EMERGENCIA EN VALENCIA

La UME busca cadáveres en el parking de un centro comercial de Valencia en el que había 700 personas

El centro comercial de Bonaire es uno de los más grandes de España y su parking tiene 5.700 plazas, absolutamente anegadas

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  • PEDRO ANTOLINOS / MARIELA MENSAT
  • Valencia

OKDIARIO ha captado la llegada de la Unidad Militar de Emergencias (UME) al centro comercial Bonaire, en Aldaya. Uno de los más grandes de España y el mayor de toda la provincia, con un parking para 5.700 plazas que han quedado cubiertas hasta el nivel de la calle. En el momento en que sonaron las alarmas por la inundación de la DANA y se instó a los clientes a desalojar había alrededor de 700 personas en su interior. Las labores para extraer toda esa cantidad de agua ya han comenzado. Ahora, el temor está en lo que haya ahí dentro. «Lo que vamos a encontrar puede ser desolador», señala el alcalde de la localidad, Guillermo Luján.

Los efectivos de la UME han llegado a bordo de vehículos con medios acuáticos y motobombas de extracción de agua para comenzar los trabajos de vaciado de este centro comercial. Unas instalaciones que han quedado absolutamente anegadas. 

Se trata de uno de los epicentros de la tragedia: el centro de Bonaire estaba abierto en el momento en que se decretó la alarma del pasado 29 de octubre. En su interior hay 120 establecimientos, unos cines con múltiples salas y una gran superficie de alimentación.  La mayoría de los 700 clientes que se encontraban en su interior en ese momento estaban haciendo la compra en este establecimiento. Las alarmas sonaron y por megafonía se instó a la gente a desalojar el centro.

Bonaire
Estado del parking antes de la llegada de UME.

En ese momento, el agua ya había entrado a raudales por la boca del parking de Bonaire, descendiendo las plantas de este. Según los testigos, muchas personas se dirigieron hacia el parking para recoger su coche e irse de allí.

En cuestión de minutos, las plantas inferiores quedaron completamente inundadas. Los trabajadores de las tiendas y del hipermercado, que salieron de allí tiempo después que los clientes, ya no pudieron llegar hasta sus vehículos. Un vigilante de seguridad les impidió el paso advirtiéndoles que aquello era ya una trampa mortal.

Lo que haya en su interior es aún un misterio que provoca escalofríos tanto al personal de emergencias como a las autoridades del municipio. El alcalde de la localidad, Guillermo Luján, ha señalado a TVE en directo que hay que tener «cautela», pero ha reconocido que «lo que vamos a encontrar en Bonaire puede ser desolador».

Coches y parkings

Los servicios de emergencia civiles y la UME ya han conseguido llegar a las zonas más afectadas por la DANA, como Paiporta y Catarroja, y lo que allí se han encontrado les ha «helado la sangre». «Esto es un horror, mucho peor de lo que esperábamos», señala un militar español que ha trabajado en la zona de Paiporta. Sospechan que, en vista de los cuerpos que han ido encontrando, el balance de fallecidos pueda aumentar considerablemente en las próximas horas, por encima de los 202 actuales. El foco está puesto en garajes y bajo el amasijo de coches que bloquea las calles.

La zona cero de la DANA es aún un escenario apocalíptico cubierto por el lodo, las ramas y coches. Muchos coches. Son, precisamente, el mayor obstáculo al que se enfrentan los servicios de emergencia para tratar de acceder a estas poblaciones, las más afectadas por el torrente descontrolado de agua que bajó por el barranco del Poyo llevándoselo todo a su paso. De momento, también, más de 200 vidas.

Pero esa cifra, temen efectivos de la UME con los que ha podido hablar OKDIARO, se va a quedar dramáticamente corta en las próximas horas y días. Eso es, al menos, lo que extraen como conclusión de su primera jornada de trabajo sobre el terreno.

Los militares han instalado su puesto avanzado de mando en la gasolinera de Paiporta, desde donde han iniciado misiones para despejar las vías y llevar agua y víveres a los vecinos necesitados. La segunda fase de su despliegue de este viernes ha sido la de encontrar a desaparecidos. Una palabra que poco a poco va asimilándose con la una cruda realidad: la esperanza de supervivencia en una inundación desciende drásticamente a cada hora que pasa. En un terremoto, la víctima atrapada puede llegar a aguantar días. El agua, sin embargo, es letal. Y ya han pasado más de 72 horas desde que el agua arrasó Paiporta.

La atención está puesta en los coches. Bajo ellos, más bien. Hay montañas de decenas de coches bloqueando las calles y es necesario sacar uno a uno para ir comprobando si hay cuerpos. Y «van saliendo muchos», dicen las fuentes militares consultadas. «Ya no es el alto número de fallecidos que van apareciendo, que es mucho mayor a lo que esperábamos en principio, sino muchas veces el estado en que se encuentran», indican. El amasijo de metal de las carrocerías, junto con los juncos y los troncos que trajo la riada, se convirtió en «una trituradora» bajo las aguas. Eso va a dificultar, dicen, el trabajo de identificación.

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