Los críticos del PSOE movilizados contra Sánchez asumen «represalias»: «No podremos ni ir a las sedes»
Esperan que las adhesiones de «socialistas en activo» se produzcan más adelante

La discrepancia con el sanchismo ya está sembrada en el PSOE, pero los críticos con el presidente del Gobierno son conscientes de que tienen una larga travesía en el desierto hasta lograr su objetivo y desencadenar un movimiento interno de cierta envergadura. Voces críticas con Sánchez dentro del PSOE asumen que habrá «represalias» para quienes se muevan y estén ostentando cargo público, por lo que no esperan aluviones de adhesiones de «compañeros en activo» al menos en un primer momento. Además, asumen que el aparato sanchista les va a bloquear cualquier acceso a las instalaciones del PSOE: «No podremos ni ir a las sedes a explicarnos», se lamenta una de las fuentes consultadas.
«La situación es grave»
Convencidos de que Sánchez no está dispuesto a modificar su estrategia lo más mínimo y que ésta les va a llevar a una derrota tras otra en los distintos territorios, los que se oponen a las políticas de pactos y alianzas que ha venido promoviendo el líder del PSOE desde sus inicios no quieren perder un segundo a la hora de agitar conciencias porque , en palabras de uno de los más activos dentro del movimiento crítico, «la situación es tan grave que requiere que la gente se movilice».
La cuestión es cómo captar a la militancia cuando desde el partido o «desde La Moncloa – como precisa una de las fuentes consultadas- porque todo se hace desde el Palacio de la Moncloa» no sólo no ponen las cosas fáciles, es más, incluso «te tachan de traidor».
La idea de considerar traición todo aquello que trascienda al culto al líder no es nueva y ni las más altas instancias se libran de ese baldón. De hecho, uno de los consultados recuerda cómo en uno de los últimos actos públicos en los que coincidieron Felipe González y Pedro Sánchez, dos militantes socialistas de una edad más próxima a la de González que a la de Sánchez se acercaron al ex presidente del Gobierno para espetarle: «Felipe, ¿por qué nos haces esto?», en clara alusión a las críticas vertidas desde hace ya algún tiempo por éste hacia Sánchez, sus pactos y su forma de gobernar.
Miedo de los críticos
En las filas del PSOE y en los cargos públicos hay voces discrepantes con Sánchez, pero todavía hay miedo a expresar esa críticas.
Nombres como el del presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page, Susana Díaz, la ex líder del PSOE andaluz, o el que fuera secretario general de los socialistas de Madrid, Juan Lobato, van de boca en boca mientras ellos se cuidan muy mucho de traspasar determinados límites.
Excepto Page, a quien su mayoría absoluta en las elecciones autonómicas salvó de caer en desgracia dentro del PSOE, el resto de compañeros y antaño líderes socialistas que se han interpuesto en el camino de Sánchez han pasado, con suerte, a un segundo plano de la política y, sin ella, a ser expulsados del PSOE, como ocurrió con el ex secretario general de los socialistas vascos, Nicolás Redondo Terreros.
Con todo, los movimientos de los críticos a Sánchez no van a parar mientras Sánchez no rectifique -algo que consideran harto improbable- y sus promotores se muestran convencidos de que, poco a poco, esta visión, crítica aunque constructiva, se irá imponiendo en el conjunto del partido. Pero aseguran que no pueden perder un segundo porque «el sanchismo está matando al PSOE».