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La batería de tu móvil no es el problema: el problema eres tú

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Nacho Grosso
  • Nacho Grosso
  • Cádiz (1973) Redactor y editor especializado en tecnología. Escribiendo profesionalmente desde 2017 para medios de difusión y blogs en español.

Nos quejamos constantemente de que la batería de tu móvil no aguanta el día, que se descarga en unas horas o que ya no es como antes. Pero lo cierto es que en muchos casos el problema no está en el dispositivo, sino en nosotros. Dicho de otra forma, en cómo lo usamos, en lo poco que entendemos su funcionamiento y en las rutinas que repetimos sin pensar. Culpar al teléfono es más fácil que revisar los hábitos digitales.

En lugar de asumir que necesitas cambiar de móvil cada año, conviene revisar si estás exprimiendo innecesariamente el sistema con apps en segundo plano, brillo al máximo, localización permanente o notificaciones de todo lo que se mueve.

Brillo, apps, WiFi y otros vampiros silenciosos

Una de las mayores causas del drenaje excesivo de batería es el brillo de la pantalla. Y no, ponerlo al máximo “porque se ve mejor” no es la solución. Los paneles actuales tienen un brillo automático bastante eficaz, y usarlo puede alargar la autonomía notablemente. Lo mismo ocurre con el WiFi o el Bluetooth, tenerlos siempre encendidos no es necesario, y mucho menos si no estás conectado a nada.

Fuente: Unsplash

Las aplicaciones en segundo plano también hacen de las suyas. Redes sociales como Facebook, TikTok o Instagram no solo consumen batería mientras las usas, sino que se quedan activas revisando notificaciones y actualizaciones. Y si tienes cientos de apps que nunca borras, alguna de ellas puede estar funcionando sin que te des cuenta.

Cargar mal también mata tu batería

Otro error común es cómo cargamos el móvil. Lo ideal es mantener la batería entre el 20 % y el 80 %, aunque pocos lo cumplen. Muchos siguen con la costumbre de dejar el móvil enchufado toda la noche, provocando mini ciclos de carga innecesarios cuando ya ha llegado al 100 %. Los fabricantes han mejorado la gestión de energía en reposo, pero no es magia.

Además, usamos cables y cargadores baratos o incompatibles que aceleran el deterioro. ¿Te gastas 900 euros en un teléfono y 3 euros en un cargador? Mal negocio. Si usas carga rápida, mejor que sea la oficial o una bien certificada.

El modo ahorro no es solo para emergencias

Mucha gente activa el modo ahorro de batería solo cuando ve el 5% en rojo. Pero la mayoría de los móviles permiten configurarlo automáticamente al llegar al 20 o al 30 %, lo cual puede darte muchas más horas de uso. Algunos modelos incluso permiten limitar procesos en segundo plano, reducir el brillo y restringir apps temporalmente para ganar autonomía sin apenas impacto en la experiencia.

También puedes programar reglas, por ejemplo, que por la noche se apague el WiFi y se active el modo avión si no esperas llamadas. Pequeños gestos que, acumulados, marcan una gran diferencia.

No necesitas más, sino menos ansiedad digital

A veces, el problema no es tanto la batería de tu móvil como tu forma de usarlo. Lo desbloqueas 150 veces al día, respondes WhatsApps al segundo, te pasas horas entre vídeos, alertas y scroll. No es casualidad que cuanto más usas el móvil, menos dura la batería. Y eso no es culpa del hardware.

Revisar tu salud digital también es una forma de mejorar la autonomía. ¿De verdad necesitas tener cinco apps de noticias enviándote notificaciones? ¿Te aporta algo que la pantalla se encienda cada vez que alguien te da un like?

¿La batería o tu relación con ella?

Es tentador culpar al teléfono cuando la batería no rinde como esperamos. Pero si miras con honestidad tus hábitos, quizá descubras que el deterioro no es tan técnico como humano. No hace falta ser un experto para ahorrar batería, solo sentido común, atención a algunos detalles y algo menos de dependencia digital. Es cierto que tu batería tiene un límite. Pero tú también tienes margen para mejorar cómo la usas.

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