¿Por qué el niño siempre dice «No»?
La fase del "no" suele aparecer con dos años y sirve para que el bebé se reafirme como persona aunque para los padres y madres sea algo bastante estresante.
Son muchos los casos de niños que pasan por una etapa o una fase en la que responden a todo con un «No» rotundo o con su actitud se niegan a hacer caso a los padres y/o madres, que deben tener mucha paciencia ya que por suerte es algo pasajero. Sin embargo, puede llegar a ser una bastante pesada y frustrante para los progenitores que se deben preguntar, ¿Por qué el niño siempre dice «No»?.
¿Por que el niño siempre dice «No»?
La fase del «NO» es una etapa fundamental del crecimiento, un poco como la del «por qué» y la del «mío, pero para los padres puede llegar a ser algo que exija grandes cantidades de paciencia.
Una etapa que suele aparecer alrededor de los dos o tres años del bebé, cuando este independientemente de lo que propongas o pidas hacer, siempre tiene la misma respuesta, de modo que es a veces realmente estresante.
Por ello en primer lugar, es necesario armarse como decimos de paciencia y no perder la esperanza, dado que se trata de una fase que se produce porque el pequeño está descubriendo que es una persona, un individuo con una dignidad y unos gustos específicos, que intenta ejercitar y afirmar.
Pero no te equivoques, un «no» también está destinado a ponernos a prueba. La forma en que los padres y/o responden a los comportamientos que establecen límites es la manera en la que aprenden los niños. De modl que ellos aprenden las reglas a partir de sus propios comportamientos. Entonces, ¿Qué podemos hacer al respecto? Principalmente, guiarnos por estas pautas.
- Deja que tu bebé decida. No es tan aterrador como parece. Dale a tu hijo dos opciones, y solo dos opciones para que no se sienta abrumado. Por ejemplo: «¿Te gustaría desayunar leche o yogur?» O «¿Te gustaría lavarte los dientes o ponerte el pijama primero?» Esta estrategia nos va a servir para evitar el «no» desde el principio.
- No reacciones de inmediato. Es difícil no perder los estribos cuando tu hijo no quiere ponerse el abrigo o niega todo el rato con la cabeza cuando queremos darle de comer. Pero solo echarás leña al fuego si gritas o pides una explicación racional de esa acción irracional. No reacciones, tómate un descanso. Esa pequeña pausa simple puede calmar la situación.
- Deja que te ayuden. Los niños pequeños quieren ser grandes y como tú. Con ese fin, hágalos sentir esenciales para que todo salga bien. Pídeles que recojan sus peluches o que cojan un artículo del estante del supermercado cuando estamos comprando. Se sentirán importantes.
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