Embarazo en la adolescencia. Todo lo que hay que saber
Según los últimos datos ofrecidos por la OMS (Organización Mundial de la Salud), unos 16 millones de adolescentes, de entre 16 a 19 años, dan a luz al año en todo el planeta. Unas cifras realmente alarmantes y sorprendentes, que dejan patente que las autoridades deben seguir trabajando para disminuirlas. Y es que un embarazo en la adolescencia trae consigo numerosos peligros y complicaciones, de ahí que se considere de alto riesgo:
Peligros
Teniendo en cuenta que las autoridades sanitarias establecen que el mejor periodo en la mujer para quedarse en estado es cuando tiene entre 20 y 35 años, está claro que el embarazo adolescente es un auténtico peligro. Y lo es tanto para la propia joven como para el bebé. Así, entre los riesgos más frecuentes a los que se enfrentan ambos se encuentran los siguientes:
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Hay un alto índice de posibilidades de que se produzca un aborto espontáneo.
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La inmadurez del cuerpo de la muchacha trae consigo que su útero no esté preparado para poder albergar como debería el desarrollo de un feto. Eso se traduce, entre otras cosas, en que el bebé no tenga el peso que le correspondería en base a sus semanas de vida.
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Es frecuente el porcentaje de adolescentes embarazadas que tienen un parto prematuro antes de la semana número 37.
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También es muy habitual que las jóvenes en estado vean como sus bebés presentan algún tipo de problemas en el desarrollo o de enfermedades.
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Otro de los riesgos fundamentales es que los niños presenten problemas de malnutrición.
La vida de la madre da un giro
Una vez tenidos en cuenta los peligros que supone para la salud, tanto de la madre como del bebé, también es importante tener claro que la vida de la embarazada va a dar un giro radical y para siempre. Y es que su etapa de adolescente finalizará, pues tendrá que hacerle frente a una maternidad. En concreto, los problemas más frecuentes que afronta al respecto son los siguientes:
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Empieza a aislarse de su familia y de su círculo de amistades. ¿Por qué? Porque siente que va a ser criticada por lo que ha sucedido.
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De la misma manera, no hay que pasar por alto que, por regla general, la joven mamá suele ver como su autoestima baja de manera considerable. Eso es debido a que, por ejemplo, puede sentirse culpable por todo lo acontecido e incluso mal por no tener la capacidad de atender a su bebé como debería.
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Asimismo hay que exponer que muchas adolescentes rechazan a su bebé nada más nacer. Lo hacen por distintos motivos, como no querer hacer frente a esta responsabilidad ya que consideran que les “impide” hacer la vida que les gustaría.
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Por supuesto, también hay que tener en cuenta que las jóvenes viven un complicado momento desde el primer instante. Y es que sienten auténtico temor a cómo decir la noticia en casa, a cómo contarlo y a qué hacer.