Luto inminente en la geología: científicos alertan que el ‘pico de extinción de glaciares’ puede llegar en 2050
Los glaciares del mundo están entrando en una fase decisiva. No es un deshielo lento y constante, sino un proceso que se acelera y se concentra en el tiempo. Los científicos ya le han puesto nombre: pico de extinción de glaciares, el momento en el que el número de glaciares que desaparecen cada año alcanza su máximo histórico.
Ese punto está más cerca de lo que parece. En este artículo nos centramos en los resultados de un estudio publicado en Nature que analiza el futuro de más de 200.000 glaciares y explica que el calentamiento global decidirá cuántos se pierden y cuántos aún pueden salvarse.
El pico de extinción de glaciares ya tiene fecha
El estudio, encabezado por el investigador Lander Van Tricht, ha analizado datos satelitales de glaciares de todo el planeta usando tres modelos globales y cuatro escenarios climáticos distintos. El concepto clave es sencillo pero inquietante: llegará un año en el que el número de glaciares que desaparecen cada año será el mayor jamás registrado.
Según los resultados, ese pico se producirá a mitad de siglo. Si el calentamiento global se limita a 1,5 ºC respecto a la era preindustrial, el máximo llegaría alrededor de 2041, con unas 2.000 desapariciones anuales. En escenarios más cálidos, el proceso se agrava. Con un aumento cercano a los 4 °C, podrían desaparecer hasta 4.000 glaciares cada año durante la década de 2050.
El estudio también muestra que las pérdidas no serán homogéneas. Las regiones con glaciares pequeños y medianos, como los Alpes europeos o los Andes subtropicales, sufrirán las desapariciones más tempranas. En algunas zonas, hasta la mitad de los glaciares podría perderse en apenas dos décadas. En cambio, las grandes masas de hielo de Groenlandia o los márgenes de la Antártida alcanzarán su pico más adelante, aunque no están a salvo.
Incluso en el escenario más optimista, el pico es inevitable y llegará pronto. La diferencia está en su magnitud y en cuántos glaciares logren sobrevivir a largo plazo.
Qué implica perder miles de glaciares cada año
La pérdida acelerada de glaciares tendrá consecuencias directas en muchos ámbitos. Una de las más inmediatas será la reducción de las reservas de agua dulce en regiones que dependen del deshielo estacional para el consumo humano, la agricultura y la producción de energía hidroeléctrica. A medida que los glaciares desaparecen, ese suministro se vuelve más irregular y, a largo plazo, insuficiente.
El deshielo también contribuye al aumento del nivel del mar, sumándose al aporte de las grandes capas de hielo polares. Este proceso incrementa el riesgo de inundaciones costeras y erosión en zonas habitadas, con efectos especialmente graves en áreas bajas y densamente pobladas.
En las regiones de montaña, la inestabilidad del hielo genera más peligros naturales. Aumenta la probabilidad de aludes, desprendimientos de rocas y vaciamientos repentinos de lagos glaciares, fenómenos que ya están afectando a comunidades locales y a infraestructuras.
Más allá de los impactos físicos, la pérdida de glaciares supone un golpe cultural y emocional para muchas comunidades. En numerosos lugares, estos hielos forman parte de la identidad, la historia y las creencias locales, por lo que su desaparición implica también una pérdida simbólica.
A todo ello se suma el impacto económico. Sectores como el turismo de montaña, la agricultura o la gestión del agua verán alterado su funcionamiento, con costes crecientes para adaptarse a un entorno con menos hielo y mayor incertidumbre climática.