‘Pombo’: la serie documental que hace interesante a la de Georgina Rodríguez
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Toca comentar el enésimo docureality sobre la vida de una influencer que sólo puede interesar a sus fans y a sus haters, que consumen estos productos para confirmar sus ideas contra el personaje en cuestión. Ahora le ha tocado el turno a María Pombo y a toda su familia con una serie documental para Amazon Prime que hace interesante a la de Georgina Rodríguez en Netflix.
Es decir, la producción, más aburrida y sosa no puede ser. Pombo -que así se titula la serie de cuatro capítulos- es una vivencia tediosa y claustrofóbica para el espectador. Los personajes casi no salen de su casa, no hay hilo conductor, todos gritan y se pisan, no se entiende nada y todo para que repitan, una y otra vez, que los Pombo son «una familia muy normal». A saber qué significa eso para ellos.
¿De qué va Pombo?
Amazon resume y vende la serie de esta manera: «Los Pombo son una familia imparable y muy unida tanto en los buenos como en los malos momentos, con un crecimiento en redes exponencial. María es una de las reinas en la creación de contenido en redes sociales, además de emprendedora digital y empresaria. Marta, además de influencer, es emprendedora y aventurera. Lucía, siguiendo la saga familiar, es piloto comercial. Y Gabi, la más pequeña, quiere ser cantante. El patriarca Vituco comenzó trabajando en el mundo de la publicidad y actualmente regenta su propio negocio al tiempo que se dedica a su familia, formada por sus hijas y la mujer de su vida, Sito».
«María, embarazada de su segundo hijo, vive uno de los momentos más dulces y a la vez más intensos de su vida acompañada de su hijo Martín y su marido Pablo. Marta necesita que todo le salga bien ahora que por fin ha encontrado al hombre de su vida. Lucía tiene que lidiar con la presión que siente por aplazar su fuerte deseo de ser madre. Gabi, que nació en esa casa y se ha criado como una hermana más, quiere dedicarse a la música pero sus inseguridades y sus miedos son un obstáculo para conseguir sus objetivos. Vituco (o Papín, como le llaman en la familia) saca adelante el restaurante familiar, pero supervisa hasta el color de la manicura de sus hijas porque que la familia se mantenga unida cuando él ya no esté es algo que le preocupa».
Una serie ideal para echarse una siesta
Sería bueno que esta serie, o cualquiera del estilo, pudiese interesar a los que no estén familiarizados con los protagonistas ni con las redes sociales. No es el caso. Incluso si se es muy fan de los Pombo, es difícil imaginar un producto con tan poca alma, tan caótico y poco interesante. La mejor forma de hacer una crítica de un producto así es saber muy poco de los personajes y, si es el caso, uno se pasa cuatro capítulos viendo a unos personajes que dicen quererse mucho pero que casi no se tocan, que se burlan entre sí con mala leche, que no paran de echarse flores a sí mismos y que viven en una burbuja de comodidades que les provoca estar perfectamente maquillados desde que se levantan de la cama. Los Pombo no se cansan de decir que son una familia «normal», pero su normalidad no es la misma que la del resto.
Es que, provoca tanta pereza esta serie que hace interesante la de Georgina Rodríguez en Netflix. Al menos de la pareja de Cristiano Ronaldo te ríes o te escandaliza o provoca algo. Los Pombo, en su serie, dan igual. Es curioso que gente que se gana el pan publicando cada segundo de vida en redes sociales funcione tan mal en proyectos así. Tal vez son personas que manejan muy bien las piezas cortas pero en cuanto pones la lupa, el personaje deja de ser interesante.