¡Increíble! Descubre qué pasa en el cerebro del bebé al no recibir amor
De manera periódica, van llegando a nuestras manos diversos estudios y trabajos que giran en torno a los niños y que consiguen dejarnos con la boca abierta. Y eso es precisamente lo que nos ha sucedido al descubrir una interesante investigación que viene a mostrarnos qué le sucede al cerebro del bebé cuando no recibe amor, cariño o atenciones.
Investigación que se ha sustentado en el escáner de dos menores de la misma edad, pero con diferente trato por parte de las personas de su entorno. Sigue leyendo y descubrirás el resultado. Ten muy claro que te va a dejar sorprendido.
La investigación
Neurólogos de la Universidad de California (UCLA) fueron los que hace unos años estuvieron analizando a fondo si el cerebro del bebé se veía afectado por no recibir atenciones. Varias pruebas que obtuvieron y que han servido ahora para que Bruce D. Perry (Jefe de Psiquiatría del Texan Children´s Hospital) realice ahora un interesante artículo al respecto. Publicación que ha sido dado a conocer a nivel mundial a través de la revista “IFLScience”.
El cerebro del bebé a estudio
Dos pequeños de 3 años sin diferencias de ningún tipo son los que se convierten en protagonistas del estudio. Eso sí, hay algo que no tienen en común: el cariño que se les ha dado. Así, uno de esos menores ha sido querido y cuidado con numerosas pruebas de afecto y el otro no. Un pequeño este último que sufrió lo que se conoce como privación sensorial debido a que vivió en una familia absolutamente desestructurada. Eso supone que no recibiera demostraciones de amor, que no tuviera una comunicación buena con sus seres queridos, que no estrechara vínculos con esos…
Y el resultado de esas dos vidas totalmente diferentes se ha podido ver a través de un escáner de sus cerebros.
El escáner que deja impactados
Anonadada es como se queda cualquier persona cuando ve el citado escáner. En este se muestran los cerebros de los dos niños y parecen de individuos de diferentes edades, pero no es así. Y es que hay uno es mucho más grande que el otro:
- A la izquierda, está el cerebro del menor que ha crecido recibiendo atenciones, cariño y mimos por parte de su familia. Sí, que ha tenido amor, que ha sentido la seguridad que le otorgaban sus adultos, que ha aprovechado todos los estímulos. Eso da como resultado un cerebro con un tamaño normal.
- A la derecha, por otro lado, se encuentra el del pequeño de 3 años que no ha podido disfrutar del cariño de sus padres, que no ha sido cuidado de la forma más amorosa, que no ha “interactuado” con su entorno como es debido.
Como se puede apreciar en la imagen, la diferencia entre ambos cerebros es abismal. El de la izquierda prácticamente es el doble de grande que el de la derecha. Y todo eso es fruto no de una enfermedad sino de no haber recibido los cuidados, mimos y atenciones necesarios. Así, al respecto se han dado a conocer opiniones de neurólogos que exponen, de forma clara, que durante los primeros meses de vida es esencial la relación madre e hijo. Y lo es no solo porque sirve para estrechar los lazos afectivos entre ambos sino porque la nula o escasa comunicación y cariño entre ellos perjudica a las neuronas del bebé. Sí, porque no crecerán como es debido.
En concreto, el estudio determina que durante los 2 primeros años de vida es cuando, debido a ese amor y afecto, se puede perjudicar el cerebro del menor. Y es que el 80 % de sus neuronas se forman durante ese tiempo.
Conclusiones
Partiendo de todo lo expuesto, tenemos que establecer los siguientes resultados del estudio:
- La falta de afecto y cariño trae consigo consecuencias en el crecimiento del cerebro, como así se puede ver a través del mencionado escáner.
- Partiendo de lo anterior, el estudio determina que los niños que sí obtienen atenciones de su adultos serán más inteligentes. Y no solo eso, también se considera que les resultará más fácil poder tener relaciones sociales.
- Los pequeños con carencias afectivas como las citadas tendrán más problemas para relacionarse con los demás o incluso tendrán más dificultad para sentir empatía. Eso sin pasar por alto que se indica en la investigación también que les costará más asimilar nuevos conocimientos o que será más fácil que caigan en la dependencia.
Sea como sea, el citado trabajo ha suscitado un gran interés y ha generado debate en las redes sociales, entre quienes están de acuerdo con sus conclusiones y los que no las comparten.