El impacto de la inmersión obligatoria en catalán sobre el rendimiento escolar en Baleares
La inmersión actúa de barrera cultural y social, pero también de barrera a la propia movilidad de la población escolar
Las dos entregas anteriores del análisis de la educación balear ha revelado una fuerte dependencia del rendimiento escolar del nivel socioeconómico y cultural de las familias de los estudiantes, variable medida por el parámetro llamado ISEC. Muy pocos estudiantes de contextos desfavorables logran ascender académicamente tanto en primaria como en secundaria, mientras en conjunto el porcentaje de alumnos excelentes es residual, incluso entre quienes provienen de entornos más favorecidos.
Desde algunos sectores se atribuye esta fuerte dependencia del ISEC sobre el rendimiento escolar a la inmigración que en Baleares alcanzaría alrededor de un 20%. Este porcentaje varía en función de lo que entendamos por «inmigrante», si bien en las pruebas internacionales como TIMSS 2023 la consideración de «migrante» se atribuye al alumno que tiene sus dos padres extranjeros y no a quienes sólo tienen uno extranjero. TIMSS distingue entre aquellos estudiantes «migrantes», cuya unidad familiar ha sufrido un proceso de aculturación y el «alumnado nativo», que procede de una familia que no ha tenido que sufrir ese proceso porque al menos uno de los progenitores está familiarizado con la cultura del país donde se realiza la prueba. Hay que tener en cuenta que esta primera aculturación de los progenitores a la cultura balear pivota mayoritariamente en torno al español como idioma, no en torno al catalán que será, en definitiva, el idioma con el que se enfrentarán sus hijos en las aulas.
Lógicamente, la inmigración se vincula a un nivel socioeconómico y cultural bajo, casi siempre dentro del cuartil inferior, con lo que se podría inferir en apariencia que el bajo rendimiento escolar de Baleares (como el de Cataluña, muy similar en tasas de inmigración) se debe a la inmigración.
Aunque la inmigración está vinculada a un nivel socioeconómico y cultural bajo no se puede colegir sin más que la inmigración sea el principal factor del bajo rendimiento de los escolares. En la tabla adjunta (Figura 3.10) se observa cómo la comunidad autónoma de Madrid, sin ir más lejos, tiene exactamente el mismo porcentaje de inmigrantes (un 23%) que Baleares y Cataluña. Asimismo se observa que la influencia de la condición de inmigrante sobre el rendimiento es prácticamente la misma, en torno a los 30 puntos y, sin embargo, los alumnos de diez años de la comunidad de Madrid obtienen rendimientos muy superiores en ciencias y matemáticas que los de Baleares y Cataluña, con porcentajes muy superiores de alumnos en los niveles altos de rendimiento y muy inferiores en los niveles bajos, con un porcentaje de «alumnos resilientes» que triplican el de Baleares en matemáticas y lo duplican en ciencias. La conclusión es obvia: el porcentaje de inmigración sobre la población escolar, en tanto afecta al nivel socioeconómico y cultural, no es la causa decisiva del desfondamiento de Baleares. Tampoco de Cataluña.
La excepción balear
En efecto, no es el porcentaje de inmigración sino el nivel socioeconómico y cultural la principal variable que condiciona el rendimiento escolar, tal como se ha venido afirmando en los análisis anteriores (I y II). En las dos gráficas de TIMSS 2023 que se presentan a continuación se muestra cómo existe una clarísima correlación entre el rendimiento en matemáticas y en ciencias con el ISEC. A mayor ISEC, mayor rendimiento y al revés.
La recta azul, llamada línea de tendencia, evalúa la predicción del rendimiento en función del ISEC. El coeficiente de determinación (R2=0,7755 y R2=0,8426), ubicado en la esquina superior izquierda de ambos gráficos, es un estimador de la intensidad de la relación de las dos variables. En términos estadísticos, significa que un 78% de las diferencias regionales de las puntuaciones en matemáticas se deben al ISEC y que el 84% de las diferencias en ciencias se deberían al ISEC. Está clara la dependencia del rendimiento escolar con el ISEC, como esperábamos.
