Descontrol en el CETI de Ceuta: fogatas, Policía y 100 marroquíes en la puerta porque ya no caben más
El centro acoge a casi 900 inmigrantes y no acepta más ingresos
Aunque no están dados de alta, entran para comer y asearse hasta que el Gobierno les haga hueco


El sobresaturado CETI de Ceuta, donde residen cerca de 900 inmigrantes, casi el doble de su capacidad máxima, encara un problema añadido en los últimos días. Un centenar de marroquíes se agolpan a la entrada de las instalaciones esperando su turno, mientras el Gobierno trata de descongestionar el centro con traslados semanales a la península.
Tras las quejas vecinales, la Policía Nacional se personó el pasado sábado en el CETI por las fogatas en la calle y la música a todo volumen pasada la medianoche. Pese a que no están dados del alta, sí se les permite acceder al centro para comer, según ha podido saber OKDIARIO Andalucía. «Los de fuera se han unido y se han salido con la suya. El CETI les está dejando entrar a comer para evitar conflictos y que esto vaya a más», explica un empleado del centro. También se están «cuadrando horarios» para que puedan usar las duchas. «Vamos, que el Ministerio (de Migraciones) se ha bajado los pantalones», resume este trabajador.
El CETI cuenta actualmente con 886 residentes, principalmente marroquíes (371) y argelinos (188), aunque el límite de su capacidad está fijado en 512 plazas. Ante tal saturación, el director ha dado la orden de no permitir más ingresos. En los alrededores acampan desde hace casi una semana cerca de 100 inmigrantes, en su mayoría marroquíes, sabedores de que tarde o temprano les harán hueco. También duermen al raso en la playa que hay junto al CETI. Además de aseo y tres comidas diarias (desayuno 8-8:30, comida 12:15-13 y cena 19:15-20), se les proporciona sanidad y apoyo letrado, según detalla Ceuta Ahora. No obstante, exigen ser alojados en las mismas condiciones que el resto, con habitaciones y camas.
Entretanto, el Gobierno de Sánchez continúa aligerando el centro y enviando inmigrantes a la península semana tras semana, pero las llegadas ilegales a nado no cesan, y la cifra de residentes no baja de los 700 desde hace meses, a los que se suman los más de 500 menas tutelados por la ciudad. Ceuta y el Estado destinan 120.000 euros al día a la manutención de adultos y menores.
El Gobierno central ha asumido la asfixiante demanda del CETI colocando más literas en las aulas del centro donde se imparte español. Además, el pasado jueves 25 personas (todos varones, principalmente de Argelia, Sudán, Guinea y Mali) pusieron rumbo a Algeciras (Cádiz) para ser reubicados en recursos de acogida de otras comunidades autónomas, principalmente Andalucía. Los tres jueves previos fueron trasladados a la península más de 100 inmigrantes, en grupos de 24, 35 y 48 personas. Se desconoce si entre ellos se encontraba Allhasane D., el guineano que intentó abusar sexualmente de una enfermera del CETI a finales de julio, cuando llevaba sólo 10 días en España.
El director del centro, Jesús Bautista, que fue acusado de «minimizar» los hechos y no activar los protocolos para «proteger» al agresor (la Secretaría de Estado de Migraciones está investigando su actuación), se encargó de buscarle un hostal pagado por el Estado, según informó la prensa local y pudo confirmar este periódico.
Ya en marzo otro guineano del CETI mandó al hospital a cinco trabajadores (una enfermera y cuatro vigilantes de seguridad) tras un incidente en el comedor. Fue enviado a un centro de acogida de Andalucía 10 días después de los hechos. En esta ocasión, el centro está procurando que el traslado de Allhasane D. no salte a la prensa.
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