‘Perfiles psiquiátricos de hombres asesinos’: ¿debe ser considerada la psicopatía una enfermedad mental?

‘Perfiles psiquiátricos de hombres asesinos’: ¿debe ser considerada la psicopatía una enfermedad mental?
Fotograma de 'El silencio de los corderos'.

En nuestra sociedad actual existe un vivo debate sobre si la psicopatía debe ser o no considerada una enfermedad mental. ‘Perfiles psiquiátricos de hombres asesinos’ de Abigail Mora y César Alcalá aborda dicha cuestión en profundidad para dibujar un perfil veraz y fundado del asesino en serie como un sujeto carente de empatía, lo que le predispone a asesinar si de ese modo satisface sus pulsiones básicas. Pero, ¿qué diferencia realmente a un psicópata del que no lo es, cuando ambos sujetos cometen horrendos crímenes?

Robert Resslet, el agente del FBI que acuñó el término de asesino en serie afirma que “tras cada crimen, el AS piensa en cosas que podía haber hecho para que el asesinato hubiera sido más satisfactorio. Esto, entre otras cosas, le llevará a actuar de nuevo”.

El investigador estadounidense Adrian Raine sostiene que existe un gen responsable de la producción de una hormona, que regula los neurotransmisores implicados en el control de los impulsos. Los individuos que carecen de este gen tendrían una predisposición a la violencia, aunque eso no significa que se conviertan en futuros asesinos.

Que existe una atracción por los asesinos en serie lo demuestra las películas y documentales que se pueden ver en todas las plataformas que funcionan hoy en día en nuestro país en Streaming. Hay una atracción por ellos. Y esta llega a tal extremo que algunas personas sufren hibristofilia. ¿Qué es? Un tipo de parafilia en la que el sujeto siente atracción por mantener relaciones sexuales con personas peligrosas, ya sean asesinos, violadores o ladrones. Y no es sólo la atracción sexual.

Algunos, a través de esta parafilia, buscan fama o creen que pueden amansar aquella bestia despiadada que ha cometido uno o innumerables asesinatos. Se han dado caso de asesinos en serie -como Ted Bundy, Richard Ramírez, entre otros- que se casaron con admiradoras. Un caso de atracción lo tenemos entre Hannibal Lecter y Clarice M. Starling, en El silencio de los corderos de Thomas Harris.

El problema es que a muchos de estos personajes no se les puede considerar enfermos. La psicopatía no está considerada una enfermedad mental. Dicho de otra manera, el psicópata posee una personalidad que, sin legar a ser una enfermedad mental, es anormal. Se la diagnostica según el DSM-IV -Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders- dentro de los trastornos de personalidad, como un trastorno antisocial de la personalidad. Teniendo en cuenta esto, es más fácil entender que un enfermo mental como Richard Trenton Chase mate, pero es más espeluznante cuando no lo es y mata por placer en el caso de los psicópatas.

No son héroes ni se les puede mitificar. Todo lo contrario. Necesitan ayuda psiquiátrica. El problema radica en que muchos de ellos nunca fueron tratados porque el avance médico de su época no permitía identificar su trastorno mental. Lo que en el siglo XIX y principios del XX era locura, hoy en día son trastornos psicóticos, considerados una enfermedad psiquiátrica. No podemos usar con ellos la terminología “anomalía psiquiátrica”, sino trastorno, enfermedad o problema de salud mental.

En nuestra sociedad actual existe un vivo debate sobre su la psicopatía deber ser o no considerada una enfermedad mental. Perfiles Psiquiátricos de Hombres Asesinos aborda dicha cuestión en profundidad para dibujar un perfil veraz y fundado del asesino en serie como un sujeto carente de empatía, lo que le predispone a asesinar si de ese modo satisface sus pulsiones básicas. Pero, ¿qué diferencia realmente a un psicópata del que no lo es, cuando ambos sujetos cometen horrendos crímenes?

César Alcalá que cuenta con una extensa experiencia como investigador, junto con Abigail Mora Sanz, psicóloga especializada en psicopatología forense, legal y criminológica, trasladan al lector el complejo retrato de once personalidades que cometieron actos criminales de singularidad brutal y aparente carencia de escrúpulos. El conocimiento de esos casos y de los entresijos que rodearon sus macabras historias revela el modo de proceder de estos individuos y permite extraer conclusiones realmente trascendentes a la hora de discernir entre el enfermo mental y el sujeto que mata por puro y exclusivo placer. Una obra tan necesaria como estremecedora.

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