La ANC llama a la violencia: «Los vándalos uniformados se encontrarán un día gente lista para la confrontación»
"Cuando esto ocurra, será cuestión de horas que el régimen caiga como un castillo de naipes"
La ANC es el brazo civil de ERC y JxCAT para mantener movilizado al independentismo
La violencia en Cataluña no es cosa de cuatro radicales: muchas veces está alimentada desde determinados cargos con dimensión pública. El último ejemplo llega vía Twitter. «Llegará el día que los vándalos uniformados se encontrarán al otro lado gente 100% preparada para la confrontación. Cuando esto ocurra, será cuestión de horas que el régimen caiga como un castillo de naipes. Significará que han perdido toda autoridad por parte de quien la había concedido: la gente». El comentario pertenece a David Fernández, número 2 de la Asamblea Nacional de Cataluña (ANC), el brazo civil del separatismo catalán representado políticamente por ERC y JxCAT. Lo escribió el mismo día que un grupo de violentos quemó un furgón de la Guardia Urbana con un agente dentro.
Vicepresidente de la ANC desde que Elisenda Paluzie -procedente de ERC- sustituyera en el cargo a Jordi Sànchez -hoy secretario general de JxCAT y condenado a nueve años de cárcel por sedición tras los hechos ocurridos en Cataluña durante el otoño de 2017-, Fernández cree que las semanas de disturbios en Cataluña han puesto al movimiento separatista ante un momento decisivo, circunstancia que no debería desaprovechar: «O hacemos nuestra vía hacia la independencia, o las estructuras de estado españolizadas nos silenciarán».
Arribarà el dia que els vàndals uniformats es trobaran a l’altre costat gent 100% preparada per la confrontació. Quan això passi, serà qüestió d’hores que el règim caigui com un castell de cartes. Significarà que han perdut tota autoritat per part de qui l’havia concedit: la gent https://t.co/OAo7QZtJIM
— David Fernàndez (@DavictusCat) February 27, 2021
Fernández es un personaje que se caracteriza por sus discursos de odio. El problema de Cataluña es, a su juicio, España, que tiene como único objetivo «eliminar catalanes». «Si existiera el botón de eliminar catalanes, lo utilizarían sin dudar», escribió sin recato alguno en un largo hilo publicado en su cuenta personal de Twitter el año pasado para exponer su sofisticado argumento sobre la cuestión catalana: «La principal amenaza del pueblo catalán es que los españoles no quieren que estemos, no quieren que existamos, nos niegan. La realidad es que para los españoles nuestra sola existencia es una amenaza para su propia existencia».
El dirigente de la ANC proclama que «los aparatos del Estado» controlan «todo desde Madrid» y recurre al tópico del «expolio fiscal» para explicar que es una necesidad de las élites españolas para «mantener las fiestas en los palacios y grandes hogares de Madrid» y «para evitar una revuelta en territorios poco productivos, repartiendo millonadas en subsidios».
Fernández lo tiene claro: «Estas élites españolas saben desde hace siglos que sin el dinero de Cataluña, País Valenciano y Baleares (Países Catalanes), la mitad de España pasaría hambre y se rebelaría contra ellos».
En 2016, con Gabriel Rufián a su lado en una conferencia en el distrito barcelonés de San Martín, Fernández prometió: «Seremos un país independiente y lo seremos en breve». Cinco años después, la profecía de Fernández aún no se ha cumplido. Pero él insiste:»El independentismo tiene una salud de hierro pese a la actitud de los partidos independentistas». De ahí que la principal misión de la ANC esté siendo estas semanas la de recomponer estrategias rotas e intentar que los intereses de ERC, JxCAT y la CUP confluyan en la formación de un Govern que haga efectiva la república catalana.
Según ha explicado la presidenta de la ANC, «esta vez no se trata sólo de que haya un acuerdo para conformar un gobierno entre las fuerzas independentistas. Eso ya lo hemos tenido en los últimos tres años y no se ha avanzado mucho. Es posible alcanzar una Cataluña independiente si se recupera la confianza entre dirigentes de partidos y entre representantes políticos y electorales».