Malversación

El Govern de Armengol pagó 13.210 euros por un termómetro que vale 420

Se trata de un termómetro para el generador de la planta desalinizadora de la Bahía de Palma

La factura data del año 2017 cuando el conseller de Medio Ambiente era el soberanista, hoy senador, Vicenç Vidal

La supuesta malversación de fondos públicos en la desalinizadora fue denunciada en la Oficina Anticorrupción

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¿Armengol socialdemócrata?

Planta desalinizadora dela Bahía de Palma.
Planta desalinizadora de la Bahía de Palma.
Miquel Ángel Font

El Govern de la socialista Francina Armengol  pagó 13.210 euros por la compra de un termómetro para la planta desaladora de la Bahía de Palma que en realidad cuesta 420 euros. La factura data del año 2017 cuando gobernaba el anterior pacto de izquierdas y cuando Armengol era también la presidenta del Govern.

El gasto de 13.210 euros lo realizó la empresa pública Agencia Balear de l’Aigua i de la Qualitat Ambiental (Abaqua) que pertenece a la Conselleria de Medio Ambiente que en aquel año 2017 presidía Vicenç Vidal, de la formación soberanista Més per Mallorca. Vidal es actualmente senador por designación autonómica. Abaqua pagó este dinero a la empresa que tiene la concesión de explotación y mantenimiento de la desaladora, que es la francesa Suez Treatment Solutions SAU.

Según figura en la factura a la que ha tenido acceso OKBALEARES, Abaqua facturó en marzo de 2017 los 13.210 euros para que la concesionaria comprara el termómetro, que estaba destinado a un transformador de la desaladora.

Este medio ha consultado en el mercado el precio de los termómetros iguales al adquirido por Abaqua y ha podido certificar que como máximo cuesta 420 euros IVA incluido.

El sobreprecio facturado por el termómetro fue denunciado ante la Oficina Anticorrupción de Baleares. El sobrecoste del termómetro era sólo un punto de una denuncia mucho más amplia sobre una supuesta mala gestión y malversación de fondos público por parte de Abaqua y la empresa concesionaria de la desaladora, Suez Treatment Solutions SAU. La denuncia la presentó una entidad  privada y un ex trabajador de la desaladora. Dos años después la Oficina Anticorrupción decidió archivar provisionalmente el expediente ante la imposibilidad de investigar todos los puntos de la denuncia.

La Oficina Anticorrupción alegó que no tenía recursos para investigar  una denuncia tan amplia sobre la supuesta malversación de fondos públicos que se relataba, entre otras irregularidades, y acordó pasar el tema a la Fiscalía.

Deficiente mantenimiento

El Govern balear se agarra a este archivo de la denuncia para asegurar que no hubo ninguna irregularidad en la compra del termómetro aunque no ha podido explicar por qué se facturaron 13.210 euros por un aparato que sólo costaba 420 euros.

Tras la denuncia, el informe justificativo del gasto aclaraba que los 13.210 euros cubrían la compra del termómetro pero también otros gastos realizados para reparar dos piezas del equipamiento eléctrico de la desaladora que se habían estropeado por fallos en el mantenimiento. La realidad es que la factura firmada por Abaqua se refiere exclusivamente a la compra del termómetro.

En el año 2005 los cambios que la empresa explotadora realizó en el personal de gestión de la desaladora, poniendo al cargo de la misma como jefe de planta a un titulado ajeno a la ingeniería hidráulica con un sólo año de experiencia y como jefe de mantenimiento a un simple electricista, pusieron la instalación en una frágil situación.

En los años 2009  y 2010 hubo  un cambio en la política del Govern, del PP en aquel momento, que prefería la extracción de agua de los acuíferos propios a la producción. Hizo que se paralizara el funcionamiento de la desaladora de la Bahía de Palma, que hasta entonces estaba trabajando al tope de su capacidad.

La concesionaria de la explotación y mantenimiento de la desaladora optó por mantener las ganancias y realizó recortes de personal y de gastos en mantenimientos, hasta que en el 2015, con el cambio de Govern, la política hidráulica cambia dándose la orden de arrancar todas las líneas de la desaladora aunque esto no fue posible por falta de personal cualificado. Sólo se pusieron en marcha tres de las nueve líneas.

 

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