Las dos figuras contienen también una banda de color gris que está asociada a la línea de tendencia. Dicha banda representa el nivel o intervalo de confianza del 95% dentro del cual se mueven las puntuaciones esperadas en matemáticas (y ciencias) de cada comunidad autónoma en función de su respectivo ISEC. Se observa que la mayoría de los puntos se ubican dentro de la banda gris. Ello indica que, en términos generales, el promedio en matemáticas y ciencias de las regiones es el esperado en función de su contexto social, económico y cultural. No obstante, la anterior afirmación presenta una excepción: Baleares. Como vemos, Baleares cae fuera y por debajo de la franja gris esperada, no sólo en una materia, sino en las dos: matemáticas y ciencias.
En suma, Baleares obtiene unos resultados tan negativos respecto al resto de regiones, se sitúa a tanta distancia del resto de autonomías, que sólo pueden explicarse mediante otra variable que no sea el ISEC. Depende del ISEC, claro está, pero de algo más. ¿De qué?
La inmersión obligatoria
Existe un factor endógeno balear que debería explicar la razón (o las razones) por la que el rendimiento balear cae muy por debajo de lo que en principio debería caer a causa del nivel socioeconómico y cultural de las familias, variable medida por el índice ISEC. Contrariamente a lo que dicen los sindicatos docentes, el bajo rendimiento balear no se debe a un problema de dinero o de recursos, ni al hecho de que los profesores estén mal pagados ni tampoco a un excesivo número de alumnos por profesor. En realidad, los recursos y los medios de Baleares son parecidos a los del resto de autonomías españolas, sin que por otro lado tampoco se haya demostrado ninguna correlación entre rendimiento y una mayor dotación de recursos.
Asimismo, se han apuntado otros factores endógenos del caso balear: el creciente alumnado de incorporación tardía y la mayor movilidad de la población escolar típica de una economía volcada en los servicios y en el turismo. Incluso se ha señalado la mala preparación del profesorado. En 2015 el catedrático de pedagogía de la UIB, Jaume Sureda Negre, alertó del bajo nivel de matemáticas con el que ingresaban los aspirantes al grado de magisterio y de la necesidad de aumentar la nota de corte. En realidad, la inmensa mayoría de aspirantes a graduarse en magisterio, un grado universitario con unas tasas de éxito cercanas al 100%, huyeron despavoridos de las matemáticas al terminar cuarto de la ESO sin que desde entonces se hayan visto obligados a estudiarlas de nuevo. Todo indica que difícilmente pueden enseñar matemáticas quienes no dominan o simplemente carecen de conocimientos sólidos en matemáticas o ciencias.
El grado de magisterio parece más volcado en iniciar al futuro profesorado de infantil y primaria en las últimas modas de innovación pedagógica que en asentar unos contenidos académicos que después tendrán que explicar en clase. De todos modos, no parece que en otras universidades españolas se hayan seguido derroteros curriculares muy distintos de los de la UIB, con lo que sería cuando menos aventurado achacar el bajo rendimiento en matemáticas y ciencias de Baleares a la mala preparación de sus graduados en magisterio.
Otro factor del hundimiento de la educación balear que se ha venido barajando y que cuenta con un firme respaldo académico con varios estudios que así lo corroboran y que se funda además en firmes recomendaciones de la UNESCO sería el modelo de inmersión lingüística obligatoria en catalán que impera en Baleares, un modelo que favorecería claramente a los alumnos nativos catalanohablantes a costa de los castellanohablantes. El estudio TIMSS 2023 no ofrece datos desagregados del rendimiento según el idioma habitual que se habla en casa. Pero sí PISA 2022, que ofrece datos desagregados muy contundentes.
