Polémica por el ACIRE en Bonaire

Los comerciantes, hartos: «Dicen que son el gobierno del pueblo y en realidad ni dialogan ni negocian»

Los comerciantes de Bonaire y Santa María del Sepulcro presentan un contencioso-administrativo contra el Ayuntamiento de Palma

La asociación del barrio asegura: "Aquí casi nadie viene a buscar parking, por lo que el ACIRE lo único que logrará es aislar el barrio"

Calle Bonaire
Calle Bonaire todavía sin el polémico ACIRE.

Las discrepancias entre los comerciantes de Bonaire y Santa María del Sepulcro con Cort empiezan como muchas de las polémicas que protagoniza el tripartito, por el nulo diálogo. Y es que el ACIRE que el Ayuntamiento de Palma pretende «imponer en la barriada, no lo quiere nadie». Precisamente, la Asociación de Comerciantes de la zona ha recordado que ellos son partidarios de llegar a un acuerdo, pero que el consistorio no responde a sus alegaciones. Así, finalmente han optado por presentar un contencioso-administrativo «que ha sido aceptado a trámite». Por lo que ahora, el alcalde de Palma, José Hila, deberá responder ante el juez.

La vicepresidenta de la asociación, Antonia Cañellas, ha explicado que la base de su argumentario es que el Plan de Movilidad Urbana Sostenible de Palma (PMUS) caducó en 2020. Es más, la elaboración del nuevo se encargó hace unos meses y no se prevé que esté listo hasta finales de año, mientras que el ACIRE se quiere instaurar ya. Por tanto, la medida se ampara en un Plan que ya no es válido y en unos informes que «nadie ha visto». Documentación que el juez ha reclamado y que Cort deberá aportar. «Es una política sin consenso y sin amparo normativo», ha criticado.

«En su propaganda se definen como el gobierno del pueblo y la realidad es que ni dialogan ni negocian. No han dado razones para crear el ACIRE en Bonaire más allá de esgrimir motivos medioambientales, pero lo cierto es que con esta medida no reducirán el CO2», ha reprochado la vicepresidenta. En este sentido, ha incidido en que «hay formas mejores, como plantar árboles que además se sumen al caro contador» que puso Hila.

Cañellas ha recordado que todo empezó cuando salió en prensa que el Ayuntamiento iba a convertir en ACIRE toda la zona de Bonaire y Santa María del Sepulcro. «Es la primera noticia que tenemos, porque nadie nos ha dicho nada. Pero para más inri, al día siguiente el regidor de Movilidad, Francesc Dalmau, sale en IB3 diciendo que lo han hablado con nosotros», ha explicado. Sin embargo, el regidor tuvo que rectificar sus palabras en ese mismo programa, después de que los comerciantes le dijesen que con ellos no había hablado nadie.

Al día siguiente, Dalmau se reunió con Cañellas, con la presidenta de la Asociación, Olivia Barceló, y con cinco comerciantes más. Le trasmitieron su voluntad de llegar a un acuerdo y remarcaron que el ACIRE en Bonaire no es una opción, «porque ninguno funciona». «El 80 o 90% de los coches que hay aparcados en esta zona son de residentes. Aquí casi nadie viene a buscar parking y parte de la circulación son coches de paso. Por lo que el ACIRE lo único que conseguirá es aislar el barrio», ha lamentado Cañellas.

En Bonaire y Santa María de Sepulcro no hay grandes comercios, son todo pequeñas empresas que viven de los residentes y de la gente que compra productos por encargo. Si Cort restringe la circulación, los comercios verán mermados sus ingresos porque todas aquellas personas que acuden en coche hasta el barrio, «dejarán de hacerlo». El Ayuntamiento puede argumentar que esta gente debería dejar su coche y optar por opciones de movilidad amigables con el medio ambiente como el bus, la bicicleta o caminar. Aunque no tienen en cuenta a la gente que vive lejos del barrio. Además, cabe reseñar que si una persona se mueve con un coche eléctrico o híbrido, está optando por una alternativa no contaminante.

«En Palma no hay un buen sistema de carril bici como en otras ciudades europeas y lo mismo sucede con el transporte público. Soy partidaria de peatonalizar si se hace con cabeza, pero no de prohibir. Además, peatonalizar no implica restringir la circulación, porque no podemos vivir sólo de la gente que vive aquí. Necesitamos también a ese cliente que viene de fuera del barrio», ha destacado.

Por otra parte, durante el confinamiento muchos comercios estuvieron cerrados y han perdido ingresos. La recuperación económica es lenta y volver a los indicadores de 2019 llevará tiempo. Cañellas ha asegurado que no es un buen momento para hacer cambios y que si se tienen que hacer, «mejor poco a poco y con buena letra». Eso sí, el camino no puede ser un ACIRE «que se cargará la vida del barrio y del centro de la ciudad». «Sólo sobrevivirán bares y restaurantes, aunque tengo mis dudas», ha advertido.

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