Los científicos tienen una nueva pista para encontrar vida alienígena fuera de la Tierra (y no es lo que esperábamos)
Los humanos siempre hemos imaginado la vida fuera de la Tierra como algo cercano a la ciencia ficción. Películas como La guerra de las galaxias, E.T. o Alien son un ejemplo claro. Y aunque esa idea sigue presente en la mente de muchos, la realidad podría ser mucho más distinta de lo que creemos.
Los científicos han comprobado que la pista no llega como una presencia evidente, sino como un rastro químico discreto que cuesta mucho ver. Lo que encuentran es más bien sutil, silencioso y muy distinto a lo que prometía la fantasía.
Descubren una posible huella alienígena fuera de la Tierra
El Telescopio Espacial James Webb ha abierto una vía inesperada en la búsqueda de vida. Al observar la atmósfera del exoplaneta K2-18b, situado a 124 años luz, los equipos encontraron la firma química de dos moléculas muy concretas: el sulfuro de dimetilo (DMS) y el disulfuro de dimetilo (DMDS).
Aquí, en la Tierra, estas sustancias tienen un único origen. Las producen organismos marinos diminutos, sobre todo el fitoplancton. Ningún proceso geológico conocido las genera por sí mismo.
Ese hallazgo ha llamado la atención porque coloca sobre la mesa la primera señal seria que encaja con lo que un planeta habitado podría mostrar. La evidencia estadística es sólida y podría alcanzar el nivel de descubrimiento con más horas de observación del Webb. Además, el nuevo análisis no repite el instrumento usado hace dos años. Cambia de rango y de método, lo que refuerza la fiabilidad.
K2-18b pertenece a una categoría relativamente nueva: los mundos hiaceánicos. Son planetas envueltos en atmósferas ricas en hidrógeno bajo las que puede existir un océano profundo. Los modelos previos ya sugerían que, si surgía vida en un entorno así, este tipo de moléculas aparecería en cantidades apreciables. Y eso es justo lo que muestra la espectroscopía del Webb.
Las concentraciones detectadas superan en miles de veces las terrestres. Puede existir una vía química desconocida que produzca DMS y DMDS a esa escala, y los investigadores lo están analizando.
Cómo es el sistema que permite identificar atmósferas con similitudes a la Tierra
El sistema que usan los astrónomos es directo. Cuando un planeta pasa por delante de su estrella, una parte de la luz cruza su atmósfera antes de llegar a la Tierra. Esa luz llega alterada y contiene las firmas químicas de los gases que ha atravesado.
El Webb descompone esa señal y permite saber qué moléculas flotan. Con esta técnica llevan años buscando metano, dióxido de carbono o vapor de agua. Ahora la aplican también a compuestos que sólo produce la vida.
Esa es la vía biológica, pero la otra se centra en las tecnofirmas, los rastros que dejaría una civilización avanzada. Incluye emisiones de radio con patrones artificiales, contaminación industrial detectable desde otros sistemas o incluso megaestructuras alrededor de estrellas. Pero, por ahora, la pista más convincente no proviene de la tecnología, sino que llega de la química silenciosa de organismos diminutos.
Si una civilización cercana analizara nuestra atmósfera con un telescopio como el Webb, no tardaría en reconocer la mezcla. Vería metano, oxígeno, dióxido de carbono y las señales claras de nuestra propia industria. Con ese retrato químico deduciría que aquí hay vida y que el planeta está habitado por una especie tecnológica.