Mercurio: qué es, para qué sirve y características
El mercurio es un metal plateado y bastante brillante que permanece líquido a temperatura ambiente. Es un elemento químico exquisitamente bello, pero también bastante tóxico.
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Quizás aquellos que sean de generaciones mayores recordarán que hasta hace poco, en las casas se utilizaban termómetros que en su interior llevaban mercurio, el único de los metales que permanece en estado líquido cuando se encuentra a temperatura ambiente. Un metal muy usado y con muchas posibilidades pero que es también conocido por su toxicidad. Conozcamos ahora todo sobre el Mercurio: qué es, para qué sirve y características.
Mercurio: qué es, para qué sirve y características
El mercurio es un elemento químico con el símbolo Hg y número atómico 80. Es un metal de transición pesado de color plateado. Es uno de los pocos elementos de la tabla periódica y el único metal que se mantiene líquido a temperatura ambiente, junto con el bromo y otros elementos. El nombre usado en la antigüedad para indicar mercurio es el latín hydrargyrium, del que derivan las letras Hg que a su vez deriva del griego hydrárgyros, compuesto por ὕδωρ, «hydor» agua y ἄργυρος, «árgyros» plata. Se obtiene principalmente reduciendo el cinabrio.
Amalgamas
Una de las principales características que tiene el mercurio es que interactúa con otros metales, como el oro y la plata, para formar las llamadas amalgamas. El hierro es una excepción y de ahí que frascos de hierro se hayan utilizado tradicionalmente, especialmente en la minería, para contener y comercializar mercurio. Varios otros metales de la primera serie de transición, excluidos el manganeso, el cobre, el zinc, el platino y algunos otros elementos, forman amalgamas, pero muy lentamente. El mercurio se une fácilmente al aluminio para formar una amalgama de Hg-Al si los dos metales puros entran en contacto.
Historia
El mercurio ya se conocía en la antigüedad en China e India; también se encontró en antiguas tumbas egipcias que datan del 1500 aC. En China, India y el Tíbet, se creía que el mercurio prolongaba la vida, curaba fracturas y ayudaba a mantener una buena salud. Se dice que el primer emperador de China, Qin Shi Huang Di, se volvió loco y luego murió por la ingestión de pastillas de mercurio que estaban destinadas a garantizarle la vida eterna. Los antiguos griegos y romanos lo usaban en ungüentos y como cosmético. Para los alquimistas, el mercurio se consideraba a menudo como uno de los elementos primordiales que componen la materia.
Aplicaciones
El mercurio se ha utilizado principalmente en la preparación de productos químicos industriales y en los campos eléctrico y electrónico. Se ha usado para termómetros, barómetros, esfigmomanómetros, bombas de difusión y muchos otros instrumentos de laboratorio, elegido por ser líquido, opaco y de alta densidad. Sus usos en los campos eléctrico y electrónico incluyen la construcción de interruptores, electrodos, o baterías. En el campo de la medicina, la amalgama de mercurio con otros metales se utilizaba para hacer empastes dentales.
El mercurio también se ha utilizado como refrigerante en algunos tipos de plantas de energía nuclear y para fabricar telescopios de espejo líquido. El mercurio también se ha utilizado en la purificación de minerales de oro y plata, mediante la formación de amalgamas. Este uso, altamente contaminante y nocivo para el medio ambiente y los mineros, todavía está muy extendido en las minas de oro de la cuenca del río Amazonas en Brasil.
Los vapores de mercurio se han usado también en algunos tipos de lámparas fluorescentes. Gracias a la alta tensión superficial, es un líquido que no penetra en los poros abiertos de los materiales de construcción comunes. Esto permite medir la distribución de porosidad abierta de materiales mediante porosimetría de intrusión de mercurio. Aún más amplios son los usos de los compuestos químicos del mercurio: catalizadores, tintes, insecticidas.
Sin embargo, muchos de los usos comunes en el pasado, incluidos la fabricación de termómetros, herbicidas y medicamentos, se han abandonado debido a la toxicidad del mercurio.
Toxicidad del mercurio
El mercurio es muy tóxico; La introducción en el cuerpo puede ocurrir por ingestión, por inhalación de los vapores o por simple contacto, puede pasar a través de la piel. En cuanto al mercurio elemental, el metal líquido, el mayor riesgo de intoxicación aguda está vinculado a los vapores, ya que la absorción cutánea es insignificante, al igual que la absorción intestinal. La situación es diferente para las sales de mercurio, que pueden pasar más fácilmente a través de la cadena alimentaria. Sin embargo, la forma más peligrosa para la salud humana es la orgánica, principalmente el metilmercurio presente en el pescado y otros alimentos, que son absorbidos y acumulados con mayor eficacia por los tejidos.
De hecho los expertos recomiendan que ciertas categorías de personas, a saber, niños pequeños, madres lactantes y mujeres que puedan quedar embarazadas, no consuman más de 340 gramos de mariscos bajos en mercurio por semana; en el caso de peces con un contenido más elevado de mercurio, como el atún blanco, y en el caso de peces aficionados capturados en aguas no consideradas seguras, el consumo máximo semanal se reduce a la mitad 170 gramos; Además, deben evitarse los peces grandes como el tiburón y el pez espada.
Problemas ambientales y reglamentación
El grave problema de la toxicidad de este metal que también se plantea frente al medio ambiente, ha dado lugar a una serie de iniciativas de organismos nacionales e internacionales que se ocupan de la protección ambiental y la salud pública, comprometidos con su eliminación progresiva de los ciclos productivos en todas sus formas. En 2013 estos esfuerzos se materializaron en el Convenio de Minamata, un acuerdo internacional firmado por más de cien países en el que se estableció la introducción paulatina de una serie de medidas de contención, que llevarían a la prohibición total de algunos dispositivos en 2020, incluidas baterías, lámparas fluorescentes y cosmética. La Unión Europea está a su vez comprometida con el mismo objetivo. En 2005 fijó un programa en varios puntos de la estrategia de la UE sobre el mercurio que indicaba una serie de medidas encaminadas a la reducción progresiva del uso de mercurio en todas sus formas.
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