Ahora hay que agradecerle al Gobierno de Pedro Sánchez que haya vacunado a los españoles sin preguntarles a qué partido votan. Así lo dejó caer el presidente en una entrevista en TVE en la que afirmó: «Aquí hemos vacunado a todo el mundo». Añadía Sánchez que «no hemos preguntado su origen, ni su creencia, ni lo que votaban». Y de forma solemne hablaba de la vacunación como un «gran ejercicio de patriotismo y fraternidad».
Primero convirtieron en un acto de propaganda la llegada de las vacunas al etiquetar una compra negociada durante meses por la Unión Europea con una pegatina del «Gobierno de España». Luego dijeron, por boca de la diputada socialista gallega Pilar Cancela, que las vacunas las pagaba el Gobierno de España y no los españoles. «Sí, sí, el mismo Sánchez Castejón, que parece que les molesta», afirmó con recochineo en las redes sociales. Alardear de vacunar a los españoles como un acto de generosidad del líder supremo es otro tic totalitario a los que ya nos tiene habituados este Gobierno.