Eres padre primerizo y lo sabes. Signos que lo indican

Como hemos mencionado en otros artículos anteriores, los padres primerizos se caracterizan porque tienen un sinfín de dudas y de temores con respecto al cuidado de sus bebés. Así, no saben si le cambian bien el pañal, si le dan el pecho correctamente o si serán capaces de no perder los nervios cuando sus hijos se pongan enfermos.

Todo eso te pasa a ti, lo que viene a indicar claramente que acabas de estrenarte en la paternidad. Y no hace falta que lo reconozcas, se te nota. ¿En qué?, estarás pensando. Pues en un sinfín de acciones y actitudes que te delatan. ¿Quieres conocer cuáles son? A continuación te mostramos algunas de las más frecuentes:

1-El pediatra está a punto de convertirse en tu amigo del alma

Una de las principales señales que dejan constancia de que eres primerizo es que prácticamente a diario acudes a la consulta del pediatra. Es así y lo sabes. Acudes a este médico para consultarle todo, porque tienes miedo de que tu bebé esté enfermo o de que no crezca como sería lo normal.

¿Qué situaciones le planteas? Muchísimas y algunas de las mismas realmente ridículas y exageradas, que seguramente le sacan más de una sonrisa en su fuero interno, pues no sólo son fruto de situaciones normales sino que además no entrañan ningún tipo de gravedad:

• Mi niño lleva dos días sin hacer caca, ¿no tendrá un serio problema intestinal?

• Le han aparecido manchitas rojas en la zona del pañal, ¡¿qué tiene mi hijo?!

• Se ha caído y se ha hecho un chichón, ¿no sufrirá un traumatismo cranoencefálico?

• Después de las tomas regurgita, ¿qué le pasa, doctor? ¿es grave?

• Mi bebé tipo hipo con mucha frecuencia. Por favor, cálmele el dolor que seguro que ese le causa.

2-¿Hay en tu cara algo más que ojeras?

Indiscutiblemente, otra de las señales que vienen a indicar que cualquier hombre o mujer acaba de tener su primer hijo se encuentra en la cara. Y es que su mirada se encuentra rodeada por unas ojeras notables y profundas, fruto de las pocas horas de descanso que tiene.

El hecho de que el pequeño necesite alimentarse cada dos o tres horas, le impide al adulto poder dormir más de ese tiempo seguido. Una situación que resulta muy dura durante las primeras semanas especialmente, pero a la que debe adaptarse haciendo uso de consejos tales como aprovechar que el niño duerme para hacerlo también o pedir ayuda a familiares y amigos para que se queden un rato con ese.

3-El termómetro parece haberse pegado a tu mano

Te has leído tantos libros sobre el cuidado de los bebés que te consideras un experto en la materia y crees que sabes qué hacer en todo momento para que tu hijo esté perfectamente. Pero, en realidad, sigues teniendo ciertos temores, por lo que te has tomado la paternidad casi como de una operación matemática se tratase. Y es que has llegado a pensar que para conseguir el resultado esperado sólo tienes que usar los factores y elementos necesarios. Pero no, el mundo de los recién nacidos, no es una ciencia exacta.

No obstante, aún no has llegado a ese convencimiento. De ahí que, por ejemplo, hayas encontrado en el termómetro en tu perfecto aliado. Así, tienes siempre en la mano uno, el que necesitas en cada momento en pro del bienestar de tu hijo. Eso supone que emplees uno para controlar la temperatura a la que se encuentra el agua de la bañera, otro para averiguar si en la habitación donde le vas a cambiar el pañal se está a gusto, le pones uno cuando consideras que puede estar enfermo…

4-Internet es para ti el oráculo de Delfos

Durante el embarazo, leíste muchas publicaciones específicas sobre bebés y te sirvieron para eliminar miedos y temores. No obstante, como suele pasar en estos casos, una cosa es la teoría y otra la práctica. De ahí que cuando te surgen dudas sobre cómo cuidar a tu hijo en un aspecto concreto o cómo conseguir que duerma mejor o coma más, recurres a Internet. Sí, la Red se ha convertido en tu enciclopedia de cabecera, en la misma consultas todo, desde la forma y olores de sus cacas hasta trucos para quitarte el hipo pasando por canciones de cunas que le ayuden a descansar.

No hay aspecto del cuidado del pequeño que no hayas “estudiado” a través de foros de padres o de páginas especializadas.

5-Crees que tu casa se ha convertido en un campo de minas

Si tu hijo ha comenzado a gatear o a dar sus primeros pasos, ten claro que también serás reconocible como primerizo porque crees que tu vivienda no es un hogar seguro y feliz sino que es un auténtico campo minado para el mismo. Y es que ves riesgos y peligros en cada una de sus estancias, en las paredes, en las puertas, en los muebles…Eso hace que tengas todo tipo de dispositivos instalados para evitar que pueda sufrir un daño.