Niños y coronavirus: ¿Por qué mis hijos son ahora más «pegajosos»?
La actitud de los niños con respecto a los padres es ahora de mucha más dependencia. El coronavirus ha afectado a su actitud emocional y como tal ha hecho que sean más "pegajosos" que de costumbre
La actual emergencia del coronavirus ha provocado que sean muchos los niños que en estas últimas semanas, o meses, estén experimentando todo tipo de emociones. Desde desconcierto a tristeza e incluso ansiedad, de modo que nace en ellos un apego especial hacia los padres hasta el punto de haber notado que niños y niñas que son todavía pequeños se muestran mucho más «pegajosos» o cariñosos que de costumbre.
Por otro lado, el aumento de tiempo que los padres pasan ahora con sus hijos, ha provocado que estos últimos requieren cada vez más tiempo y atención, de modo que muchos se preguntan el porqué de esta actitud, y también que pueden hacer una vez que el coronavirus haya desaparecido y los niños (como todos), deban volver a su plena normalidad.
¿Por qué los niños son ahora más «pegajosos»?
Para aquellos padres que se preguntan el porqué sus hijos son ahora más «pegajosos», el principal motivo radica en que los niños/as ahora más que nunca «necesitan sentirse seguros y confortados» debido a la incertidumbre ante el coronavirus, explica Steven Meyers , profesor de psicología en la Universidad Roosevelt en Illinois .
«El apego es una respuesta instintiva a la amenaza y ansiedad percibidas . En términos evolutivos, las crías de todas las especies tienen más probabilidades de sobrevivir si permanecen cerca de sus padres para protegerse cuando el peligro es inminente», dijo a HuffPost. «En los niños, este apego puede ser causado por el estrés y las incertidumbres de una pandemia global».
Entonces, el apego a los padres no es más que la manifestación visible del esfuerzo de tu hijo/a para hacer frente a todos los cambios e incertidumbres que está experimentando durante todos estos meses. Algo que se puede ver como hemos mencionado en niños pequeños, pero que también se dan en niños mayores, los cuales pueden llegar a expresar incluso un apego excesivo similar al que tenían cuando eran mucho más pequeños.
No tenemos que extrañarnos entonces por esta «regresión» en niños de 9 o 10 años, los cuales se «pegan» a sus padres como cuando tenían 3 o 4 años para sentirse seguros.
«Los niños mayores pueden retroceder bajo estrés agudo y actuar de maneras que no son tan comunes para su edad actual», dice Meyers. «Esta regresión es una respuesta a la percepción de posibles amenazas a su seguridad: quieren recibir consuelo y reducir la ansiedad».
La importancia de mantener las rutinas
Aunque puede que a estas alturas, los de las rutinas nos suene a algo demasiado cansado y agobiante, los expertos están convencidos de que crear rutinas diarias es muy importante , ya que les da a los niños una sensación de seguridad que es crucial en este momento.
«Las rutinas brindan a los niños la estructura y las expectativas de lo que sucede durante el día», explica Jenny Yip , psicóloga clínica de Los Ángeles.
«Puede ser un programa flexible y relajado», agregó, pero sirve como algo que les permita tener una especie de «base emocional» a la que regresar.
Las rutinas nos servirán además como una estrategia para erradicar, o al menos reducir, el apego de los niños. ¿De qué modo? Pues creando rutinas en las que los niños estén incluídos, como por ejemplo comer todos juntos o realizar alguna actividad diaria con los niños. Esto permitirá que ellos puedan sentirse seguros sin la necesidad de tener que estar todo el día encima de los padres.
Cómo infundir calma a los niños
Por otro lado, no nos podemos olvidar de que los niños, incluso cuando son pequeños, lo perciben todo. Por lo tanto, incluso si estás haciendo todo lo posible para mantenerlos alejados de las noticias o para mantener un cierto nivel de rutina en el hogar, pueden sentir tensión y estrés por su parte. Como respuesta a esa percepción, pueden aferrarse a sus padres aún más, buscando tranquilidad.
«En situaciones ambiguas, los niños recurren a sus padres para obtener pautas sobre cómo reaccionar » , dijo Reinecke. «Si el padre es positivo y confiado, el niño lo percibirá. La ansiedad del niño es alimentada por la ansiedad del padre».
Los padres son ahora todo para los niños
Por último no podemos olvidarnos de un punto esencial para entender la actitud «pegajosa» de nuestros hijos estos días, que radica en el hecho de que durante las últimas semanas, estos no han podido socializar o ver físicamente a sus amigos, familiares y compañeros de escuela.
Somos ahora más que nunca su punto de referencia, y la base para su comunicación, de modo que es del todo comprensible que hayan desarrollado mucha más dependencia que de costumbre.
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