La guerra entre Pablo Iglesias y Yolanda Díaz lleva a la desaparición de Podemos en Andalucía
La desaparición de Podemos en Andalucía tiene un trasfondo muy superior a las «cuestiones administrativas» que desde la formación morada tratan de vender al público. Pablo Iglesias y Yolanda Díaz tienen mucho que ver aquí. Precisamente, las primeras desavenencias vinieron por ese enfrentamiento: el ex líder de Podemos quería imponer a su amigo Juan Antonio Delgado (Podemos) como candidato de la coalición ‘Por Andalucía’ a la Junta, mientras que la ministra de Trabajo y vicepresidenta del Gobierno quería a Inmaculada Nieto (IU). Ese primer pulso lo ganó Yolanda Díaz, muy implicada en este proyecto. El segundo, el que tratan de ocultar ahora, también lo ganó la actual vicepresidenta… y acabó con Podemos fuera de Andalucía.
La relación entre Podemos e IU se ha ido deteriorando desde que se creara la marca Unidas Podemos, hace ya más de cinco años. Algo que ha terminado explotando en varias ocasiones, y que ha acabado con el partido podemita en Andalucía: la formación que lidera Juan Antonio Delgado en la comunidad no recibirá subvenciones, ni tampoco sus candidatos podrán estar en las listas bajo la marca Podemos.
Conejillo de indias de Yolanda Díaz
Para Yolanda Díaz, Andalucía era su particular conejillo de indias. De cara a las autonómicas que se celebrarán el próximo 19 de junio, pretendía hacer en la comunidad lo que intentará más adelante a nivel nacional: liderar una nueva confluencia de todos los partidos que estén más a la izquierda del PSOE. En Andalucía, desde luego, ha fracasado. Pablo Iglesias ve cómo su ‘imperio’ se desmorona y está haciendo lo imposible por evitarlo. Inmolar la coalición andaluza es buen ejemplo de ello.
Así las cosas, las negociaciones entre los de Iglesias y los de Díaz han aumentado aún más las distancias entre Podemos e IU. Pese a aparentar cordialidad en público, lo cierto es que en privado se contaban todos los pormenores de las negociaciones, con más que reproches desde uno y otro lado.
Sea como fuere, lo cierto es que finalmente la candidatura conjunta se presentó sólo tres minutos antes de que finalizara el plazo de inscripción, y en ella estaban IU, Más País, Equo e Iniciativa del Pueblo Andaluz. Sin Podemos ni Alianza Verde. Más tarde, primero a las 00:14 y después a la 01:07 de la mañana (catorce minutos y más de una hora más tarde del fin del plazo), se presentaron distintos registros con Podemos incluido en la coalición. Evidentemente, se rechazaron por la Junta Electoral por llegar tarde.
El pulso negociador de Iglesias
Pero lo cierto es que Podemos intentó retrasar el acuerdo al máximo con el fin de forzar las negociaciones y sacar adelante sus exigencias. La primera de ellas: la imposición de su candidato, Juan Antonio Delgado. Pero Yolanda Díaz nunca dio su brazo a torcer y decidió mantenerse firme hasta el final. De hecho, los medios más afines a la izquierda aseguran que desde Podemos no cogieron el teléfono hasta media hora antes del final del plazo. En la propuesta tardía estaba el rechazo de Delgado como candidato a cambio de tener más peso podemita en las listas electorales definitivas. Según sendos bandos tal propuesta se aceptó… pero ya era demasiado tarde.
Desde IU, de este modo, deslizan que si Podemos llega a coger el teléfono antes todo podría haber sido diferente. La estrategia negociadora de Pablo Iglesias, así las cosas, fue lo que acabó con la formación en Andalucía. Iglesias ha perdido el pulso y la representación andaluza.