Por primera vez un español coreografía el Concierto de Año Nuevo en Viena

Concierto de Año Nuevo de Viena. Foto: Europa Press
Concierto de Año Nuevo de Viena. Foto: Europa Press

José Carlos Martínez, ex director de la Compañía Nacional de Danza (CND), se ha convertido este primero de 2020 en el primer español que ha coreografiado el tradicional ballet que acompaña el Concierto de Año Nuevo, y en el que ha innovado incorporando a Beethoven en un «mini musical» de los años 50 con perro incluido.

Por primera vez en sus 79 años de historia, el Concierto de Año Nuevo, que tiene una audiencia potencial de más de mil millones de personas en 54 países, ha dedicado su «intervalo», el espacio entre las dos partes del concierto, a Beethoven, del que se cumplen 250 años de su nacimiento en 2020 y que fue vecino de Viena cuando acudió allí a estudiar con Mozart y donde murió, en 1827.

Por eso, explicó en una entrevista con Efe Martínez, ha dedicado la segunda parte al compositor a seis de sus doce contradanzas, una pieza de cuatro minutos y medio que bailan cuatro bailarines de la Ópera Estatal de Viena (Wiener Staatsoper) -Ketevan Papava, Roman Lazik, Olga Esina y Jacob Feyferlik-, y «Vito», un perro de raza Spinone Blanco.

«Lo hacemos en la casa-museo de Beethoven y como tiene un suelo muy irregular pensé que era muy peligroso bailar algo en puntas allí así que se me ocurrió un ‘musical’ de los años 50 protagonizado por unos americanos, calzados con zapatos, que la van a visitar», adelantó el coreógrafo (Cartagena, Murcia, 1969).

Asegura que ha quedado una pieza «muy divertida» y que el perro es «un prodigio», tanto que la escena final, en la que tenía que ir corriendo, mirar a cámara y marcharse, la clavó todas las veces que hubo que repetir… «hasta que el bailarín hizo el gesto correcto», se ríe, entusiasmado con la experiencia de haber trabajado con un animal.

«Es una pieza más contemporánea, más libre y a la vez más teatral. Es como una comedia musical, como ‘Un americano en París’. Lo bueno de la televisión es que vas cambiando de plano y sitio directamente», detalla Martínez, bailarín estrella de la Ópera de París y Comandante de la Orden de las Artes y las Letras de Francia.

Los organizadores le pidieron que hiciera «algo diferente» pero había «parámetros» que cumplir, por eso la primera parte está dedicada al vals de Johan Strauss, en concreto «¡Abrazaos, millones!», compuesta con el título de un verso de la «Oda a la alegría» de Schiller.

«Son diez minutos de vals muy tradicional, grabado en distintas salas del Palacio de Invierno del príncipe Eugenio de Saboya, que ahora es el ministerio de Finanzas, y lo interpretan seis bailarines -Natasha Mair, Denis Cherevychko, Nina Tonoli, Davide Dato, Madison Young y Robert Gabdullin-«, ha explicado.

El letón Andris Nelsons ha sido el encargado este año de dirigir el Concierto de Año Nuevo, que se celebra en la Sala Grande o Sala Dorada de la Sociedad Musical, el Musikverein, de la capital austríaca. Trabajar con esos medios «y de esa manera», ha asegurado, fue «genial», «como unas vacaciones»: «ha sido una experiencia súper bonita, no hubiera podido decir que no».

Se da la circunstancia de que se lo propusieron por primera vez para el concierto del 1 de enero de 2011 pero «justo» se hizo cargo de la dirección de la CND y le era imposible.

«Pensé ‘una vez que he dicho que no, no me lo vuelven a pedir en la vida’ pero resulta que me lo ofrecen de nuevo ocho después, cuando estaba totalmente disponible. Una suerte increíble», se ríe de nuevo el coreógrafo y exbailarín.

Martínez, que está preparando la coproducción entre la Ópera de Roma y la Ópera de Liubliana de «El Corsario», que se estrenará en marzo en la capital italiana y en abril en la capital eslovena, vive «encantado» el éxito que ha tenido su idea de que la CND baile de nuevo esta Navidad durante dos semanas «El Cascanueces» en el Teatro de la Zarzuela, para el que se agotaron todas las entradas antes de estrenarse.

«Entiendo lo que dice Joaquín de Luz -su sustituto en la CND- de que son dos semanas en las que una compañía que no tiene teatro propio podría hacer otras cosas y que no quiera volver a hacerlo pero somos una compañía pública y es nuestra obligación también ser rentables. ‘El Cascanueces’ es siempre un éxito y retornamos a la sociedad parte de lo que ella nos da».

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