Navidad

El pueblo de Andalucía que es famoso por los polvorones y mantecados que tienes que visitar esta Navidad

pueblo Andalucía polvorones
Blanca Espada

Cada año, tenemos la sensación de que la Navidad empieza antes de tiempo. Y en ciertos lugares es literal. Es el caso del pueblo de Andalucía que destaca por sus polvorones y mantecados, los cuáles son protagonistas mucho antes de que llegue diciembre. Se trata de Antequera, donde no hace falta que haya luces en las calles ni que suenen villancicos para sentir el ambiente navideño: basta con acercarse a alguna de sus fábricas o conventos para que el aire cambie. Ese olor tan característico, mezcla de manteca, canela y horno recién encendido, es casi una bienvenida al visitante, por lo que una visita en estas fechas se conforma como una de las mejores.

La tradición es tan fuerte que cualquiera que pasee por su centro acaba mirando los escaparates como si buscara algo concreto, aunque no tenga intención de comprar. Parte de la culpa la tiene el lugar, y parte la tiene la historia: aquí los mantecados no son un producto estacional, sino una forma de entender la gastronomía local. De hecho, muchas de las recetas actuales se parecen más a las de hace siglos que a las de cualquier obrador moderno. Por eso, cuando se acerca diciembre, Antequera se convierte en una escapada perfecta: por los dulces, sí, pero también por la mezcla de patrimonio, paisaje y cultura que la rodea. El visitante no sólo viene a este pueblo de Andalucía a comprar una caja de polvorones o mantecados, viene a vivir también algo de historia, de patrimonio y como no, de monumentos y paisaje que es mejor no perderse.

El pueblo de Andalucía que es famoso por su polvorones y mantecados

Aunque se suele repetir que los dulces que tanto marcan la identidad de Antequera tienen herencia árabe, de hecho su aroma especiado podría hacer pensar en ello, su origen documentado está más cerca de la necesidad que de la influencia. Hace unos trescientos años, los inviernos dejaban excedentes de manteca de cerdo y harina de trigo, y en algún momento alguien decidió convertirlos en pastas dulces. Con el tiempo fueron mejorando, afinando la receta, y ya en el siglo XIX empezaron a salir de Andalucía rumbo a otras ciudades.

Hoy en día, la variedad es enorme. Los más clásicos siguen siendo los de canela y ajonjolí, pero cada vez hay más sabores como los de limón, cacao, pistacho y aunque en algunos casos sorprendan, todos comparten la misma filosofía de siempre: elaboración artesanal y materias primas sin florituras.

Los mantecados más buscados: los del convento

En Antequera se producen toneladas de mantecados cada año, pero hay unos que destacan inevitablemente sobre el resto: los de los conventos. Da igual cuántas marcas comerciales existan, porque los dulces de las monjas siguen siendo los primeros en agotarse.

Sobresalen dos:

  • Las clarisas del Convento de Belén
  • Las Carmelitas Descalzas

Su fama no es gratuita. El proceso para hacer los dulces es lento, manual, y se nota en el resultado. Además, no se quedan sólo en mantecados o polvorones ya que también elaboran tortas de almendra, nevaditos, bienmesabe, yemas, cortadillos, empanadillas de cabello de ángel… una lista interminable que hace difícil marcharse con una sola caja.

Una ciudad que ofrece mucho más que dulces

El dulce es la excusa, pero el viaje no termina ahí. Antequera es uno de esos lugares donde cada época ha dejado una huella visible. Sus monumentos no están concentrados en un punto concreto: aparecen casi sin querer, mientras subes o bajas alguna de sus calles.

Entre los más destacados:

  • Los Dólmenes de Menga, Viera y El Romeral, un conjunto único en Europa.
  • La Alcazaba, que es impresionante y que domina la ciudad desde lo alto.
  • La Peña de los Enamorados, envuelta en historias y leyendas.
  • Iglesias renacentistas y barrocas, palacios y conventos repartidos por todo el casco antiguo.
  • Y por si faltara algo, a pocos kilómetros está El Torcal, con esas formaciones rocosas tan peculiares que parecen escenarios de otro planeta.

Cómo llegar a Antequera desde Málaga

Si estás pensando en comprar los mejores dulces de Navidad, y deseas visitar el pueblo de Antequera, la conexión es sencilla, incluso para una visita improvisada.

En coche: Desde el aeropuerto, basta coger la A-45 o la AP-7. En torno a una hora de trayecto.

En autobús: La compañía ALSA ofrece rutas directas entre el aeropuerto y Antequera.

En tren: La estación María Zambrano conecta con dos estaciones antequeranas:

  • Antequera AV (a 2 km del centro)
  • Antequera–Santa Ana (a 18 km)
  • Ambas permiten enlaces frecuentes con Málaga y otras ciudades.

En definitiva, ir a Antequera en Navidad es casi un ritual: olor a horno, sabor tradicional y una ciudad que mezcla historia y paisaje como pocas. Pero incluso fuera de temporada tiene sentido hacer una escapada a este pueblo de Andalucía. El encanto no depende del calendario, aunque los mantecados, eso sí,  siempre saben un poco mejor en estas fechas.

Lo último en España

Últimas noticias