Consejos básicos para que el cuarto del niño sea seguro

Consejos básicos para que el cuarto del niño sea seguro
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Desde que se conoce que se está esperando un bebé, tanto la futura mamá como el papá pondrán en marcha todo el proceso de compra de artículos que necesitarán para cuidar a su hijo y, además, se pondrán a pensar y establecer cómo va a ser el cuarto del pequeño. De ahí que empiecen a adquirir desde la cuna y el cambiador hasta las cortinas, la pintura para las paredes o el armario.

Todas esas acciones son importantes de cara a que cuando llegue a casa por primera vez, el niño pueda encontrar un hogar acogedor. Pero donde realmente hay que poner atención es en materia de seguridad, para evitar que pueda sufrir algún tipo de daño.

Por eso, lo recomendable es seguir estos consejos:

Antes de que comience a gatear

A la hora de lograr que un bebé no corra ninguna clase de riesgo en su casa, es vital que sus padres pongan especial cuidado en lo que son todos y cada uno de los elementos que dan forma a lo que es la habitación. Y es que, en muchas ocasiones, no se les da importancia a ciertos aspectos y los mismos pueden ser los causantes de lesiones y daños de distinta envergadura en el cuerpo del menor.

Por eso, en concreto cuando el niño aún tiene menos de un año, los aspectos más importantes al respecto son los siguientes:

  • A la hora de adecentar el cuarto, hay que informarse convenientemente del tipo de pintura que se va a usar y es que es imprescindible que no sea tóxica.

  • Hay que optar por comprar una cuna homologada y que cumpla con todos los parámetros de seguridad que son exigidos por la legislación. En concreto, hay que fijarse, de modo especial, que no tenga ningún tornillo o elemento suelto que pueda caerse y el niño acabe llevándose a la boca, que la distancia entre sus barrotes no permita que el pequeño pueda introducir la cabeza o ninguna extremidad…

  • Es vital, del mismo modo, que si se le coloca un móvil encima de la cuna esté bien sujeto para que no pueda caerse dentro de la misma y ocasionarle algún daño.

  • La mencionada cuna, además, debe estar alejada de la ventana, para evitar que el niño cuando comience a intentar salir de la misma no puede alcanzar a la citada.

Para el bebé que gatea y anda

A partir de las seis o siete meses, por regla general, el bebé empieza a gatear y poco después será el momento de que dé sus primeros pasos. Eso entre otras muchas obliga a los padres a que pongan en marcha ciertas medidas para evitar que el pequeño pueda sufrir algún tipo de daño, es decir, deben lograr que su habitación sea mucho más segura si cabe.

En concreto, se establecen varias medidas imprescindibles que tienen que llevar a cabo sí o sí en pro de la integridad de su hijo:

  • Es fundamental que los enchufes de todo el cuarto dispongan de las protecciones de seguridad que existen, de cara a evitar que el pequeño pueda meter los dedos en los mismos y acabe electrocutándose.

  • No menos importante es que todos los muebles que estén en el cuarto se encuentren perfectamente montados y anclados a la pared. Y es que si eso no es así puede ser que su hijo intente “escalar” por alguno de esos y el armario o cómoda acabe cayendo encima del menor.

  • Es vital, de igual modo, que la puerta de la habitación y las del resto de la casa cuenten con topes, para evitar que el menor, por un golpe o un cierre por culpa del viento, pueda pillarse las manos en las mismas.

  • Hay que colocar protecciones a las ventanas para que sea imposible que el niño pueda correr el riesgo de caerse al vacío por esas.

  • Ni que decir tiene que es importante que el mobiliario del cuarto del pequeño y del resto de la casa cuenten con protectores para las esquinas. ¿Por qué? Porque durante el gateo y los primeros pasos es habitual que el menor se caiga y se dé golpes en los objetos que tiene alrededor.

  • De la misma manera, es importante que la habitación del menor esté lo más ordenada posible, en pro de evitar que pueda tropezarse con objetos o que sé golpes con los mismos.

  • Asimismo es recomendable que en la habitación del pequeño, se coloque una alfombra higiénica alrededor de la cuna. ¿Para qué? Por un lado, para poder amortiguar posibles golpes si decidiera bajarse de la misma por sí solo y por otro, para que pueda jugar en esa con sus juguetes de una manera muy cómoda.

Con estas medidas fundamentales se conseguirá crear un cuarto lo más seguro posible para el bebé, trayendo consigo la tranquilidad para los papás.

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