Isabel Madera: «El parque de skate de Bormujos tenía que llamarse Ignacio Echeverría, icono de juventud»

El parque de skate de Bormujos se ha bautizado con el nombre de Ignacio Echeverría, «el héroe del monopatín», gracias a la moción presentada por el Grupo Municipal Vox, aprobada en pleno el 28 de junio de 2024. El motivo pasa, en primer lugar, por rendir merecido y justo homenaje a Ignacio y, en segundo, por convertirlo en icono para la juventud, tan presente en la acción del partido Vox. El acto, inaugurado institucionalmente por la alcaldesa de Bormujos, Lola Romero, e Isabel Madera (Vox), segunda teniente de alcalde y delegada de Urbanismo en al Ayuntamiento de Bormujos, ha contado con la presencia de Joaquín Echeverría, padre de Ignacio y Sergio Garrudo, en representación de la Asociación Ignacio Echeverría.

Entre las características del parque se encuentra un cuenco central de dos niveles diseñado para los usuarios más experimentados, así como rampas profesionales, cajas de salto, áreas de conexión y estructuras especiales para pasos avanzados. El parque también cuenta con elementos como carril inclinado, cuarto pipa, columna vertebral, pole jam y pirámides.

Emotiva inauguración

La inauguración del parque ha sido un evento lleno de emoción para los presentes. Joaquín Echeverría ha sido el encargado de hacer los honores junto a la placa que, cuidadosamente diseñada con forma de monopatín, indicaba el simbólico nombramiento del parque. Un Joaquín emocionado, dio las gracias a Bormujos porque «esto no es un pequeño acto, es un gran acto».

Muestra de ello, entre otros casos, Joaquín comentó la dedicación de Ignacio a conversar muchas horas con un chico que se encontraba muy mal anímicamente, hasta que consiguió sacarlo adelante integrándolo en su círculo de amigos. La familia, a la que no conocía, le pidió a ayuda a Ignacio. Hoy en día, este chico ha alcanzado una vida plena. O el caso de asistir continuamente a un hospital en Londres a visitar a un chico que estaba solo en la ciudad y no tenía quién le acompañase.

«Más allá de la tristeza y el horror de enterrar a un hijo, Joaquín, nuestro deber es recordar para contribuir a un horizonte limpio y esperanzador, pero lo es más aún si cabe, recordar para aprender y transmitir a nuestros jóvenes los valores de aquel que fue un ejemplo de dignidad y heroísmo frente a la cobardía de los criminales. Una persona de elevados principios y valores. Una persona buena, además de un héroe, no sólo por el hecho de arriesgar su vida y perderla por intentar salvar la de los demás, sino por ser capaz de portar y aplicar tan innumerable repertorio de valores, valores que cada día son más difíciles de encontrar», ha manifestado Isabel Madera.

Sergio Garrudo acudió en representación de la Asociación Ignacio Echeverría, la cual, explicó, tiene la misión de acercar el legado de Ignacio a tantas personas que no lo conocieron y se pregunten quién era y cómo llegó a hacer lo que hizo. «Porque Ignacio era, como dice su padre, una persona normal. No nació siendo un héroe. Un héroe se hizo», explicó Sergio, que también comentó que Ignacio y su encomiable buen hacer «se ha convertido en una figura referente para que muchas personas, gracias a él, sean cada día un poco mejor».

Quién es Ignacio Echeverría

Nacido en la localidad coruñesa de Ferrol, en una familia de profundas convicciones católicas, Echeverría pasó su primera infancia en el municipio gallego de Puentes de García Rodríguez, para más tarde instalarse en Madrid. En la capital se licenciaría en Derecho por la Universidad Complutense y La Sorbona francesa, donde potenció su ya temprana afición por el skateboarding.

Tras varios empleos en entidades bancarias y aprovechando un periodo de desempleo, optó por hacer las maletas y probar fortuna en Londres, donde no tardó en ser contratado como analista por la entidad bancaria HSBC Holdings. El 3 de junio de 2017, durante los atentados yihadistas perpetrados en el puente de Londres, a la voz de «esto es por Alá», al ver a uno de los terroristas apuñalando a una joven, Ignacio tomó el monopatín que llevaba en su mochila y la emprendió a golpes contra el criminal. Gracias a ello pudo salvar la vida de la mujer, aunque al más alto coste imaginable: perder la suya. Por ello esa frase, inscrita bajo el patinete que se exhibe en el Centro Memorial de Víctimas del Terrorismo de Vitoria, hace todos los honores al que hoy es conocido como el «héroe del monopatín».

La ayuda al prójimo como eje

Ignacio ayudó a mucha gente a través de diferentes ambientes que frecuentaba. Se sabe que en el mundo del monopatín aconsejó a muchos chicos, más jóvenes que el propio Ignacio, a estudiar. «Cambió la vida de muchos de ellos con sus consejos. Una persona estaba hundida en el pozo e Ignacio se pasó muchas horas hablando con él, y cuando esa persona estaba mejor Ignacio le llevó a su ambiente con sus amigos. Esto nos lo contó el padre de este chico en el tanatorio. Ahora el chaval está recuperado y haciendo vida plena», ha contado en ocasiones su padre Joaquín.

Tras su muerte, la familia conoció aspectos de su hijo que ni siquiera ellos conocían, especialmente de su vida en Londres. Por ejemplo, su labor como catequista en una parroquia de Londres: «Llaman a una amiga de Ignacio para comentarle que en una iglesia cercana a donde vivía le iban a dedicar una misa. La amiga se acercó a la sacristía para preguntar por qué le dedicarían la misa, y le explicaron que en esa parroquia daba catequesis a los niños», quedaba recogido en unas declaraciones de su padre.

Firme sentido de la justicia

Su infancia y juventud coincidió en el tiempo con los atentados de la banda terrorista ETA. De ahí que Ignacio llegase a sentir vergüenza por llevar el apellido Echeverría, el mismo que algunos integrantes de la organización. Incluso propuso a su padre cambiar su apellido paterno. Siempre fue un joven valiente y con un gran sentido de la justicia. Pocos días antes de su muerte, Ignacio había visitado España.

En ese momento, en el barrio londinense de Westminster, un atentado costó la vida de cuatro personas, incluido un policía que, sin portar arma, intentó neutralizar al agresor, mientras que otro compañero del cuerpo optó por refugiarse en su coche para ponerse a salvo. «Comentamos esto en casa, y mientras charlábamos sobre el tema, Ignacio dijo que, de haber estado él en Westminster patinando, ese policía estaría vivo», recordó Joaquín.

Un camino hacia la beatificación

La familia de Ignacio Echeverría está trabajando para iniciar su causa de beatificación, un proceso que ya ha dado importantes pasos. Se ha constituido una asociación dedicada a promover la causa, registrada oficialmente en la archidiócesis de Madrid, y Roma ha aceptado que, en caso de que se abra el proceso, éste tenga lugar en la capital española, a pesar de que Ignacio falleció en Londres. «Hemos contratado a un postulador que está recabando dos tipos de testimonios, los que llaman Fama de Santidad, que son personas que creen que Ignacio está en el Cielo y luego están los testimonios ‘de Fama de los signos’ que son personas que creyendo que Ignacio está en el Cielo, creen que puede ser buen intercesor para encomendarse a él, solicitarle favores y pensar que los ha recibido», ha explicado Joaquín.