El director de fotografía de ‘Gladiator II’ asegura que Ridley Scott se ha vuelto «vago» e «impaciente»
John Mathieson ha rajado del cineasta en su última entrevista.
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El fenómeno Gladiator II ha palidecido un poco con la llegada de Wicked y de Vaiana II, pero en términos generales (de momento) parece que la jugada comercial le ha salido bien a Ridley Scott. No obstante, su principal escollo es el elevado presupuesto del que parte la producción de Paramount Pictures. Casi 300 millones de dólares de partida económica que actualmente, todavía no ha comenzado a generar beneficios en el box office. El regreso al Coliseo del cineasta de Blade Runner lleva recaudados unos 258 millones dólares y la respuesta del público ha sido lo suficientemente polarizada como para que exista un debate general entre la cinefilia sobre si el filme protagonizado por Paul Mescal era algo necesario, o si en cambio, ha deteriorado el legado de su antecesora. Un cuestionamiento en el que entra también el desempeño de su autor, quien según el director de fotografía, John Mathieson, ya no es el narrador audiovisual de antaño.
Cuestiones de calidad narrativa aparte, el director de fotografía de Gladiator II acaba de saltar a la palestra para criticar el posicionamiento del británico frente a los nuevos proyectos, asegurando que los efectos especiales han cobrado demasiada importancia en su obra, llevando esto a un detrimento en el trabajo del tratamiento de la imagen mediante el uso de múltiples cámaras. Para Mathieson, los nuevos procedimientos del realizador descuida los matices de la fotografía. Es decir, el trabajo de Scott ahora premia más el rendimiento que la apariencia. Nominado a dos premios de la Academia, el compatriota del director no es ni mucho menos, un nuevo colaborador de Scott. Juntos han llevado a la gran pantalla obras como Hannibal, Los impostores, El reino de los cielos, Robin Hood y por supuesto, la historia de venganza de Máximo Décimo Meridio. Así pues, la primera colaboración entre ambos se remonta al año 2.000, lo que quiere decir que Mathieson ha conocido una evolución clara en los procesos de trabajo del de South Shields.
Ridley Scott es «muy vago»
A pesar de las críticas de algunos sectores de la crítica profesional y la ira de los historiadores, Ridley Scott ha mantenido durante su medio siglo de carrera, el respeto unánime de toda la industria cinematográfica. Desde intérpretes veteranos como Denzel Washington hasta nuevos ídolos de la talla de Mescal o Adam Driver. Por eso, resulta extraño que su colaborador habitual haya sido «tan duro» en su opinión sobre cómo ha sido volver a trabajar juntos, 24 años después de la cinta que contaba el origen de la leyenda de Robin Hood.
En una última entrevista durante un podcast, Mathieson ha mostrado su preocupación sobre esa idea de priorizar la producción frente a la calidad, como si la forma de rodar de Scott se hubiese convertido en una cadena de montaje, alejada del cuidado estético y del gusto por la singularidad autoral.
«Es muy vago», comenzaba contándoles Mathieson al programa ‘The DocFix Documentaty Storytelling’. Tras dos décadas cocreando historias, al responsable de fotografía de El fantasma de la ópera ve una clara involución en la forma de afrontar el plan de rodaje por parte del director:
«Ahora son los elementos gráficos por computadora los que ordenan, dejan cosas en el plano, cámaras en el plano, micrófonos en el plano, partes del decorado colgando, sombras de las pértigas. Y simplemente (en Gladiator II), ‘Bueno, límpienlo’». Como ha señalado el propio Scott en muchas de sus entrevistas, en sus últimos largometrajes prefiere usar múltiples cámaras, siendo este un hecho que Mathieson atribuye a la impaciencia. «No es muy bueno para la cinematografía. Mira sus películas más antiguas y verás que lograr profundidad en las cosas era una parte muy importante de la iluminación. No se puede hacer eso con muchas cámaras, pero él simplemente quiere hacerlo todo», explicaba.
Por último e independientemente de la apetencia hacia su nueva forma de hacer cine, el director de fotografía matizó que al final, se había ganado un nombre en la profesión y al público le gusta su trabajo:
«Es un poco de prisa, prisa, prisa. Eso ha cambiado en él. Pero así es como él quiere hacerlo y a mí no me gusta y no creo que a mucha gente le guste, pero a la gente le encantan sus películas y él es Ridley Scott y puede hacer lo que quiera».
El futuro del director
A la espera de saber si el estudio le deja llevar a cabo una Gladiator III, Ridley Scott tiene pendiente un regreso a la saga de Alien. Aunque antes, volverá a colaborar con Mescal en la adaptación de The Dog Stars. Del mismo modo, falta saber si la Academia tiene en cuenta su vuelta al péplum shakesperiano de Roma o si finalmente, la secuela queda como un fenómeno anecdótico, propio de los tiempos carentes de creatividad en Hollywood.