Una cascada de 100 metros, rutas y unas calles medievales: el pueblo con más encanto de España
Toma nota del pueblo con rutas y calles medievales
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Hay un pueblo a una hora de Barcelona con calles medievales y rutas que se ha convertido en el que posee más encanto de España. Podríamos perdernos en una gran variedad de lugares, en especial si tenemos en cuenta que vivimos en un país en el que todos y cada uno de sus pueblos son maravillosos. Podemos estar encantados con el pueblo de al lado de casa o buscar un poco más allá de la mano de determinadas recomendaciones que nos pueden interesar.
En este caso, podemos descubrir un pueblo con un encanto especial en Barcelona, con todo lo que queremos para pasar una escapada de esas que difícilmente se olvidan. Sin duda alguna, estaremos ante algunos detalles que serán los que marcarán un antes y un después. Con la ayuda de algunos ingredientes que quizás hasta ahora no habíamos tenido en cuenta, la cercanía y los detalles que hacen de estos pueblos los mejor valorados por los turistas, podemos descubrir un rincón espectacular en todos los sentidos. Toma nota de este lugar con una cascada de 100 metros que te dejará con la boca abierta nada más verlo.
Rutas y calles medievales con una cascada de 100 metros
Lo que queremos en estos días que tenemos por delante es un cambio que puede llegar a ser lo que marque la diferencia en todos los sentidos. Por lo que, habrá llegado el momento de empezar a pensar en esos detalles que necesitamos en las jornadas en las que salimos de casa.
Buscar un rincón en el que seguramente podremos perdernos es algo importante. Parar un poco de la ciudad para ir en busca de la tranquilidad de una zona que puede acabar siendo la que nos ayude a crear recuerdos imborrables. Un pueblo para toda la familia o una escapada romántica nos está esperando.
La realidad es que queremos descubrir esos lugares que tenemos por delante y que pueden acabar siendo lo que marque un antes y un después. Una ruta a través de unas calles medievales que nos trasladarán en el tiempo para poder redescubrir algunos elementos que serán fundamentales.
La naturaleza también acabará siendo la que marque un punto a favor de un pueblo que lo tiene todo para enamorarnos. Si estás pensando en realidad un viaje no muy lejos, toma nota de este lugar, te encantará.
El pueblo con más encanto de España
Este pueblo es un poco más grande de lo que estamos acostumbrados, pero cuidado, que tiene de todo y más para poder disfrutar de un lugar que realmente hay que visitar. Rubí es una pequeña ciudad que ofrece varios enclaves en los que descubrir una historia que hay que conocer.
Siguiendo con los principales atractivos que aparecen en su página web: «Entre 1910 y 1925 se construyeron la mayoría de casas y edificios modernistas de Rubí. Las casas modernistas de nuestra ciudad fueron construidas por rubinenses que habían hecho fortuna en las Américas y querían demostrar su riqueza, o por industriales y nuevos ricos de Barcelona como segunda residencia en un Rubí que era todavía un pueblo rural, rodeado de naturaleza, bucólico, y al abrigo de la llegada del ferrocarril, aunque mucho más cercano a una Barcelona industrial y conflictiva. Nuestra ciudad cuenta con varias esculturas y monumentos urbanos que se han convertido ya en referentes para sus habitantes. Cada uno de estos elementos tiene su significado y encontramos de artistas locales, que conmemoran hechos significados de nuestra historia o que homenajean figuras destacadas de nuestra ciudad o que han tenido alguna relación especial. La iglesia aparece documentada por primera vez en 986 aunque, a partir de indicios surgidos de las excavaciones de la plaza del Doctor Guardiet, se cree que se construyó encima de un pequeño templo paleocristiano o visigótico. La iglesia románica de San Pedro es una de las grandes muestras de arte medieval en Rubí, aunque se ven reflejadas las diferentes etapas constructivas que ha vivido entre los siglos XI y XIX. Durante la Guerra Civil se quemó la iglesia y muchos objetos de valor fueron destruidos. Una vez finalizada la guerra, se restauró el altar y de esta época es el retablo barroco que hay en el altar mayor, esculpido por Rafael Solanic, escultor barcelonés discípulo de Esteve Monegal, El Castillo se encuentra en la parte de poniente de Rubí, sobre una colina que domina la población. Orientado de norte a sur, con la antigua puerta en la pared sur, ha sufrido diferentes modificaciones y transformaciones a lo largo de los años. El edificio tiene planta con forma de ele, cosa no muy habitual en la época para una fortaleza señorial, en la que el patio de armas quedaba en medio de los edificios. En la sala de la planta noble hay dos ventanas góticas fechadas en el siglo XV y un peculiar grafito de la misma época que representa un barco. Actualmente, el Castillo es la sede del Museo Municipal Castell (MMUC), que acoge la exposición permanente Rubí, l’evolució d’un poble, que presenta un viaje por la historia de Rubí alrededor del arroyo, protagonista desde los primeros pobladores hasta nuestros días.Durante el primer tercio del siglo XX, ciento diecinueve campesinos, motivados por un ambiente industrialista, fundaron una cooperativa para mejorar la calidad del vino procedente de las viñas rubinenses. El Celler Cooperatiu de Rubí fue fundado como institución dependiente de la Cambra Agrícola Oficial el 13 de diciembre de 1919. El arquitecto Cèsar Martinell i Brunet (Valls, 1888 – Barcelona 1973), discípulo de Gaudí y gran especialista en construcciones agrarias, fue el responsable de la construcción del edificio entre el 1919 y el 1921. El Celler mantuvo su función de 1920 a 1988, año que lo adquirió el Ayuntamiento y desde el que se han desarrollado diferentes actividades, mayoritariamente de tipo cultural».
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