El truco instantáneo para dejar tu vitrocerámica como nueva: no necesitas productos específicos
Se supone que una de las grandes ventajas de la vitrocerámica es lo fácil que resulta de limpiar. Además, hay un sinfín de productos especializados y que prometen todo tipo de beneficios.
Sin embargo, un vídeo viral en TikTok ha demostrado que la mejor forma de limpiar tu vitrocerámica no es con un producto especializado, que puedas adquirir en el supermercado.
Si de verdad quieres dejar tu cocina reluciente, hay un truco casero mucho mejor y sólo necesitas un producto, que seguro que ya tienes en casa. La gran ventaja es que vas a conseguir resultados brutales en pocos segundos.
El remedio casero para limpiar la vitrocerámica
El mejor producto para limpiar la vitrocerámica se supone que está hecho para otros menesteres. Te hablamos del limpiacristales, y seguro que no te hace falta ni comprarlo. Los que mejor funcionan son los de espuma.
Se trata de una opción sorprendentemente efectiva, debido a su capacidad para eliminar grasa y otros residuos. Al estar fabricado para limpiar cristales y vidrios, tiene componentes ideales para disolver la suciedad y actuar como un desengrasante.
La vitrocerámica es una superficie lisa y muy susceptible de recibir arañazos. Por ello, es importantísimo que no utilices productos abrasivos. Eso hace que necesites emplear remedios caseros, que trabajen de una forma muy suave.
El gran éxito de usar limpiacristales en la vitrocerámica es el aspecto brillante que le da y la capacidad para reducir los arañazos. Además, dejará un olor magnífico, para que tu cocina esté en perfecto estado.
¿Cómo cuidar la vitrocerámica con limpiacristales?
Para que el limpiacristales consiga la mayor sensación de limpieza posible debes seguir estos pasos:
- Enfría la vitrocerámica: asegúrate de que está apagada y que no está caliente antes de empezar a limpiar.
- Retira los restos: elimina los trozos de comida y líquidos que hayan quedado para que no se extiendan.
- Aplica el limpiacristales: pulveriza una pequeña cantidad sobre la superficie. Con una fina capa es suficiente.
- Deja que actúe unos segundos: permite que la mezcla repose un tiempo, para que los agentes desengrasantes hagan efecto y disuelvan la suciedad.
- Retira con un paño suave: preferiblemente una bayeta de microfibra, para limpiar la vitrocerámica. Haz movimientos circulares y con mucho cuidado. Fíjate muy bien en las esquinas.
- Seca la superficie: con otro trapo limpio elimina el exceso de producto y los posibles restos de humedad. Esto asegurará un acabado brillante.
- Inspecciona el resultado: asegúrate de que no ha quedado ninguna mancha. Si el problema persiste puedes ayudarte con una espátula para vitrocerámicas.