Trabajadores de una residencia de personas con discapacidad de Almería se aislan con los pacientes para cuidarlos
El buen corazón sale a relucir cuando más falta hace. En Almería, un grupo de 16 trabajadores de la Residencia de Personas con Discapacidad Gravemente Afectadas de la Federación Almeriense de Asociaciones de Personas con Discapacidad (FAAM) han decidido de forma voluntaria aislarse junto a los internos y pasar juntos las próximas semanas del período de confinamiento decretado por la crisis del Covid-19.
El presidente de la entidad, Valentín Sola, ha destacado que los voluntarios han adoptado esta decisión «para evitar que el maldito bicho pueda entrar» y para proteger a los usuarios del este centro, «especialmente vulnerables y que, al no tener visita de sus familias, nos necesitan más que nunca».
«Son 16 compañeros, 16 valientes, 16 héroes», ha indicado en un comunicado en el que, asimismo, ha subrayado que «tienen mucho mérito ya que la mayoría de estos campeones son trabajadores con discapacidad, lo que les da un mayor valor».
La directora del centro, María del Mar Miralles, ha detallado que entre los profesionales hay enfermeros, auxiliares de clínica, fisioterapeutas, monitores y personal de limpieza.
«Desde el primer instante en el que les hicimos la propuesta decidieron dedicarse en cuerpo y alma a nuestros usuarios», ha remarcado. Para ello se ha habilitado un ala de la residencia en desuso con todas las habitaciones perfectamente equipadas y diversos espacios de descanso.
Verónica Molina Navarro es una de las enfermeras que desde hoy se suma a la experiencia y ha trasladado que se trata «de minimizar el riesgo de contagio para ellos». «En este momento nos necesitan y desde que me plantearon el poder estar aquí no dudé en hacerlo. Voy a realizar el confinamiento con aquellos que son los más vulnerables», ha afirmado.
Para Verónica, «es un sentimiento que te nace al ver como está todo el país». «Es una manera de aportar tu granito de arena y ayudar a quienes más nos necesitan», ha añadido.
María José Rodríguez Vizcaíno es monitora y madre de dos hijas de 10 y 13 años que se sienten más que orgullosas de la labor que realiza su madre por las personas con gran discapacidad.
«Ellas están bien atendidas por su padre y en este momento aquí hago más falta porque siento que tengo que protegerlos. Para mí es una experiencia gratificante, en este momento hay que ser más solidarios que nunca», ha afirmado. María José ha expresado que lo que quiere en esta difícil situación «es estar en primera línea». «Es mi sentimiento».
Con esta medida, los 20 residentes y los 16 profesionales que cuidarán de ellos, con sus turnos de trabajo establecidos, permanecerán durante las próximas semanas confinados, sin visitas de familiares y allegados, si bien con videollamadas de todos ellos y alguna que «otra sorpresa» que tendrá lugar durante los próximos días.
Desde este lunes, además del aislamiento sin entrada y salida de trabajadores, tanto ellos como los usuarios llevarán guantes y mascarilla, tal y como ha informado la directora, quien ha detallado que diariamente se continuará con el protocolo establecido y se tomará la temperatura dos veces al día a todas las personas internas en el edificio, cuyos exteriores también han sido desinfectados por extrema precaución.
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