CATALUÑA

Un magrebí y un ultra del Barça derriban la pared entre sus celdas para matarse en la cárcel de Lérida

Los dos presos, uno magrebí y el otro un ultra del Barcelona, querían ajustar cuentas pendientes

Intentaron apuñalar a un funcionario de la cárcel de Lérida con un gancho del radiador

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Ángel Moya

La violencia en las prisiones catalanas alcanza cotas delirantes para desesperación de los funcionarios, ahora en la cárcel de Ponent en Lérida, dos presos han derribado parte de la pared que separa sus celdas para matarse. Los funcionarios tuvieron que intervenir de urgencia para separar a los dos presos, un magrebí y un ultra de los Casuals del FC Barcelona, enzarzados en una pelea mortal.

Los hechos han tenido lugar la noche de éste sábado 20 de abril en el Centro Penitenciario de Ponent, en Lérida. Allí, sobre las 22:00 horas, aprovechando el cambio de relevo de los funcionarios, los presos han aprovechado unos ganchos de hierro (las herramientas que se pueden ver en las imágenes que acompañan esta información de OKDIARIO) para derribar parte del muro que separaba sus celdas.

Los presos no han tenido que esforzarse demasiado y en cuestión de minutos han conseguido hacer un agujero de 60 x 40 cm suficientes para pasar de una celda a otra y cumplir con su cita a muerte.

Ambos, llevaban discutiendo a gritos desde hacía horas profiriéndose todo tipo de amenazas, hasta que finalmente han practicado un boquete considerable en la pared y se han enzarzado en una pelea.

Intentan matar a un funcionario

Todo ha sido tan rápido, que cuando los funcionarios de prisiones de la cárcel de Lérida ha acudido a toda velocidad a separarles para evitar que se mataran, uno de los internos ha intentado apuñalar a un funcionario con el soporte del radiador que previamente había arrancado y usaba a modo de pincho por su parte puntiaguda.

Afortunadamente, los funcionarios sólo han sufrido contusiones y han podido reducir a los dos presos. Se trata de un magrebí y de un ultra de los Casuals, violentos aficionados del Fútbol Club Barcelona.

El preso no ha podido clavarle el gancho a los funcionarios, una pieza de hierro macizo de casi 14 centímetros de largo, con la que sí ha conseguido golpear a varios funcionarios.

Funcionarios en lucha

Precisamente, las prisiones están en guerra con la Generalitat tras el asesinato el pasado mes de marzo de la cocinera de la prisión de Tarragona a manos de un preso peligroso que tenía acceso a los cuchillos de la cocina.

Las protestas que arrancaron en Cataluña contra la Generalitat porque es quien tiene las competencias en materia de prisiones en esa Comunidad Autónoma, se extendieron rápidamente al resto de España, esta vez dirigidas contra Prisiones, dependiente del Ministerio del Interior de Fernando Grande-Marlaska.

El desencadenante de la situación se encuentra en el alarmante crecimiento de las agresiones a los funcionarios de prisiones por parte de los presos. Sólo en 2022 se registraron 450 agresiones a funcionarios y en 2023 subieron hasta la cifra de 508. En años anteriores, el número de las agresiones a funcionarios no llegaban ni a la mitad de las que se producen actualmente.

Las agresiones se han duplicado, en número e intensidad, y los funcionarios no han parado de reclamar que se les considere agentes de la autoridad, como a policías, profesores o médicos. También piden más medios personales y materiales para enfrentarse a una espiral de violencia imparable. Tal y como denuncia el sindicato CSIF Prisiones, en España se producen 15 agresiones diarias en las cárceles, y no van a negociar con la Administración hasta que no asuman su responsabilidad por el asesinato de Nuria, la jefa de cocina de la prisión de Tarragona.

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