SpaceX firma un acuerdo con la NASA para evitar colisiones en el espacio
El acuerdo firmado entre la NASA y SpaceX planea compartir la ubicación exacta de cada satélite, lo cual es un paso muy importante. Toma nota de estos datos.
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El aumento del número de satélites en órbita, particularmente debido a las mega constelaciones que comprenden varios cientos o incluso miles de satélites, es una preocupación para las agencias espaciales. Si bien estas constelaciones gigantes hacen esfuerzos significativos para integrarse lo mejor posible en el tráfico espacial y prevenir colisiones, no existe el riesgo cero. Pero la NASA y SpaceX han llegado a un acuerdo para limitar este riesgo y gestionar mejor las maniobras de los satélites Starlink.
Acuerdo suscrito entre la NASA y SpaceX
El mensaje de prensa emitido por la NASA anuncia que ha suscrito con SpaceX un acuerdo para evitar el riesgo de colisión orbital entre sus satélites y los de la constelación Starlink.
En términos prácticos, ambas partes acuerdan compartir información clasificada sobre la ubicación de sus satélites para evitar colisiones o generar complicadas maniobras evasivas innecesarias.
El acuerdo también cubre los múltiples lanzamientos que SpaceX está comercializando y que también son una preocupación para otros usuarios del espacio.
La constelación de Starlink
Starlink es una constelación de satélites muy pequeños construidos, lanzados y operados por SpaceX y que se encuentran a unos 550 kilómetros de distancia de la Tierra.
La empresa de Elon Musk se ha planteado como objetivo tener unos 1.500 satélites en órbita a finales de 2021, en la actualidad están activos un poco más de 1000. Eventualmente, se espera que la constelación alcance los 12.000 satélites en servicio, y el proyecto espera llegar a los 42.000.
Este número muy alto de satélites puede explicarse por la baja altitud de la Constelación de Starlink, que quiere conectar todo el planeta a la banda ancha. Inicialmente, se suponía que era mucho mayor, pero representaba un riesgo para la seguridad de las operaciones espaciales.
Se decidió entonces, destinar una franja de entre 350 y 500 kilómetros, al menos para la primera generación de satélites Starlink.
Limitar los riesgos en órbita con los satélites Starlink
Inevitablemente, una constelación más baja requiere un mayor número de satélites. Sin embargo, a esta altitud el riesgo de contaminación es mucho menor. De hecho, en caso de una avería, los satélites vuelven a la Tierra muy rápidamente, consumiéndose en la atmósfera. En caso de colisión entre dos satélites, la contaminación generada sería menos permanente porque los escombros también terminan cayendo.
En la práctica, compartir los datos puede mejorar la seguridad de las operaciones. Realmente sería posible evitar superposiciones entre satélites y coordinar las actividades humanas en órbita baja.
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