4 características que tienen todos los niños con altas capacidades


Cuando se trata de identificar a niños con altas capacidades, muchos padres se enfrenten a la incertidumbre, ya que no siempre muestran un perfil claro o estereotípico. Las altas capacidades son un término que abarca un amplio abanico de talentos, desde habilidades intelectuales hasta artísticas y creativas. Sin embargo, estos niños suelen tener una forma de ver el mundo diferente a la mayoría, lo que puede ser una bendición, pero también un reto tanto para ellos como para sus padres.
A menudo, las altas capacidades no se identifican rápidamente, ya que no todos los niños que destacan en ciertos aspectos tienen habilidades extraordinarias en todos los campos. En España, el Informe Nacional sobre la Educación de los Superdotados 2024 señala que sólo el 0,62% de los niños son diagnosticados con altas capacidades. Sin embargo, muchos niños con estas habilidades pasan desapercibidos porque no todas las capacidades se manifiestan de la misma manera, por lo que es esencial estar atentos a ciertas señales.
Características de los niños con altas capacidades
Los niños con altas capacidades presentan una serie de características que los distinguen, más allá de un buen rendimiento académico. Estas cualidades van desde una memoria excepcional hasta una creatividad desbordante, pasando por una notable capacidad de concentración y abstracción. Además, su facilidad para expresarse y su independencia son rasgos que marcan la diferencia. Identificar estas habilidades es fundamental para brindarles el apoyo adecuado y permitirles desarrollarse plenamente, tanto en su vida personal como en su entorno académico.
Sensibilidad emocional
Uno de los signos más evidentes en muchos niños con altas capacidades es una gran sensibilidad emocional. Estos niños no sólo experimentan las emociones de una manera más profunda, sino que también son más conscientes de sus propios sentimientos y de los de los demás. Esto puede llevarlos a sentirse frustrados o incomprendidos en situaciones cotidianas, como cuando no entienden algo de inmediato. Su mundo emocional puede ser tan vasto y complejo que les resulta difícil encontrar un espacio donde se sientan plenamente aceptados.
Esta mayor sensibilidad puede, por un lado, generarles momentos de angustia y estrés, ya que la intensidad de sus emociones les lleva a tener reacciones más extremas a situaciones que a otros niños podrían parecerles triviales. Por otro lado, esta capacidad para experimentar el mundo con una mayor carga emocional puede llevarles a desarrollar una profunda empatía, siendo capaces de ponerse en el lugar de los demás con una facilidad que sorprende.
Interés por temas profundos y existenciales
Otra característica común de los niños con altas capacidades es su tendencia a reflexionar sobre cuestiones filosóficas o existenciales, como la vida, la muerte, la justicia, o el significado de la existencia. Aunque esto puede parecer propio de un adulto, estos niños tienden a hacer preguntas que a menudo dejan sorprendidos a los adultos que los rodean. Cuestionan el sentido de la vida, la naturaleza de la realidad o el porqué de ciertos fenómenos de manera que va más allá de lo esperado para su edad.
Su mente inquieta no se conforma con respuestas superficiales y buscan, a menudo, comprender el mundo desde una perspectiva más profunda. No es raro que un niño de estas características se quede pensativo después de una conversación sobre la muerte o la naturaleza humana, y sus preguntas puedan ser tan complejas que desafíen el conocimiento de los adultos a su alrededor.
Curiosidad insaciable
Uno de los comportamientos más evidentes en niños con altas capacidades es su curiosidad imparable. Estos niños suelen estar en una constante búsqueda de conocimiento y, a menudo, son capaces de formular preguntas profundas y complejas. Asimismo, buscan respuestas a sus inquietudes, ya sea a través de libros, Internet o conversando con adultos que consideren conocedores de algún tema.
Su curiosidad no es superficial; no se contentan con una explicación simple o rápida. Prefieren entender el «por qué» y el «cómo» de las cosas, y se sienten atraídos por las situaciones que les permiten aprender más. Esta pasión por el conocimiento no siempre sigue un camino estructurado, sino que puede ser un proceso autodidacta, donde el niño, por sí mismo, investiga y busca respuestas.
Desajuste entre habilidades cognitivas y habilidades cotidianas
Un fenómeno bastante habitual en los niños con altas capacidades es el desajuste entre su desarrollo cognitivo y sus habilidades en otras áreas. Por ejemplo, pueden ser capaces de resolver problemas complejos de matemáticas o comprender conceptos abstractos a una edad temprana, pero, al mismo tiempo, pueden enfrentar dificultades en tareas cotidianas que otros niños realizan sin esfuerzo. Tareas aparentemente simples, como atarse los cordones de los zapatos o seguir una rutina diaria, pueden resultarles complicadas y frustrantes.
Este tipo de desequilibrio no significa que el niño esté atrasado en su desarrollo, sino que está mostrando un patrón atípico. Mientras algunos niños avanzan de manera uniforme en todas las áreas, los niños con altas capacidades pueden mostrar un desarrollo excepcionalmente rápido en áreas intelectuales, mientras que otras habilidades más prácticas y motrices pueden tardar más en desarrollarse.
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