Ni marzo ni julio: si tu hijo nace en uno de estos dos meses le irá mejor en el colegio, según los expertos

En el sistema educativo español, el curso del colegio se organiza por años naturales. Esto implica que pueden coincidir en la misma clase niños nacidos en enero con otros nacidos en diciembre. Esta diferencia de edad, aparentemente menor, representa casi un año completo de desarrollo físico, cognitivo y emocional, lo que se traduce en contrastes notables.
Según datos recogidos por la Universidad Oberta de Cataluña, esta desventaja se acentúa especialmente durante la etapa de Educación Infantil y los primeros cursos de Primaria. El desfase entre los más mayores y los más pequeños se manifiesta en el dominio del lenguaje, la motricidad fina, la autonomía personal y el control emocional.
¿En qué meses debe nacer tu hijo para que le vaya mejor en el colegio?
La neuropsicóloga María José Acebes destaca que las diferencias recién mencionadas tienden a suavizarse a partir de los ocho años, aunque no desaparecen por completo. Aun así, hasta ese momento, los niños más pequeños del aula presentan más dificultades de adaptación a las rutinas escolares y más riesgo de repetir curso.
Dicho esto, enero y septiembre son, según diversas investigaciones, los dos meses que proporcionan mayores beneficios en el entorno escolar. La razón se encuentra en su posición dentro del calendario académico:
- Enero: los nacidos en este mes son sistemáticamente los mayores de su clase. Disfrutan de una ventaja madurativa que, en los primeros años del colegio, se traduce en un mejor rendimiento académico, especialmente en materias como matemáticas y lengua.
- Septiembre: coincide con el inicio del curso escolar en muchas comunidades autónomas. Esto sitúa a estos alumnos en una posición intermedia favorable, ya que comienzan la etapa educativa con una edad más avanzada que muchos de sus compañeros.
Ambos grupos tienden a obtener calificaciones superiores, mostrar mayor seguridad en clase y destacar en pruebas de evaluación externas. Además, presentan una autoestima más consolidada, lo que influye en su participación en actividades del colegio y en su relación con el entorno.
Por su parte, una investigación llevada a cabo en 2015 por expertos de la Universidad de Extremadura concluyó que existe una diferencia significativa en la probabilidad de repetir curso según el mes de nacimiento.
Los resultados indican que los alumnos nacidos en noviembre y diciembre presentan hasta un 85% más de riesgo de repetir en comparación con quienes cumplen años en enero o febrero del mismo año. Esta disparidad, que responde al conocido efecto de la edad relativa, pone de manifiesto el impacto que puede tener la fecha de nacimiento en el rendimiento escolar
Impacto académico y social en el colegio
Los informes del Ministerio de Educación y universidades como la Universidad Complutense de Madrid han revelado datos que confirman la existencia de este fenómeno. Según estos estudios:
- Los nacidos en diciembre tienen un 10% menos de rendimiento académico en comparación con los nacidos en enero.
- Los estudiantes de principios de año presentan menor tasa de repetición de curso.
- Existe mayor participación en actividades extraescolares y asunción de roles de liderazgo dentro del aula.
- Se observan menores niveles de absentismo y mayor integración social en el colegio.
Estas ventajas no se deben necesariamente a una mayor capacidad intelectual, sino al desarrollo madurativo alcanzado por los niños más mayores del curso.
En palabras de la investigadora Laura Requena, de la Universidad Complutense de Madrid, «el problema es que el sistema educativo no considera el momento madurativo individual, sino la edad cronológica».
¿El sistema educativo debería ajustarse?
Expertos en educación coinciden en la necesidad de adaptar el enfoque pedagógico a la madurez de cada alumno. Actualmente, las evaluaciones y expectativas están fijadas por edad cronológica, lo que penaliza a los más pequeños del aula.
- Entre las recomendaciones más destacadas se encuentran:
- Evaluaciones personalizadas durante los primeros ciclos educativos.
- Formación docente para identificar y gestionar las diferencias madurativas en clase.
- Flexibilización curricular, especialmente en Educación Infantil.
- Apoyo específico para alumnos con menor madurez emocional o social.
Más allá de la fecha de nacimiento: el entorno lo es todo
Aunque el mes en el que un niño nace puede influir significativamente en su experiencia escolar, el entorno sociocultural también desempeña un papel determinante.
Factores como la estructura familiar, el acceso a la educación temprana o la estimulación intelectual pueden mitigar en gran medida las desventajas asociadas al mes de nacimiento.
Los expertos recuerdan que el llamado efecto de la edad relativa no determina el éxito escolar por sí solo. Es el acompañamiento emocional, la atención individualizada y la calidad del entorno lo que permite a cada niño desarrollar su máximo potencial, sin importar el momento del año en el que haya nacido.