Análisis (II)

La educación secundaria obligatoria en Baleares: pocos alumnos excelentes y escasa movilidad social

La fuerte dependencia del rendimiento escolar en matemáticas y ciencias de la variable socioeconómica y cultural de las familias se extiende a la ESO

La enseñanza pública, con mayores recursos que la concertada, es incapaz de neutralizar las diferencias de origen familiar

juan de la cierva
Estudiantes de Secundaria de un centro concertado de Palma durante una clase.

La educación primaria de Baleares se puso a prueba al participar en las pruebas TIMSS 2023 por primera vez en su historia. El Estudio Internacional de Tendencias en Matemáticas y Ciencias (TIMSS) mide periódicamente el nivel de matemáticas y ciencias de los niños de diez años.

Los estudiantes de las Islas se situaron en el furgón de cola de todos los países de la OCDE que participaron en la prueba TIMSS 2023, penúltimos en matemáticas y antepenúltimos en ciencias, a una distancia considerable del resto de autonomías españolas. No sólo tenemos el dudoso honor de ser el farolillo rojo de toda España, sino que además nos situamos entre los tres últimos de todos los países de la OCDE evaluados.

Los resultados de TIMSS 2023, dirigidos a niños de diez años que deberían cursar cuarto de educación primaria llevan a la conclusión de que el rendimiento escolar en matemáticas y ciencias depende fuertemente del contexto familiar y del nivel socioeconómico y cultural de las familias, medido por el ISEC, índice estándar que se utiliza en todas las pruebas internacionales externas y objetivas como TIMSS, PIRLS o PISA.

A mayor influencia del ISEC sobre el rendimiento, menos equitativo es el modelo y por lo tanto menor eficacia de los centros escolares para compensar las desigualdades de origen y mejorar la igualdad de oportunidades. En este sentido, el modelo balear es un sistema clasista que potencia la segregación social al perpetuar las clases sociales de origen.

Tal vez el indicador más devastador de esta cruda realidad es el del «alumnado resiliente», que cuantifica el porcentaje de alumnos provenientes del 25% de las familias con menor nivel socioeconómico y cultural que logran niveles de rendimiento alto o muy alto. En las pruebas TIMSS 2023 Baleares se situó como la autonomía española con el peor porcentaje de España: sólo un 5% de «alumnos resilientes» lograron superar las circunstancias adversas de su entorno familiar en matemáticas. En ciencias, el porcentaje subió hasta el 7%, siempre por debajo de la penúltima de las autonomías españolas en la clasificación y muy por debajo de la media española.

Esta fuerte dependencia del rendimiento escolar de la variable socioeconómica y cultural de las familias de los alumnos se extiende a la educación secundaria, como constatan los últimos resultados de PISA 2022, prueba que evalúa el rendimiento de una muestra de chicos de 15 años y que, de no haber repetido ningún curso, mediría el rendimiento al final de la etapa de la ESO.

El IAQSE, el Instituto de Análisis de Calidad de la propia Conselleria de Educación, atribuye el retraso de más de un curso entre la red pública y la red concertada en ciencias, matemáticas y comprensión lectora al distinto nivel socioeconómico y cultural de las familias, una forma de salvar de algún modo el desempeño de la red de enseñanza pública que en el fondo es su condena: la enseñanza pública, con mayores recursos que la concertada, sería incapaz de neutralizar las diferencias de origen familiar.

La falta de equidad de la ESO balear queda claramente reflejada por la diferencia de rendimiento entre los estudiantes del cuartil bajo del ISEC (menos recursos, menos cultura familiar) y los estudiantes del cuartil alto (más recursos, más cultura familiar), como se aprecia en la tabla elaborada (Tabla 5) por el IAQSE sobre los datos PISA 2022. Entre los menos favorecidos, un 44% obtiene un rendimiento bajo en matemáticas y sólo un 1,2% rendimientos altos. Un 37,2% obtiene un rendimiento bajo en comprensión lectora frente a un 1,7% con un rendimiento alto. Un 36,5% obtiene un rendimiento bajo, mientras que solo un 1,8% obtiene rendimientos altos.

 

El panorama cambia drásticamente para los estudiantes del cuartil alto del ISEC. Entre los más favorecidos familiarmente, sólo un 12,7% tiene un nivel bajo en matemáticas, frente a un 9,9% que adquiere un nivel alto. Sólo un 14,2% logra un rendimiento bajo en comprensión lectora, mientras un 8,3% adquiere un rendimiento alto. En ciencias, un 11,4% entre los más favorecidos no alcanza los niveles mínimos mientras un 6,9% logra un rendimiento alto.

Las diferencias de rendimiento de acuerdo al nivel socioeconómico familiar son más que evidentes, lo que denota que nos encontramos ante una enseñanza secundaria obligatoria poco equitativa y asimismo poco excelente. Poco equitativa porque no logra una verdadera igualdad de oportunidades al dejar en la cuneta a los estudiantes que provienen de contextos más adversos y poco excelente por cuanto ni entre los más favorecidos socialmente se logran porcentajes significativos con rendimientos altos.

Un sistema escolar equitativo es aquel que consigue que mediante el esfuerzo personal y el apoyo educativo un alumno con bajo nivel socioeconómico tenga un rendimiento alto. La antítesis de la educación secundaria obligatoria en Baleares.

  • Referencias figuras (II):

Figura 3.6. TIMSS 2023. Informe español (página 93)
https://www.educacionfpydeportes.gob.es/dam/jcr:9fda3b76-4654-41ae-a450-5d3e40e9d688/timms-2023.pdf

Tabla 5. Análisis y propuesta para la mejora del sistema educativo y los currículos de educación infantil, primaria, ESO y bachillerato de las Isla Baleares, Govern de les Illes Balears (página 14)
https://iaqse.caib.es/documentos/publicacions/informe_experts_cas.pdf

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