‘Emboscada final’, la última película de Netflix, una decepción dolorosa

Crítica (sin spoilers) de 'Emboscada final', con Kevin Costner y Woody Harrelson

Emboscada final
Emboscada final

Una película que se centra en el mito de Bonnie y Clyde desde otra perspectiva y protagonizada por Kevin Costner y Woody Harrelson, con el sello de Netflix, debería ser un acierto, una apuesta prácticamente segura. Sin embargo, ‘Emboscada final’, la nueva cinta original de la plataforma, que se ha estrenado este mismo viernes 29 de marzo, es una gran decepción, quizá mayor de lo que podríamos haber esperado.

La química existente entre los dos protagonistas y, por supuesto, esa nueva aproximación al mito de estos dos criminales, nos hacen presagiar en los comienzos del film un camino cómodo, interesante e intenso. Pero nuestros presagios se van deshaciendo poco a poco, conforme el ritmo de la película decae y el interés del espectador hace lo propio. Hay pinceladas, sí, pero también hay un error en el enfoque, que era precisamente lo que parecía que iba a atraparnos de ‘Emboscada final’.

Sin spoiler alguno, quizá la mayor decepción que nos hemos llevado en el visionado de esta nueva cinta original de Netflix ha sido ver cómo la misma se quedaba atascada en algo que ya todos conocemos. En muchas ocasiones, de principio a fin, se hace referencia a lo curioso del caso de Bonnie y Clyde, reflexionando muy por encima sobre el hecho de que el pueblo les considerara héroes, les protegiera, les adorara. Pero ahí se queda la cosa.

A posteriori, cuando ya hemos terminado de ver el largometraje, nos damos cuenta de que nos hemos quedado con ganas de ir más allá, con la decepción dolorosa que ha dejado en nosotros el comprobar que estas pinceladas se han quedado en eso, en pequeños trazos. Quedándose en esa necesidad de acabar con los criminales con todas las consecuencias, ‘Emboscada final’ no analiza el por qué del comentado fenómeno.

Ni siquiera las interpretaciones de Costner y Harrelson, especialmente la de éste último, siempre brillante, consiguen conectarnos a un relato que sabemos cómo va a terminar, que no nos sorprende y que no nos permite bucear en los dilemas que va generando en nosotros. Al menos no durante el visionado, ya que pasa sobre ellos por encima, sin escarbar en la condición humana, lo cual habría sido una grata sorpresa.

Los amantes del thriller policiaco, con algún que otro toque ligero de western, disfrutarán una parte de la cinta, como también hemos hecho nosotros. Pero la decepción es quizá el sentimiento que nos domina tras una película en la que la fotografía podría haber brillado, al igual que las interpretaciones o la dirección -con algunos planos maravillosos, como el de la secuencia inicial-, pero en la que todo se ve empañado por ese interés decreciente que se instala en el espectador.

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