CATALUÑA

Las prisiones en guerra con la Generalitat: bloquean las cárceles tras el asesinato de la cocinera

La cocinera asesinada por un preso en Tarragona alertó del peligro pero la Generalitat la desoyó

Las protestas se extienden al resto de España contra el Gobierno de Sánchez

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Trabajadores de prisiones bloquean ésta madrugada los accesos a las cárceles de Cataluña.

Las prisiones están en guerra con la Generalitat y están bloqueando los accesos a las cárceles de Cataluña tras el asesinato de la cocinera de la prisión de Tarragona a manos de un preso peligroso que tenía acceso a los cuchillos de la cocina. Las protestas en Cataluña se dirigen contra la Generalitat porque es quien tiene las competencias en materia de prisiones, pero se extenderán al resto de España, esta vez dirigidas hacia el Gobierno de Sánchez.

La primera batalla ha arrancado bien pronto en la madrugada de este viernes 15 de marzo con protestas que han incluido barricadas de neumáticos ardiendo y un clamor que recorre todas las cárceles de Cataluña: la dimisión de la cúpula de prisiones del Gobierno de la Generalitat.

Ya desde las 6 de la madrugada, trabajadores y funcionarios de prisiones de Cataluña han bloqueado los accesos a las cárceles, incluidas las de Brians 1 y 2, Lledoners o la de Tarragona, por poner un ejemplo.

Los trabajadores han cortado los accesos con pancartas e incluso han levantado barricadas con piedras, palés y ruedas, a los que han prendido fuegos. Los cortes de carretera han provocado que no se pueda entrar a los centros penitenciarios catalanes, ni otros funcionarios, ni los jefes ni los camiones de suministros.

La máxima es que «no entrará nada, ni nadie y los prseoso se quedarán encerrados en las celdas hasta que la consejera de Justicia y el secretario de Prisiones de la Generalitat dimitan de sus cargos».

Sí se están dejando entrar a los equipos sanitarios para que atiendan casos de emergencia o a enfermos de cáncer, también a Mossos d’Esquadra para garantizar la seguridad en los centros penitenciarios.

Tras el levantamiento de los trabajadores de prisiones en Cataluña por el asesinato de la cocinera, la jornada ganará en intensidad y se extenderá al resto de España señalando al Gobierno que es quien tiene las competencias en prisiones salvo en Cataluña. En Madrid, los principales sindicatos han convocado a las 12 del medio día una concentración en la cárcel de Alcalá Meco.

No sólo se extenderán, las protestas que comenzaron éste jueves ante la sede de la Consejería de Justicia de Cataluñas se presumen largas. Ayer varios funcionarios intentaron entrar a la fuerza en el edificio, algo que impidieron los Mossos d’Esquadra que cargaron contra los concentrados que protestaron con las manos pintadas de rojo por el asesinato de su compañera y lanzando huevos contra la fachada.

Se triplican las agresiones

En las prisiones de Cataluña se ha triplicado las agresiones a los funcionarios, todavía por encima de la media del resto de cárceles españolas. Sólo en 2023 se contaron 582 agresiones a funcionaros y 17 de ellas fueron agresiones sexuales, triplicando éstas a las sufridas por trabajadoras de prisiones en el año anterior.

Funcionarios en pie de guerra

En prisiones, el crimen de la cocinera a manos del preso de la cárcel de Mas d’Enric ha significado un  punto de no retorno para todos los sindicatos penitenciarios como CSIF o Tú Abandono Me Puede Matar (TAMPM), que llevan años denunciando el incremento de la violencia en las cárceles catalanas, tanto entre presos como contra los trabajadores.

Por éste motivo, los funcionarios y trabajadores de las cárceles de Cataluña «le han declarado la guerra» a la Generalitat y piden la dimisión irrevocable de la consejera de Justicia, Gemma Basart, y del secretario de Medidas Penales, Reinserción y Atención a la Víctima, Amén Calderón, para que cambie la errática política del Gobierno Catalán en materia penitenciaria.

Los sindicatos de prisiones creen que el asesinato de Nuria se habría podido evitar, pero «la Administración de Cataluña no ha hecho nada para frenar la violencia en las cárceles», cuyas cifras se han triplicado desde 2016.

Así lo expresan en un comunicado desde CSIF tras el asesinato de la cocinera a manos del preso: «No puede expresarse con palabras la profundidad de todo lo que sentimos. La rabia, la impotencia y la tristeza nos invaden. Hemos perdido a una compañera. Nos la ha matado un interno, pero también la desidia, las políticas profundamente equivocadas e irracionales, voluntaristas, disfrazadas de un buenismo incomprensible y a la postre criminal que ha puesto fin a la vida de Nuria».

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