Pisos con piscina y vistas al mar por 20.000 euros: la ciudad ideal para comprar tu casa de veraneo


En un momento donde los precios de la vivienda han aumentado exponencialmente en muchas ciudades, hay rincones en los que es posible encontrar una casa de veraneo por menos de 20.000 euros. Hablamos de Guardamar del Segura, un encantador municipio alicantino situado en la Costa Blanca, está captando la atención de quienes sueñan con un rincón frente al Mediterráneo sin tener que hipotecarse de por vida. Lejos Ésta pequeña joya costera ofrece pisos con piscina comunitaria y vistas al mar a precios muy accesibles. Y no se trata de chollos imposibles o viviendas en ruinas, sino de oportunidades reales en un mercado que ha sabido mantener los pies en la tierra.
Este fenómeno no es casualidad. Guardamar del Segura ha sabido combinar lo mejor del turismo con una vida tranquila de pueblo, sin perder su identidad. Su ubicación estratégica, entre dunas naturales y aguas turquesas, la convierte en un lugar único. Hoy más que nunca, invertir en este municipio no es sólo una decisión inteligente, sino una declaración de intenciones.
Casa de veraneo en Guardamar del Segura
¿Cómo es posible encontrar pisos desde 20.000 euros con piscina y vistas al mar? La respuesta está en el equilibrio que esta localidad ha logrado entre desarrollo turístico y conservación. Guardamar del Segura no ha sido víctima de la urbanización salvaje que ha asolado otras zonas del litoral.
Muchos de estos inmuebles se encuentran en urbanizaciones tranquilas, con zonas comunes bien cuidadas, piscinas limpias y rodeadas de vegetación mediterránea. En ocasiones, se trata de apartamentos de bancos, herencias o propietarios que necesitan liquidez inmediata. No hablamos de mansiones, claro está, pero sí de pisos funcionales, muchos con terrazas con vistas al mar.
Algunos de estos pisos se encuentran en barrios como Los Estaños o El Moncayo, zonas tranquilas, bien conectadas y con servicios esenciales muy próximos, como supermercados, centros de salud, farmacias, transporte público, bares, restaurantes, colegios y zonas verdes donde pasear o hacer deporte al aire libre, lo que los convierte en lugares ideales tanto para vacaciones como para vivir.
El encanto de un pueblo que mira al mar
Guardamar del Segura no es sólo un punto en el mapa. Es una comunidad viva, con historia, tradiciones y una relación íntima con el Mediterráneo. Sus playas de arena fina se extienden a lo largo de más de 11 kilómetros, bordeadas por un sistema dunar único protegido por pinares que los vecinos plantaron a principios del siglo XX para frenar la desertificación. Caminar por sus senderos es una experiencia que conecta con lo natural, lo auténtico.
Entre las playas, destaca la Playa Centro, muy animada y equipada, ideal para familias. La Playa de la Roqueta ofrece aguas tranquilas y arena fina, perfecta para relajarse. Para los amantes de la naturaleza, la Playa del Moncayo se extiende junto a dunas y pinares, en un entorno casi virgen. También están la Playa del Campo y la Playa de los Viveros, menos concurridas y perfectas para desconectar. Todas cuentan con bandera azul, aguas cristalinas y servicios.
El paseo marítimo, con sus terrazas, bares y heladerías, mantiene un aire familiar, sin pretensiones, donde lo importante sigue siendo mirar al mar, disfrutar de una cerveza bien fría o del bullicio amable de los niños jugando en la playa. En Guardamar del Segura, todo parece diseñado para vivir sin prisas. Y ese ambiente acogedor es parte del atractivo para muchos extranjeros que deciden establecer aquí su segunda residencia.
Rentabilidad más allá del verano
Comprar una casa de veraneo en esta localidad es una inversión inteligente. El alquiler vacacional está muy demandado en la zona, sobre todo en los meses de verano, pero también durante todo el año, gracias al clima templado y a la creciente popularidad de la Costa Blanca entre jubilados del norte de Europa. Por apenas 20.000 euros, se puede obtener un rendimiento anual que ronda el 8% o incluso más, dependiendo de la ubicación y el estado del inmueble.
En los últimos años, la demanda ha crecido, especialmente entre franceses, belgas, alemanes y, cómo no, británicos. Pero también hay muchos españoles, especialmente jubilados o parejas jóvenes, que ven en este municipio una oportunidad real de tener una vivienda frente al mar. La cercanía con Alicante (a media hora en coche), su buena conexión con el aeropuerto internacional y la infraestructura sanitaria son también factores clave.
En una época donde el acceso a una vivienda junto al mar parece un lujo inalcanzable, Guardamar del Segura se alza como una excepción esperanzadora. Con precios sorprendentemente bajos, ofrece la posibilidad de tener una segunda residencia frente al Mediterráneo. Aquí, invertir no es una simple cuestión económica, sino una apuesta por una vida más tranquila, en contacto con la naturaleza. Es una oportunidad que combina calidad de vida, entorno privilegiado y futuro. Porque en este pueblo de la provincia de Alicante aún es posible soñar, vivir el presente y construir recuerdos.