El caso Faffe o cómo el PSOE saqueó a los andaluces para enchufar a familiares e irse a prostíbulos
El ‘caso Faffe’ es, posiblemente, el que mejor resuma los casi 40 años de gobierno socialista en Andalucía. Esta semana hemos conocido la condena que puede ser sólo la punta del iceberg de una trama de corrupción que ha marcado la historia negra de Andalucía durante las últimas cuatro décadas. Juergas en prostíbulos a cargo del dinero de los andaluces, más de 1.200 enchufados -muchos de ellos familiares y allegados a socialistas- y, en definitiva, un mecanismo de financiación ilegal a través del que el PSOE andaluz (PSOE-A) se ha convertido en el partido más corrupto de nuestro país.
Todos conocemos el ‘caso ERE’, sin embargo, la Faffe no tiene nada que envidiar a la trama de corrupción más mediática del socialismo andaluz. La Audiencia de Sevilla ha condenado esta semana al ex director de la Faffe, Fernando Villén (PSOE), a seis años de cárcel por los pagos en prostíbulos con tarjetas bancarias de la entidad, perteneciente entonces de la Junta socialista de Andalucía. Villén, que en el año 2008 entró en la Ejecutiva del PSOE-A, dilapidó 32.566 euros en una docena de orgías en clubes de alterne. La ex directora económica-financiera de la Faffe, Ana Valls, también ha sido condenada a cinco años y tres meses de cárcel por su inestimable ayuda en el desvío de fondos públicos. El tribunal considera a ambos autores de un delito continuado de malversación en concurso con un delito continuado de falsedad en documento oficial en concepto de inductor.
Prostíbulos, enchufes…
Pero este caso, el de Villén, es sólo un pequeño tentáculo de los muchos que tiene esta trama de corrupción socialista. y es que cuando hablamos de Faffe hablamos una inmensa maquinaria de 1.200 trabajadores, gran parte de ellos allegados y familiares de socialistas, que existió entre 2003 y 2011 y que sirvió al PSOE para saquear los fondos con los que, en teoría, debían formarse los parados en Andalucía.
Tal y como señala la Guardia Civil en sus atestados, la Faffe nació como un «sistema paralelo» de la Consejería de Empleo para beneficiar a empresas afines y regatear los controles de la Administración para gestionar los fondos públicos, además, cómo no, también sirvió para enchufar a cientos de personas vinculadas al PSOE y a los sindicatos.
De hecho, según la Guardia Civil, de los 1.200 empleados que llegó a tener la entidad, alrededor de 200 eran enchufados. Entre ellos el de ex alcalde (socialista, claro) de Lebrija, Antonio Torres, que se embolsó presuntamente medio millón de euros sin ir a trabajar, el ex alcalde de Montellano, que en su puesto de trabajo leía o se echaba la siesta, o el de Carmen Ibanco, la mujer de Juan Espadas.
En definitiva, la sentencia y condena de Fernando Villén que hemos conocido esta semana es únicamente la punta del iceberg de un entramado de corrupción socialista que tiene de todo: desde juergas en prostíbulos hasta enchufismo o mecanismos de financiación ilegal.
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