De acuerdo con los datos de PISA 2022, en Baleares el castellano fue la lengua más hablada en las familias de los alumnos de 15 años participantes en la prueba, con un 55,8%. El 34% del alumnado utilizaba el catalán en casa. El 9,6% restante alguna lengua extranjera y el 0,6% otra lengua cooficial en España, como pueda ser el vasco, el valenciano o el gallego. Pese a esta realidad demográfica y sociolingüística, la inmensa totalidad de la red pública utiliza el catalán como única lengua vehicular y lo mismo sucede aunque en menor grado en la red concertada.
La tabla elaborada por el IAQSE (Taula 18) sobre datos de PISA 2022 de Baleares revela un retraso de más de un curso (equivalente a 20 puntos OCDE) entre los nativos catalanohablantes y los nativos castellanohablantes. La brecha es de 26 puntos en matemáticas, 21 puntos en comprensión lectora y 23 puntos en conocimientos científicos a favor de quienes parten con la indudable ventaja de hablar en catalán en su hogar. La brecha entre los nativos catalanohablantes y los que hablan una lengua extranjera, los inmigrantes no hispanoamericanos, se amplía al doble: 43 puntos en matemáticas (dos cursos académicos de retraso), 43 puntos (dos cursos de retraso) en comprensión lectora y 46 puntos (otros dos cursos) en ciencias. Estos estudiantes extranjeros se integran y aculturan a través de los planes de acogida llamados PALIC en los que aprenden el catalán, una lengua que probablemente no vuelvan a escuchar en la calle cuando salen del colegio hasta entrar en el centro de nuevo al día siguiente.
Dado el alto porcentaje tanto de estudiantes que hablan una lengua extranjera en casa como de estudiantes castellanohablantes que provienen de Hispanoamérica y de otras regiones españolas, el hecho de que más de la mitad de la población escolar balear esté escolarizada en una única lengua vehicular, el catalán, que no dominan, tiene un fuerte impacto sobre el rendimiento escolar. Tesis que confirman las últimas pruebas de diagnóstico del IAQSE de mayo de 2024 para alumnos de 10 años (4º de Educación Infantil) en las que el 51% de la población escolar no alcanzó los mínimos estándares en catalán. Difícilmente pueden asimilarse otras asignaturas, como matemáticas (donde fracasa el 53% según las pruebas de diagnóstico del IAQSE de 2024), y no digamos las del ámbito científico y social con una mayor exigencia léxica, sin dominar la lengua en la que se enseñan y aprenden sus contenidos.
La UNESCO advierte de que estudiar en una lengua distinta de la materna y demográficamente minoritaria y en recesión es un factor de primer orden que incide negativamente sobre el rendimiento escolar. Un factor que, lejos de mitigarse a favor de otros factores como la gran movilidad territorial de la población balear y el aumento continuo del alumnado de nueva incorporación, no hace sino agudizarlos. La inmersión obligatoria actuaría de barrera cultural y social, pero también de barrera a la propia movilidad de la población escolar, multiplicando más si cabe el efecto de estos factores en la caída del rendimiento escolar.
Referencias de las figuras
- Figura 3.10. TIMSS 2023. Informe español. (pag. 99)
https://www.educacionfpydeportes.gob.es/dam/jcr:9fda3b76-4654-41ae-a450-5d3e40e9d688/timms-2023.pdf - Figura 3.2 TIMSS 2023. Informe español (pag. 88)
https://www.educacionfpydeportes.gob.es/dam/jcr:9fda3b76-4654-41ae-a450-5d3e40e9d688/timms-2023.pdf - Figura 3.3 TIMSS 2023. Informe español. (pag. 90)
https://www.educacionfpydeportes.gob.es/dam/jcr:9fda3b76-4654-41ae-a450-5d3e40e9d688/timms-2023.pdf - Taula 18. Informe PISA 2022 Illes Balears (página 34) https://iaqse.caib.es/documentos/avaluacions/pisa/pisa_2022/Informe_PISA_2022_Illes_Balears.pdf