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La fase del «por qué» en los niños: que es y cómo comportarse cuando llega

La fase del "por qué" en los niños suele llegar alrededor de los 2-3 años y debemos ser pacientes porque en algunos casos puede alargarse hasta los 7-8 años.

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Descubre el porqué de las preguntas constantes de los niños y cómo hacer frente a esta fase

Todos los niños pasan por una fase en la que preguntan el «por qué» de todo. Una fase que puede llegar a ser estresante para los padres, pero que tiene mucho que ver con el hecho de que el niño o niña, comienza a descubrir el mundo que le rodea. Os hablamos a continuación con detalle, sobre la fase del «por qué» en los niños: que es y cómo comportarse cuando llega.

La fase del «por qué» en los niños: que es y cómo comportarse cuando llega

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«Abuela, ¿por qué el perro tiene cola?», «Papá, ¿por qué el coche tiene ruedas?» «Mamá, ¿por qué está lloviendo?». Todas estas preguntas y otras muchas más, son las que suelen hacer los niños pequeños a sus padres, abuelos o familiares en general. Una fase que dependiendo de cada niño o niña puede durar apenas unas semanas, o convertirse en algo que dure meses e incluso años.

La llegada de la fase del «por qué»

Es alrededor de los 2-3 años , y en cualquier caso junto con el desarrollo del lenguaje, cuando los niños comienzan a hacer preguntas sobre todo lo que les rodea. Una curiosidad innata hacia el mundo circundante que lleva a que los niños deseen resolver sus dudas mediante la pregunta constante.

Una fase que coincide además como decimos con el hecho de que el niño o niña ya sepa hablar o en concreto, comience a construir frases cortas, y también cuando los niños también comienzan el modo de juego simbólico.

En esta fase, todo lo nuevo adquiere un encanto particular y, por tanto, también coincide con el asombro y la sorpresa por cada novedad que los pequeños descubren en torno al mundo que les rodea.

De ahí que la curiosidad que los niños empiezan a desarrollar a esta edad les lleva por tanto a hacer peticiones cada vez más insistentes a los padres y a medida que se vuelven cada vez más minuciosos y detallados, ya no aceptan respuestas precipitadas y sin sentido. Busca el «por qué» real de lo que están preguntando o de hecho, no les servirá que les contestemos con un simple «por qué sí» o «por qué no».

La duración de la fase del «por qué»

Como ya hemos mencionado, la fase del»por qué» comienza alrededor de 2-3 años y, a veces, puede durar hasta 7-8 años . Dependerá entonces de cada niño aunque la gran mayoría, la dejan de lado a partir de los 4-5 años.

Por otro lado y a pesar de sus ansías de conocimiento o querer saber, lo cierto es que muchas de las preguntas que a veces hacen en esta etapa les sirven también como un ejercicio de lenguaje para poner en práctica nuevas habilidades. Y en algunos casos, su deseo no es ni siquiera tener una respuesta, sino más bien llamar la atención de los padres.

Por eso es bueno que mamá y papá los escuchen, no distraídos, sino con verdadero interés, participando en su conversación. Si los niños son muy pequeños, o al menos menores de 5 años, es bueno olvidarse de las explicaciones que son demasiado difíciles, simplemente explicar las cosas de la manera más sencilla posible. En esta fase, es mejor que los padres escuchen con atención, en lugar de confundirse con respuestas complejas.

Cómo afrontar esta fase

Pero al margen de lo explicado, ¿Cómo pueden los padres sobrevivir a la edad de los porqués de sus hijos? En primer lugar, comencemos por tratarlo de manera diferente según la edad de los niños. Para los menores de 5 años, como ya se ha comentado, evitemos tecnicismos y ofrecemos respuestas divertidas, como ver las cosas desde la perspectiva de un juego. Podemos usar metáforas y dar ejemplos con cosas elementales que ellos conocen bien.

Un error que no se debe cometer es considerar a los niños de 4 o 5 años como adultos. Incluso si hacen discursos que pueden parecernos maduros, esto no significa que tengamos que ofrecerles respuestas demasiado complicadas para su edad.

Con los niños un poco mayores, sin embargo, podemos atrevernos un poco más y dar respuestas incluso un poco más articuladas, ayudándonos siempre con ejemplos prácticos que seguro darán a los niños una visión más clara de las cosas.

En cualquier caso, si tenemos que dar respuestas sobre temas importantes, como los existenciales , es bueno no perturbar nunca la serenidad de los más pequeños, aunque estemos hablando de niños un poco mayores.

Incluso si hemos tenido experiencias negativas y dolorosas, siempre debemos ofrecer a los niños una visión positiva de la existencia y esperanza para el futuro.

Sin embargo, si nos impacientamos porque ya no podemos soportar la cadena de preguntas consecutivas, un consejo para evitar mostrar signos de abatimiento hacia los niños es desviar la atención hacia otro tema . Esto ayudará a distraerlos de la cadena de porqués en curso. O podemos proponer una actividad o un juego para jugar juntos.

Y finalmente, preguntémonos si nuestro hijo realmente quiere saber por qué pregunta o simplemente quiere llamar nuestra atención. Esto nos ayudará a comprender el verdadero grado de interés del niño por un tema o si sufre por nuestra falta de atención hacia él.

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