Muerte bajo sospecha

La cuidadora de la tía de Luis Lorenzo llegó a declarar que «la fallecida decía que prefería morirse»

Luis Lorenzo
Luis Lorenzo, la tía Isabel, la cuidadora y la sobrina Arancha.
Luis Miguel Montero

El caso sobre el fallecimiento de Isabel Suárez, tía de la esposa del actor Luis Lorenzo, ofrece giros inesperados cada vez que se produce una nueva diligencia. Este pasado martes la última cuidadora de la anciana, Ana Elizabeth V. E. acudió a declarar al juzgado de Arganda del Rey que instruye la causa por homicidio contra Luis Lorenzo y su esposa Arancha Suárez, pero se negó a declarar alegando que ya lo había hecho como testigo. Sin embargo, ante la Guardia Civil, cuando amplió su declaración inicial la que fue última cuidadora de la tía de Luis Lorenzo llegó a decir que «la fallecida le manifestó en repetidas ocasiones que sentía malestar con sus hermanos porque la controlaban.

La fallecida decía que prefería morirse por no vivir controlada de esa manera, que no se sentía libre y que no quería saber nada de ellos, que quería vivir tranquila». El problema es que este testimonio entra en clara contradicción con lo manifestado por los familiares en Asturias de la anciana, además de un desfase entre las horas en las que dijo que había muerto y en las que se avisó a los servicios de emergencia. De momento, la cuidadora pasó de testigo a investigada el 19 de julio por decisión judicial.

Como investigada, Ana Elizabeth tenía derecho a no declarar y se acogió a él. Sin embargo, sí son válidas las declaraciones efectuadas ante los instructores de la Guardia Civil durante la investigación y cuando lo hizo como testigo.

Hay que recordar que Isabel Suárez, tía de Arancha Suárez Palomino, falleció en el domicilio del matrimonio formado por el actor Luis Lorenzo y Arancha en la localidad madrileña de Rivas el 28 de junio de 2021. A pesar de que la causa del fallecimiento que figura en el informe inicial fue «accidente cerebro-vascular» y se relacionó con una muerte esperada por deterioro cognitivo de la anciana, la Guardia Civil investigó la muerte por la existencia de una denuncia previa interpuesta en el juzgado número 1 de Grado (Oviedo) por la familia de Isabel 16 días antes de fallecer, el 11 de junio de 2021.

En esa denuncia, el hermano de la víctima argumentaba que «no ha podido hablar con doña Isabel, sólo sabiendo que está en Rivas Vaciamadrid y que se la han llevado por el dinero, que doña Isabel tiene 60.000 euros en su cuenta», según el informe previo realizado por el Grupo de Homicidios de la Unidad Orgánica de Policía Judicial (UOPJ) de la Guardia Civil de Madrid.

Ese mismo documento ya ponía de manifiesto que existían «contradicciones» entre lo manifestado por la cuidadora Ana Elizabeth V.E., las declaraciones de la doctora que firmaba el parte de defunción y el informe de asistencia del SUMMA 112, al que llamó Luis Lorenzo cuando supo que la anciana había fallecido. La cuidadora explicó que cuando ella se levantó a las 08.00 horas de aquel día llamó en ese momento a Arancha, la sobrina, pero la médico que certificó la defunción no apareció hasta las 17.00 horas de aquel día y más extraño es todavía que esta misma doctora reconozca su firma en el parte de defunción, pero no recuerde haber firmado nunca un parte de este tipo en la localidad de Rivas-Vaciamadrid.

Además, el SUMMA 112 refirió haber recibido la llamada ese mismo día a las 12.22 horas con una llamada calificada de «fallecimiento esperado, paciente terminal». Su sobrina, el marido de ésta, Luis Lorenzo, y la cuidadora siempre han mantenido que la mujer sufrió un grave deterioro de su salud durante el último mes y medio de vida, pero lo que es evidente es que tardaron cuatro horas y veintidós minutos en llamar al 112 para avisar de que la mujer había fallecido.

La cuidadora de Isabel se quedó a trabajar con la familia cuando su sobrina Arancha decidió prescindir de la empresa que la cuidaba hasta entonces, Felizvita, para contratarla a ella a tiempo total. Un inspector de esta empresa ya declaró ante la Guardia Civil que «María Isabel estaba completamente desasistida, sin medicación, estado de abandono, falta de medicamentos, sin espesante líquido para mezclar con agua para evitar atragantamientos». Otro de los técnicos dijo a los instructores que «vio un descontrol de medicamentos, la trabajadora tenía carencia de utensilios de aseo porque no se lo daba la familia, no había cosas básicas como pañales o esponjas para lavar a la enferma (…). La sobrina se iba los fines de semana enteros y allí se quedaba la enferma con la cuidadora».  Se desconoce si tras rescindir el contrato con esta empresa los cuidados de Isabel mejoraron.

Según las investigaciones de la Guardia Civil,  María Isabel Suárez tenía 60.000 euros en una cuenta fija, 72.000 euros más en imposiciones a plazo fijo, una vivienda en la localidad asturiana de Grado y siete parcelas rústicas en Asturias.

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