Javier Bardem habla de su soledad rodando ‘No es país para viejos’: «Josh Brolin fue mi salvación»
El actor español ha sido recientemente nominado al Globo de Oro.
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A ningún cinéfilo del mundo se le escapa que Javier Bardem es el actor patrio más reconocido en la escena interpretativa internacional. Una figura que heredaría el recorrido hollywoodiense de Antonio Banderas, mejorando incluso esa imagen generada en el imaginario de los estadounidenses sobre la presencia hispana en la meca del celuloide. De hecho, su calidad profesional y talento le ha puesto a las órdenes de los cineastas más punteros, como Pedro Almodóvar, Michael Mann, Ridley Scott o Alejandro González Iñárritu. Sin embargo, su incursión en la industria de al otro lado del charco no fue nada sencilla para su salud mental, llegando a sentirse tremendamente aislado de todo lo que le rodeaba mientras rodaba No es país para viejos.
Adaptación homónima de Cormac McCarthy, el thriller neo-western de los hermanos Coen le supuso a Bardem su primer-y hasta el momento único-Oscar de su carrera, después de estar nominado por primera vez en 2001 con Antes que anochezca. Posteriormente, la Academia volvería a considerarle para las estatuillas en 2011 por Biutiful y en 2022 por Ser los Ricardo y hace poco, fue nominado al Globo de Oro gracias a su excelente participación en la miniserie Monstruos: la historia de Lyle y Erik Menendez. Pero su reconocimiento va más allá de su desempeño en la parte autoral, incluyendo incursiones en blockbusters comerciales de la talla de Skyfall o Piratas del Caribe: La venganza de Salazar. Hoy, combina ambas producciones, moviéndose como pez en el agua entre los proyectos nacionales y las historias globales de las grandes majors. No obstante dicha polivalencia no fue siempre tan sencilla y en una reciente entrevista, ha revelado cómo el rodaje en el que dio vida a Anton Chigurh supuso un mazazo de soledad y aislamiento.
Bardem se sintió «un poco deprimido»
Aparte del reconocimiento personal, No es país para viejos logró ser la ganadora de la noche en la 80ª edición de los Oscar, llevándose a casa además la estatuilla a la Mejor película, dirección y guion adaptado. El prestigio de Bardem en la profesión fue mundialmente reconocido en aquel año y en la actualidad, muchos consideran que el oscuro villano es una de las mejores performance de las últimas décadas. Aunque el intérprete de 55 años tiene sentimientos encontrados con la complicada situación del rodaje.
En la trama, el personaje de Bardem es un asesino psicópata que persigue a Llewelyn Moss (Josh Brolin), un cazador de antílopes que un día descubre a unos hombres muertos, un cargamento de heroína y dos millones de dólares en efectivo. Un tipo de rol que el propio actor español rechazó en un principio por su carácter violento y que tras aceptarlo, le supuso un periodo de desconexión con la realidad del que únicamente pudo salvarle su compañero de reparto.
«Me sentí un poco deprimido en No es país para viejos por varias razones, algunas de ellas personales», comenzaba contándole el español a Deadline. Inmediatamente después, describió el proceso interno por el que vivió al meterse en el papel: «Fue un momento de mi vida en el que estaba pasando por una crisis como en muchos otros momentos. Pero me llevaron al centro de Estados Unidos para interpretar este papel muy oscuro dentro de un elenco y un equipo estadounidense por primera vez en mi vida. Así que me sentí un poco solo y absolutamente separado de todo lo que me rodeaba».
A continuación, el actor de Los lunes al sol explicó que esa sensación venía en buena parte condicionada por la naturaleza del personaje, el cual era «una persona emocionalmente desconectada de los demás». Esa soledad fue paliada de algún modo con la presencia del actor protagonista de la historia. Brolin es todavía a día de hoy un gran compañero profesional de Bardem, compartiendo ambos elenco en las dos partes de Dune. «Josh Brolin fue mi salvación. Fue muy amable, servicial y cariñoso, y realmente me rescató y me mostró la luz. Nos lo pasamos genial. Lo considero un gran ser humano y un buen amigo», sentenciaba el seis veces ganador del Goya.
Su increíble futuro laboral
Después de algunos años con «menos presencia» internacional, la carrera de Bardem vuelve a estar llena de proyectos ambiciosos. Por un lado, en 2025 estrenará F1 junto a Brad Pitt, mientras que en la pequeña pantalla rodará la versión seriada de El cabo del miedo, producida por Martin Scorsese y Steven Spielberg. Por otro, seguirá teniendo una fuerte presencia en el panorama nacional compartiendo elenco con Vicky Luengo en El ser querido, el nuevo proyecto de Rodigo Sorogoyen.
En 2026 está programado su regreso a Arrakis con Dune: Mesías.