Liga.

El 4-1 hizo perder definitivamente la paciencia a Simeone, que ordenó tres cambios inmediatos. Joao, Lemar y Hermoso quedaron señalados, especialmente el portugués, cuya actitud sigue siendo inaceptable, y Cunha, Reinildo y Correa se incorporaron al partido para volverlo del revés y entonar el canto del cisne. A los 58 minutos Ferran se quedó colgado tras un saque de esquina y Luis Suárez cabeceó a la red para marcar su octavo gol de la temporada y tejer un finísimo hilo de esperanza.

De repente el partido cambió por completo. El Barcelona desapareció engullido por el Atlético y el balón empezó a frecuentar el vecindario de Ter Stegen, que intervino decisivamente primero en un saque de falta de Carrasco y después en un disparo que interpretó mal Luis Suárez.  Xavi miró a su espalda en busca de soluciones en el banquillo, pero antes de que pudiera reaccionar se llevó una mala noticia porque a los 69 minutos Alves se autoexpulsó por una entrada sin sentido sobre Carrasco.

Obligado a reestructurar el equipo, Xavi retiró a Gavi y dio entrada a Dest para reforzar la defensa y domesticar al Atlético, que paradójicamente fue incapaz de crear ni una sola ocasión mientras permaneció en ventaja numérica, lo que dejó el partido en un 4-2 que iguala el 2-0 de la primera vuelta, pero que de momento permite al Barcelona recuperar plaza Champions. 

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